5 lecciones que el mountain bike te enseña para tu vida
En el mountain bike está la vida entera. Sobre la bici sufrimos y gozamos, sentimos alegría y miedo, frustración y satisfacción. Los que hemos pasado las suficientes horas en los caminos, experimentando esa amalgama de emociones, hemos sacado de ellas infinidad de lecciones para nuestro día a día. Estas son cinco que a muchos se nos han grabado a fuego.
5 lecciones de vida que el mountain bike nos ha enseñado
Caerse es solo una excusa para volver a levantarse. ¿Qué vas a hacer? ¿Volver andando a casa? Tras una caída no queda más que volver a subir a nuestra mountain bike y pedalear para superar nuestros miedos. Practicar, mejorar y volver a intentarlo para evitar que vuelva a suceder. Algo que deberíamos aplicar a nuestras vidas.
Más vale errar por acción que por omisión. Sobre la bici las decisiones se toman en décimas de segundo y con el corazón a mil por hora. Vacilar, dudar para tomar una decisión, no es una opción en la práctica del mountain bike. Aplicadlo a vuestra vida, y si tenéis que arrepentíos de algo que sea de lo hecho y no de lo que dejasteis por hacer.
Hombre previsor, vale por dos. Y tú, desde que en tu primera salida tuviste que esperar a llegar a casa para zamparte un buen bocadillo para recuperar fuerzas, no has vuelto a caer en el mismo error. ¡La espera se hizo eterna! Ir por la vida despreocupado de todo tiene su lado positivo, pero al final nos granjeará más de un disgusto. Trata de ser organizado y anticipar las cosas.
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La generosidad. El mountain bike se encarga, antes o después, de aplacar egos y ponernos a todos los pies sobre el suelo. Una avería, una caída o un olvido que te lleva a la deshidratación. Tú has estado ahí, así que si ves a alguien en una situación similar tratarás de echarle un cable.
¿Qué otras lecciones te ha enseñado el mountain bike? ¿Crees que puede hacerte mejorar en el plano personal, y no solo en el físico? ¡Te leemos en nuestras redes sociales!