5 cosas que destacaríamos de la primera semana del Giro de Italia 2023
Tras disputarse las primeras 9 etapas del Giro de Italia, llega la primera jornada de descanso. Un buen momento para reflexionar sobre lo visto hasta ahora e intentar aventurar qué nos espera en las dos semanas restantes en las que prácticamente se concentra toda la dureza de la carrera, siendo lo vivido hasta ahora un mero aperitivo.
Todo por decidir en el Giro de Italia.
Tras conocerse anoche a última hora el abandono de Remco Evenepoel tras dar positivo por Covid muchos pueden pensar que la carrera pierde en espectáculo y brillantez. También están aquellos decepcionados tras la disputa de una primera semana en la que apenas se ha visto combatividad por parte de los grandes nombres de la carrera y que esperaban las prometidas grandes batallas en uno de los Giros más duros de los últimos tiempos.
La llegada del día de descanso es un buen momento para hacer análisis de lo que hemos visto estos días. Aunque apenas hayan ocurrido hechos destacables en la carrera, leyendo entre líneas podemos aventurar por donde pueden ir los derroteros en las siguientes dos semanas.
El Covid-19 vuelve a ser protagonista
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Ya no es el abandono de Remco Evenepoel, totalmente inesperado, máxime cuando los equipos ya estaban prevenidos y tenían a sus líderes bajo las máximas precauciones. De hecho, ya antes del comienzo de la carrera el Jumbo-Visma sufrió varias bajas sensibles entre los hombres que tenían que haberse convertido en el baluarte de Primoz Roglic en las grandes etapas de montaña.
Durante la semana, el virus ha seguido estando presente, robándonos, entre otros, la presencia de dos grandes nombres como Filippo Ganna y el espectáculo de haber visto de lo que era capaz en la contrarreloj disputada ayer, perfecta para sus características de pura potencia bruta. El otro, menos relevante para el desenlace de la carrera ha sido el abandono, también el la tarde de ayer de Rigoberto Uran. Un ciclista combativo y tremendamente activo que si bien no contaba con aspiración real al triunfo final, seguro que nos hubiera dejado algún que otro gran momento en las jornadas de alta montaña.
En lo que resta de carrera, a buen seguro, los equipos con opciones reales a ganar la carrera seguro que redoblarán las medidas de protección pero, ya aprendimos durante la pandemia, siempre quedan resquicios por los que puede llegar el dichoso virus. Esperemos que no haya que lamentar el abandono de más favoritos.
El poderoso INEOS-Grenadiers está de vuelta
Lo podíamos intuir a la vista de la pedazo alineación que presentaba al inicio de la prueba y a decir verdad, de lo poco que hemos visto en carrera el INEOS-Grenadiers ha sido protagonista.
Es cierto que se le ha criticado por ponerse a tirar en algunos momentos de las etapas sin motivo aparente para luego desaparecer. Sin embargo, todo parece obedecer a las famosas ganancias marginales que ellos mismos pusieron de moda en la época del Team Sky. Forzar el ritmo y desgastar en momentos en los que intuyen algo que no va bien en sus rivales. Un trabajo de horquimiguita que parece no haber tenido ningún efecto en la primera semana pero que, no olvidemos los ciclistas ya llevan unas cuantas jornadas por encima de los 200 kilómetros algo poco habitual en los últimos años en las grandes rondas.
De hecho, aunque fue Primoz Rogliz el que rompió las hostilidades en la jornada del viernes, se aprovechó perfectamente del trabajo previo de INEOS-Grenadiers que ya traía la carrera rápida desde que faltaban 50 kilómetros para la conclusión. Un trabajo que remataron adecuadamente sus dos líderes: Tao Geoghegan y Geraint Thomas, por cierto, otro buen punto a su favor no ya por contar con dos líderes para tener más flexibilidad en sus propuestas sino porque a ambos se les ve compenetrados para sumar en vez de para luchar uno contra otro.
Aparte, no debemos olvidar que ambos ciclistas saben lo que es ejercer como líder y cuentan con la experiencia de ganar una gran vuelta. En el caso de Tao, el atípico Giro de Italia de 2020; y en cuanto a Geraint, nada menos que todo un Tour de Francia. Por el momento, Thomas ya es maglia rosa tras el abandono de Remco Evenepoel.
