7 temas que podríamos olvidar para disfrutar más de la bici
Muchos ciclistas vivimos en una preocupación constante por detalles que, algunas veces, carecen de la importancia que les solemos dar. Hay varios temas de moda o recurrentes, que con un poco de perspectiva lo cierto es que no tienen tanta importancia para la mayoría de ciclistas y podríamos difrutar de la bici igualmente sin ellos.
Aquí os dejamos 7 que, aunque nostros los hemos tratado y seguramente seguiremos hablando de ellos, os proponemos que dejéis de lado si en algún momento os crean más necesidad o incomodidad que disfrute.
Guía para pedalear tranquilo: siete ideas que apartar de vez en cuando de nuestra cabeza
Los ciclistas de élite son profesionales de la bicicleta y, por tanto, entienden el deporte como un oficio en el que reciben dinero a cambio de lograr unos objetivos. Sin embargo, a menudo queremos extrapolar algunos de esos conceptos, que en realidad carecen de ese nivel de interés cuando nos referimos al ciclismo de aficionados.
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Por otro lado, en ocasiones también elevamos a categoría de fundamental detalles que no deberían ocupar tanto tiempo en nuestra cabeza, ya que sin ellos podemos disfrutar igual del ciclismo.
1. El famoso FTP
El FTP -Functional Threshold Power- se puede traducir como el Umbral de Potencia Funcional y, como su nombre indica, hace referencia a la potencia que un ciclista es capaz de mantener durante -en general- una hora de pedaleo. El FTP nos indica la condición física que tenemos, aunque en realidad puede resultar engañoso.
El problema a la hora de comparar diferentes FTP es que nos podemos encontrar a ciclistas que hayan usado metodologías diferentes; es decir, el resultado variará si en vez de una hora lo calculamos durante 20 minutos. Una circunstancia que nos haría difícil comparar con exactitud ambos casos.
2. Strava
Muchos ciclistas consideran a Strava un imprescindible en sus salidas. Ya sea por la habitual ambición actual de querer mostrar todo lo que hacemos -también encima de la bici- o por controlar nuestro rendimiento, lo cierto es que a veces parece que la ruta que no queda registrada no existe.
Sin embargo, hay veces en las que disfrutaremos más de nuestras pedaladas si dejamos de prestarle atención a todos estos datos y nos centramos más en la depuradora mental en la que se convierte nuestra bici mientras rodamos.
3. La velocidad media
La velocidad media en bicicleta es quizás el recurso más usado para medir el rendimiento por quienes no tienen potenciómetro. El inconveniente es que es una variable altamente problemática, ya que cualquier semáforo, peatón, otros usuarios de la calzada/camino o el propio viento -entre muchas otras casuísticas- afectan al resultado final.
Además, pierde cualquier utilidad si comparamos rutas distintas, ya que nada tiene que ver llanear durante 30 kilómetros que recorrer la misma distancia con 500 metros de desnivel.
4. Afeitarse las piernas
Muchos ciclistas se depilan las piernas por varios motivos: una cuestión puramente aerodinámica, por estética o por recibir mejor los masajes post entreno. Está claro que se puede disfrutar igual sin pelo, aunque aquí el problema viene cuando decidimos quedarnos en casa porque no hemos podido afeitarnos.
5. El peso de la bici
El peso es importante. La lógica y la física nos dicen que cuanto más pesada sea una bici más fuerza tendremos que emplear para moverla. De ahí que muchos ciclistas lo consideren relevante a la hora de ir a comprar una. Sin embargo, a menudo se le da mayor importancia de la que en realidad tiene.
El peso que debemos tener en cuenta es la suma de la bici y el ciclista. El peso de la bici representa un porcentaje menor que el del ciclista en el del peso total. Si nos encontramos en un peso correcto, podemos hacer más liviana nuestra máquina; siempre será más interesante cuanto más significativa sea la rebaja, pero a veces un gran desembolso de dinero se traduce en una ganancia escasa, que a su vez repercutirá poco en el rendimiento.
6. Cableado interno
Una de las tendencias que se han ido asentando con el paso de los años. Los cables internos han hecho las bicis más estéticas y, aunque sobre el papel también son más rápidas, las ventajas en este campo son cuestionables. Es cierto que unos cables que vayan por fuera harán que la bici tenga más resistencia al aire que una que los lleve integrados, pero el impacto de los cables en la aerodinámica de la bici parece más bien poco.
El debate acaba si se prefiere el cableado interno por una razón estética, aunque no debería importarnos mucho si pensamos en el rendimiento.
7. Mentalidad cerrada ante las innovaciones
El ciclismo es un deporte que respira tradición por los cuatro costados. Existe una gran corriente de pensamiento que romantiza la tecnología de antaño y ve con temor cualquier avance del sector. Ambas opciones deberían ser compatibles: admirar la historia de modelos pasados puede convivir con mirar las novedades que se avecinan con entusiasmo.
Lo cierto es que a veces adoramos modelos pasados que en su momento también fueron modernos y vanguardistas. Adoptar una posición más abierta hacia los movimientos del mercado nos puede dar una tranquilidad que, en ocasiones, nos resulta necesaria.