7 razones para ir al trabajo en bici eléctrica
Ir al trabajo en bici eléctrica tiene algunas ventajas que harán estos desplazamientos más atractivos para muchas personas. Aquí te contamos algunos de ellos.
Por qué elegir una bici eléctrica para ir al trabajo
Utilizar la bicicleta como medio de transporte para ir al trabajo tiene grandes ventajas, sin embargo, también tiene algunas limitaciones que evitan que sea una solución válida para todo el mundo. La llegada de las bicicletas eléctricas al mundo de la movilidad ha supuesto eliminar algunas de esas trabas haciendo posible que mucha más gente pueda elegir comenzar a utilizar la bici para sus desplazamientos diarios.
Si bien es cierto que adquirir una bicicleta eléctrica supone una inversión superior a la de una convencional, las mejoras que introducen en nuestros trayectos son suficientemente interesantes como para tenerlas en cuenta.
1. Ahorras tiempo
RECOMENDADO
La asistencia que nos proporciona el motor nos permite pedalear a un ritmo mucho más constante durante todo el trayecto lo que implica en la mayoría de los casos que si comparamos un determinado desplazamiento en bici eléctrica y convencional, la primera salga ganando casi siempre.
En ciudad las diferencias se amplían si en nuestro recorrido tenemos que hacer muchas paradas en semáforos ya que, gracias al motor, volvemos a adquirir velocidad de crucero de forma mucho más rápida.
2. Puedes recorrer mayor distancia
Cuando se trata de ir al trabajo en bici, estamos a menudo limitados por la distancia. Recorrer más de 10-15 kilómetros en una bici convencional, sabiendo que luego tenemos que trabajar 8 horas y después tener que realizar la misma distancia de vuelta puede no resultar el medio de transporte más eficiente.
Las bicis eléctricas, gracias a las mayores velocidades medias que permiten lograr y la reducción del esfuerzo físico permite que este rango se pueda ampliar manteniendo unos tiempos de desplazamiento razonables que sí hagan interesante usar la bici como medio de transporte en favor de otras opciones.
3. Evitas llegar sudado al trabajo
Una de las razones que muchos esgrimen para no utilizar la bici para ir al trabajo es la de llegar sudados y no tener posibilidad de ducharse o cambiarse de ropa, lo que en determinados puestos puede ser un problema irresoluble.
Sin embargo, la asistencia eléctrica en las bicis nos permite rodar a buen ritmo con un esfuerzo físico mucho menor por lo que no tendremos que llegar a ese punto donde el cuerpo rompe a sudar.
4. Las subidas dejan de ser un problema
Otra de los motivos que muchos esgrimen para no emplear la bici en sus desplazamientos es que la orografía de su ciudad es muy quebrada lo que supone un esfuerzo físico excesivo cuando tenemos por delante toda nuestra jornada laboral además del efecto desincentivador de tener que empezar el día cuesta arriba.
Gracias a la potencia extra proporcionada por los motores de las bicis eléctricas podemos superar los desniveles que aparezcan en nuestra ruta con apenas un ligero incremento de la intensidad del esfuerzo, incluso como si fuéramos en llano si sabemos gestionar correctamente los distintos modos de asistencia de nuestra bici y elegimos un desarrollo que permita pedalear de forma ágil.
5. Realizas actividad física moderada
A pesar de lo que muchos piensan, las bicicletas eléctricas no son una especie de motos con pedales. Hay que seguir apretando las bielas y, dependiendo del modo de asistencia que elijamos y nuestras ganas de sufrir, pueden requerir de un esfuerzo tanto o más intenso que el que realizamos sobre una bici convencional, sobre todo, cuando superamos los 25 km/h a partir de los cuales el motor no puede asistirnos según las leyes vigentes.
Cierto es que en condiciones normales de uso el esfuerzo que realizamos sobre una bici eléctrica es de muy baja intensidad. Sin embargo, para una persona sedentaria supondrá incluir una actividad física en su rutina diaria con todos los beneficios para la salud que ello conlleva.
Para quienes estén habituados a pedalear la bicicleta eléctrica les permite alejarse de ese pique continuo que suelen ser las rutas de muchos y realizar esos entrenamientos de baja intensidad que se incluyen como base aeróbica en todos los planes de entrenamiento y que la mayoría suelen obviar. También es una excelente manera de realizar recuperación activa para aquellos que sigan un entrenamiento planificado.
6. Reduce la huella de carbono
Aunque no es algo exclusivo de las bicicletas eléctricas, su uso contribuye a una movilidad sostenible y nos permite poner nuestro pequeño granito de arena en la lucha contra el acuciante cambio climático que es ya una realidad.
La bici eléctrica permite que un mayor número de personas puedan sumarse a la movilidad en bici. Personas que si bien en muchos casos elegirán la bici frente al transporte público, en un cierto número de casos provendrán del coche o la moto evitando la contaminación generada por estos.
7. Permite llevar más carga en la bicicleta
Gracias a la potencia extra que nos proporcionan los motores eléctricos, transportar carga en la bici resulta menos problemático. De esta forma podemos incluso aprovechar el camino de regreso del trabajo para hacer una parada en el supermercado y cargar la bici con la compra sin temor a quedarnos clavados en ese repecho que tenemos antes de llegar a casa.
La posibilidad de llevar carga sin problema también nos permite llevar ropa de recambio y material para ducharnos al trabajo, el tupper con la comida o cualquier otra cosa que podamos necesitar a lo largo de la jornada. Sólo tendremos que elegir una parrilla portabultos, unas buenas alforjas o una caja, o unas de las modernas bolsas de bikepacking.
Y tú, ¿sigues teniendo excusas para no ir al trabajo en bici?