6 consejos para hacer más llevaderas nuestras salidas durante la ola de calor
Pese a las recomendaciones de no hacer deporte durante la ola de calor, pocos son los renuncian a sus rutas en bici, aquí van algunos consejos para que resulten más llevaderas.
6 formas de sobrellevar mejor nuestras rutas en bici durante las olas de calor
Nos guste o no, la situación de cambio climático va a provocar que estas temperaturas excepcionalmente altas cada vez sean más comunes y, a los que montamos en bici, al igual que a todos los demás, nos toca adaptarnos para seguir disfrutando de esta gran afición que es el ciclismo.
Aunque no podemos huir de las altas temperaturas, si hay algunas cosas que están en nuestras manos para evitar que nos afecten en exceso y puedan llegar a suponer un problema. Estos son algunos trucos que puedes aplicar para lidiar mejor con los rigores de la ola de calor.
1. Mantener una buena hidratación
RECOMENDADO
Cuál es la temperatura máxima a la que se puede hacer deporte
¿Cuántos días debe descansar un ciclista a la semana?
Salir a rodar con frío tiene beneficios extra
¿Necesitas suspensión en tu bici de gravel?
Algunas de las mejores ofertas Black Friday 2024 para ciclistas
Pros y contras de contar calorías si buscas perder peso
Seguro que todo el mundo es consciente de que estar bien hidratado es indispensable a la hora de dar pedales. Sin embargo, no nos referimos al típico mantra de llevar los bidones llenos e ir bebiendo cada poco tiempo durante nuestras rutas.
Estar bien hidratado debe de ser una tarea del día a día que debemos mantener cuando estamos en casa o en el trabajo. Tener una botella siempre a mano e ir bebiendo cada poco rato hará que, cuando salgamos con la bici el cuerpo parta con una mayor reserva de líquido que le permita llevar a cabo sus funciones y mantener la temperatura de forma adecuada.
Ni que decir, que es totalmente recomendable incluir un aporte de sales suficiente para evitar llegar a una situación de sobrehidratación que pudiera derivar en una peligrosa hipoanatremia.
2. A las horas de menor calor
Está claro que en muchas ocasiones no podemos elegir la hora a la que salimos a montar en bici, pero, si está en nuestra mano, ¿por qué pedalear cuando el sol machaca de forma inmisericorde?
Una lección aprendida de la pandemia, cuando se comenzaban a relajar los confinamientos a final de la primavera de 2020 fue lo agradable que resultaba pedalear a primerísima hora de la mañana pese a que a pocos nos gusta madrugar tanto.
En estas fechas, en el centro de la península, amanece a las 6:45 de la mañana. Eso significa que desde al menos media hora antes tenemos ya luz suficiente para salir a pedalear con un agradable frescor mañanero.
Por las tardes es más complicado ajustar porque el calor se mantiene hasta bien pasada la puesta del sol, sin embargo, si nos gustan los caminos, esta época del año es perfecta para montar las luces en nuestra bici de gravel o de montaña y afrontar una ruta nocturna con una temperatura fantástica. Si además, como ocurre estos días, coincide con la luna llena, podremos rodar por los caminos prácticamente como si fuera de día.
3. Bidones térmicos
Pocas cosas hay tan desagradables como beber líquido caldoso del bidón durante una salida en bici. Por suerte en el mercado existen modelos de bidones térmicos que mantienen la funcionalidad de los bidones convencionales.
Un pequeño truco que podéis aplicar para tener líquido frío a lo largo de gran parte de la ruta, al menos lo que se tarda en consumir los dos bidones que llevemos, es llenar la noche anterior medio bidón y meterlo en el congelador. No lo haremos con el bidón completo para evitar estropearlo o que no podamos beber hasta que se descongele.
Antes de salir rellenamos con agua fría el hueco restante y así podremos ir bebiendo desde el primer momento y poco a poco el hielo se irá descongelando permitiéndonos consumir el resto. Al ser el bidón térmico, nos garantizamos que el agua y el hielo se mantienen durante más tiempo.
A mitad de recorrido, si hacemos la típica parada a mitad de ruta, también podemos pedir en el bar donde hayamos hecho el alto que nos echen unos cuantos hielos para afrontar el camino de vuelta.
4. Busca el viento
Normalmente el ciclista suele huir del viento como de la peste pero, en condiciones de calor extremo, se puede convertir en un aliado que alejará el calor de nuestra piel y favorecerá la transpiración y refrigeración natural del cuerpo.
No está de más consultar la previsión y hacer coincidir la parte de nuestra ruta en la que más calor pegue con un tramo en el que el viento sople en contra. No avanzaremos tan rápido como nos gustaría, pero seguro que lo haremos de forma mucho más cómoda.
5. Equipación específica
Dentro de las colecciones de las distintas marcas de ropa ciclista existe también variedad en lo que a equipaciones cortas se refiere. En los últimos años, pocas son las marcas que no cuentan en su catálogo con maillots de tejido ultraligero y altamente transpirable que resultan ideales en estos días de intenso calor.
Eso sí, debemos tener en cuenta a la hora de elegir uno de estos maillots que en sus especificaciones ofrezca protección frente a los rayos ultravioletas. No seréis los primeros que optan por este tipo de prenda y acaban con la espalda completamente quemada y los tirantes del culote perfectamente tatuados.
Por cierto, hablando de los tirantes, ¿que tal eliminarlos para tener un trozo de prenda menos alrededor de nuestro cuerpo? Si no los habéis probado, los monos de una pieza para uso en carretera que las marcas han ido incluyendo en sus catálogos a petición de los ciclistas profesionales que buscan la máxima aerodinámica resultan tremendamente cómodos en estas tórridas jornadas.
Además, al tratarse de prendas orientadas a la competición, su corte ceñido y los tejidos ligeros que suelen utilizar hacen que sean por lo general muy transpirables.
Por supuesto, preferiremos colores claros que reflejen en la medida de los posible los rayos solares que inciden sobre nosotros.
6. Elige la mejor ruta
Estaremos de acuerdo en que no es lo mismo pedalear por una llanura, rodeados de campos de cereal en medio de Castilla que hacerlo por los puertos de Asturias.
Sin llegar a esos extremos, todos conocemos zonas en nuestro entorno que son mejores o peores en cada época del año. En general, buscar puertos y zonas de montaña nos permitirá disfrutar de unos grados menos. También podemos buscar la ribera de un río que, con el efecto refrescante del agua también hará nuestro pedalear mucho más agradable, o tramos arbolados que nos protejan del sol.
En cualquier caso, es importante tener controladas las fuentes a lo largo de nuestra ruta de forma que nuestros bidones se encuentren siempre llenos.
¿Y vosotros, qué trucos utilizáis para hacer más llevaderas las rutas durante el verano? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales.