Bradley Wiggins se retira envuelto en la polémica

Bradley Wiggins ha anunciado su retirada del ciclismo profesional tras varios meses de incertidumbre, en los que el ciclista ha terminado tomando la misma decisión que otros grandes de la última década como Fabian Cancellara o Purito Rodríguez. Tres despedidas que dejan a Alberto Contador y Alejandro Valverde como últimos representantes de la brillantísima generación nacida alrededor del año 1980. Su participación con victoria, hace un mes, en los seis días de Gante fue para algunos la confirmación de que seguiríamos disfrutando de su clase, pero las expectativas han terminado por irse al traste.

Bradley Wiggins y un palmarés de leyenda

El ciclista, Caballero de la Orden Británica, se retira con un palmarés único, de leyenda, que muestra a las claras su principal característica: la versatilidad de un ciclista potente, tirano en contrarreloj y sobre la pista pero a la vez capaz de resistir con los mejores las temibles montañas del Tour de Francia.

Campeón olímpico y mundial tanto de contrarreloj en carretera como de disciplinas de ciclismo en pista, logró varias de las pruebas de una semana más importantes del calendario internacional -París-Niza o Critérium del Dauphiné- y su éxito más reconocido internacionalmente, el Tour de Francia del año 2012, en el que se impuso en el que fue el primero de los tours que marcaron el dominio del Team Sky.

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Su palmarés lo completan múltiples medallas, un tercer puesto en la Vuelta a España de 2011, una etapa del Giro de Italia, y el Récord de la Hora (2015) su último gran éxito hasta los Juegos Olímpicos de 2016.

Bradley Wiggins, "contento por haber tenido la suerte de vivir un sueño"

Bradley Wiggins añadió unas breves palabras al comunicado en el que anunció su retirada. En él se mostró "contento por haber tenido la suerte de vivir un sueño y cubrir mi aspiración de vivir y completar una carrera en el deporte que me enamoró a los 12 años". Destacó, además, "a mis entrenadores, a los que siempre estaré agradecido" y "la suerte de haber conocido a los que fueron mis ídolos y competido contra ellos".

Sus últimas palabras fueron dirigidas a la afición, cuyo "cariño y apoyo me ha impactado y empujado durante toda la vida".

La París-Roubaix, su única espina clavada

La carrera más bonita del mundo fue su obsesión en los últimos años de su carrera. Sin embargo, fue la única horma de su zapato. Pese a su una carrera que le motivaba especialmente y que le habría encantado añadir a su palmarés, los últimos años de su carrera no bastaron para imponerse a los reyes del adoquín.