Roglic de menos a más
Es imposible saber a fecha de hoy las posibilidades reales de victoria para el segundo gran favorito antes del comienzo del Giro como es Primoz Roglic. No tuvo un papel notable ni en la crono inicial ni en la jornada de ayer. Sin embargo tampoco cedió excesivo tiempo en ambas y se mantuvo bastante a la par del resto de favoritos.
Tampoco su trayectoria hasta llegar al Giro ha sido brillante en cuanto a ofrecer grandes exhibiciones pero, sin embargo, a base de trabajo y aprovechar sus oportunidades ha conseguido ganar, casi sin hacer ruido, todo lo que ha disputado esta temporada.
Su contundente movimiento el viernes, aunque se tratara de un puerto corto y explosivo, perfecto para sus características de killer, aventura que el esloveno de Jumbo-Visma debería ir a más con el paso de los días, aunque sigue siendo una incógnita, por un lado cómo responderá en la alta montaña, aunque a priori nada tenga que demostrar tras lo visto estos últimos años en el Tour de Francia o en La Vuelta. Por otro, lo que sí parece más preocupante, es el escaso potencial de su equipo para arroparle en los puertos tras las bajas sufridas antes incluso del arranque del Giro de Italia.
Miedo a la última semana
Si algo se ha criticado estos días ha sido la falta de combatividad de los equipos de los favoritos que han permitido que las fugas fructificasen o, incluso, como hizo el Soudal-QuickStep, no dudaron en ceder la maglia rosa para evitar desgastar a su escuadra.
Todos parecen tener un pánico extremo a la durísima última semana y los auténticos tappones que esperan y ello ha contribuido a que etapas en las que, a priori, tendríamos que haber visto lucha entre los favoritos hayan pasado sin pena ni gloria como ocurrió en en la 7ª etapa con final en Gran Sasso o en el 4º parcial con que finalizaba con el ascenso a Lago Laceno en la que Andreas Leksnessund se hizo con la maglia rosa.
Otro factor a tener en cuenta es el mal tiempo que ha tenido que soportar los ciclistas durante casi toda esta semana que resta energías extras además de maltratar mucho más el cuerpo de unos ciclistas que en estas carreras se presentan al límite de grasa corporal. Ya no es sólo el mencionado Covid sino que un simple catarro, problemas estomacales producidos por el frío y el agua o la mayor posibilidad de sufrir caídas también significan un mayor desgaste.
En todo caso, a lo largo de esta semana deberíamos empezar a ver cosas, aunque, tampoco es descartable que, máxime con la igualdad que reina en la general, el miedo siga reinando y todos duden a la hora de hacer el primer movimiento a la hora de buscar la carrera.
El Giro no ha hecho más que empezar
Lo visto esta semana no es más que un mero aperitivo de todo lo que queda. Cierto es que todos hubiéramos esperado más de la jornada de Gran Sasso, pero al final el escenario de la carrera es sólo una condición necesaria pero no suficiente para poder ver espectáculo. Si los ciclistas no se deciden a mostrar sus virtudes todo puede quedar en fuegos artificiales.
Sin embargo, ya en esta segunda semana que entra seguimos con la tónica de desgaste de las etapas rondando los 200 kilómetros, algún día trampa como la etapa del jueves con final en Rivoli, que incluye un puerto de 2ª a algo más de 20 km de la conclusión y, la primera de las batallas inevitables como es la monstruosa etapa del próximo viernes con final en Crans Montana y el paso de la Cima Coppi, el Grand Sant Bernard.
En cualquier caso, también esta segunda semana es una antesala de las brutalidad de tercera semana que se plantea y donde seguramente veremos todo el espectáculo que hemos echado de menos estos días atrás. Tengamos paciencia que terreno hay de sobra y el Giro continúa totalmente abierto, más aún si cabe tras el abandono de Evenepoel, lo que puede dar lugar a que algún otro invitado inesperado como, por ejemplo Almeida, Vlasov o Kamna puedan jugar sus bazas y poner la carrera patas arriba cuando menos lo esperemos.