Las bicis aero son las nuevas All-Road en la París-Roubaix 2024
Llega la París-Roubaix 2024 y los tiempos en que esta carrera era el laboratorio en el que las marcas de bicis creaban modelos específicos para afrontar con las mejores garantías el paso por el adoquín quedan atrás. La versatilidad de las bicis actuales ha hecho que los ciclistas no duden en utilizar sus máquinas habituales con alguna mínima adaptación para mitigar el paso por el pavés.
Adiós a las bicis específicas en la París-Roubaix
Si volvemos la vista atrás, hace algo más de una década, varias marcas empezaron a desarrollar las bicis denominadas como gran fondo, hoy en día encuadradas en los catálogos en lo que ahora se conoce como All-Road. Un tipo de bicis especialmente pensado para absorber al máximo los impactos producidos al superar los tramos de adoquín de la París-Roubaix y que, por su geometría más larga y relajada, además de por una posición del ciclista más erguida se postularon, como la opción perfecta para muchos cicloturistas.
Sin embargo, estas ventajas para el común de los mortales se convertían en una pega para el profesional acostumbrado a hacer miles de kilómetros sobre su bici habitual y que se veía obligado a alterar su posición de cara a esta carrera o realizar adaptaciones con potencias de inclinaciones inverosímiles y otros inventos.
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Con el paso de los años, las bicis de competición han ido evolucionando, incorporando los frenos, con mayores distancias entre ejes y longitudes de vainas y, sobre todo, con unos laminados del carbono mucho más elaborados que permiten una capacidad de absorción mucho mayor a los modelos escaladores y aerodinámicos que los ciclistas utilizan en su día a día. Sin ir más lejos, Mathieu van der Poel triunfó el año pasado en la París-Roubaix sobre su habitual Canyon Aeroad CFR.
Aparte, otro cambio ha sido esencial a la hora de conseguir mayor absorción, el uso de neumáticos de cada vez mayor balón, siendo hoy en día 700x28c la medida estándar en el pelotón profesional, una medida que no hace tanto era extrema y sólo se veía en la París-Roubaix. Mientras, en esta carrera los ciclistas montan en la actualidad cubiertas tubeless de 30 o 32 mm, con insertos de foam que les permite utilizar presiones mínimas con las que obtener la máxima absorción reduciendo al mínimo el riesgo de pinchar o destalonar la cubierta.
Este aspecto es sin duda el que más influencia tiene en la capacidad de absorción de las bicis y que ha hecho posible que hoy en día los ciclistas no duden en utilizar sus bicis aerodinámicas, cuyas cualidades son de gran provecho en una carrera tan rapidísima como la París-Roubaix, con un recorrido totalmente plano. Una atención a la aerodinámica que también incluye el uso de llantas de perfil alto, en otro tiempo impensable cuando los ciclistas montaban ruedas de perfil ultrabajo con radiados convencionales de 36 radios, la combinación más absorbente que con que se podía contar a finales de los años 90.
También ha sido clave en la no utilización de bicis all-road en la París-Roubaix que estas han ido perdiendo las dotes competitivas con que contaban aquellas gran fondo en lo que respecta sobre todo a rigidez lateral o geometría de la dirección que hacía posible un manejo lo suficientemente ágil. Las all-road de hoy en día son bicis más orientadas a un cicloturismo puro y de aventura. Incluyen compartimentos para llevar las herramientas, son robustas para permitir un uso gravel y las posiciones en que colocan al ciclista son tremendamente relajadas por lo que, salvo excepciones de algún corredor que utilizar bicis como la Trek Domane o la Specialized Roubaix, más por motivos publicitarios que por convencimiento propio, el uso de este tipo de bicis en el Infierno del Norte se puede considerar ya cosa del pasado.