Los baños de hielo son perfectos para recuperar, pero ¿cuánto tiempo y a qué temperatura?
Las propiedades recuperantes del baño en hielo son conocidas desde hace años. Te explicamos como utilizarlo para lograr los mejores resultados para que tus piernas vuelvan a estar como nuevas tras los entrenamientos más duros.
Cómo sacar el mayor partido a los baños de hielo a la hora de recuperar
La utilización de baños de agua helada para la recuperación es una práctica habitual desde hace años entre los deportistas de muchas y variadas modalidades deportivas. En especial en aquellos deportes de muy alta intensidad o aquellos con impacto. En las disciplinas de resistencia, como es el ciclismo también se ha convertido en práctica habitual tras realizar entrenamientos de muchas horas o sesiones de alta intensidad.
El uso del hielo tiene, principalmente, un efecto antiinflamatorio y analgésico a la hora de calmar el dolor muscular producido por la actividad física. Aparte, numerosos estudios sugerirían que la reducción de temperatura de los tejidos y los efectos sobre el flujo sanguíneo, fruto de la vasoconstricción producida por el frío, tendrían efectos beneficiosos a la hora de acelerar la recuperación tras un entrenamiento o una carrera.
RECOMENDADO
Sin embargo, en muchos casos la aplicación de los baños de hielo no siempre se realiza de la forma más efectiva, reduciéndose así la efectividad de este método. En líneas generales se recomienda una temperatura del agua en un rango entre 9 y 15 ºC durante 10 a 15 minutos.
Sin embargo, lo más habitual es la inmersión en agua prácticamente congelada durante menos de 5 minutos, a causa del intenso frío de la misma que dificulta permanecer más tiempo en el baño de hielo. Esto hace que no de tiempo a lograr todos los beneficios que la crioterapia puede aportar.
Una forma de aumentar el tiempo que permanecemos en el baño de hielo es comenzar con una temperatura del agua más elevada que podemos ir reduciendo hasta el rango óptimo, añadiendo hielo, de esta forma la adaptación es más progresiva y podemos permanecer en el baño de hielo el tiempo requerido para que el cuerpo responda de la forma buscada al frío.
En cualquier casos, sigue existiendo una gran disparidad en los estudios existentes sobre la efectividad real de los diferentes métodos de recuperación, incluidos los baños de hielo, y la forma de aplicación de los mismos, sobre todo por la imposibilidad de realizar estudios científicos aplicando el método de doble ciego lo que implica que el efecto placebo tenga cierta influencia en los resultados de los estudios.
También existen estudios que apuntan a que la aplicación local de hielo, sin la inmersión en agua, podría ser igual de efectiva a la hora de conseguir el buscado efecto recuperador con lo que podríamos obtener estos beneficios de forma más sencilla y sin el sufrimiento que implica permanecer el tiempo necesario con las piernas metidas en agua congelada.
Por último, no podemos olvidad, como en todo lo relacionado con los procesos fisiológicos, que cada persona es un mundo y la misma receta no tiene por qué servir para todo el mundo. Os recomendamos que probéis los baños de hielo utilizando diferentes temperaturas del agua, diferentes tiempos de aplicación hasta dar con el protocolo con el que mejores resultados obtengáis y mejores sensaciones os deje en las piernas.