Bicicletas con cableado interno desde el manillar: ventajas y desventajas de una tendencia imparable
La integración y el cableado interno en las bicicletas es una de las tendencias que más fuerte han llegado al ciclismo en los últimos años. Bajo la promesa de una mejor aerodinámica y un ahorro de vatios, al principio solo lo veíamos en las bicicletas de carretera aero más caras, pero hoy en día lo podemos encontrar incluso en mountain bikes ¿cuales son las ventajas y desventajas del cableado interno desde el manillar?
Cableado interno e integración en bicicletas: ventajas y desventajas
El aviso de seguridad que emitió Specialized sobre su Tarmac SL7 ya queda muy lejos y todo parece estar solucionado para ese modelo, pero en su mometo hizo saltar todas las alarmas. En él, la marca pidió que algunas unidades del último modelo se dejaran de utilizar por la detección de un posible problema en el tubo de dirección, y apuntaban como origen del problema al anillo de compresión por el que se enrutan los cables del nuevo sistema de integración.
Aquel caso, unido a otro parecido que sufrió BMC hizo que muchos aficionados se preguntarán si realmente los nuevos sistemas de cableado interno e integración "extrema" son seguros y fiables, y lo primero que tenemos que decir es que sí.
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Los dos casos citados fueron propios de nuevos sistemas y tecnologías vanguardistas en la industria, las marcas supieron adelantarse a problemas con una bajísima probabilidad de que ocurrieran y fueron resueltos de manera rápida y sencilla.
Pero dejando al margen estos casos puntuales, vamos a ver por qué se ha puesto de moda la integración y el cableado interno desde el manillar, qué ventajas tiene y cuáles sus desventajas.
Comenzando por el origen, el cableado por el interior del cuadro desde el manillar nació más por una necesidad de rendimiento que de estética y fueron las bicicletas tope de gama de contrarreloj y aero las que primero lo incluyeron para rascar algunos segundos al crono. Algunas de las que más contribuyeron a su visibilización fueron la Trek Madone o la Specialized Venge Vias de 2016. Pero el resultado estético conquistó a todos y pronto fueron los usuarios los que demandaron este sistema en los nuevos modelos como sinónimo de modernidad, incluso para bicicletas en las que sus beneficios iban a ser prácticamente despreciables.
Con la tecnología de enrutamiento en su catálogo y los usuarios demandándola, algunas marcas decidieron simplemente aplicarla al resto de modelos, como SCOTT que ha utilizado el mismo sistema de integración de cables desde el manillar que desarrolló para su modelo Aero SCOTT Foil en la SCOTT Spark y otros modelos de MTB.
Sabiendo su origen, vamos a intentar enumerar las ventajas y desventajas reales del cableado interno y la integración
Ventajas de la integración y el cableado interno
¿Aerodinámica? Todo empezó por una cuestión de aerodinámica ya que los cables redondos generan multitud de turbulencias que se evitan si esos cables simplemente desaparecen. Se trata de uno de los beneficios marginales que se buscan en competición y realmente el cableado interno desde el manillar lo consigue. Pero con este complejo sistema, se habla de un ahorro de 3 vatios en carretera. Sin duda es una ventaja cuando se busca el máximo rendimiento, pero no parece una razón de peso para la mayoría de ciclistas o en bicicletas de gama media o baja.
Bicicletas más ligeras. Estos nuevos sistemas de integración sin embargo sí que tienen un beneficio más homogéneo que la aerodinámica y es que consiguen reducir el peso de los cuadros de las bicicletas. Lo hemos visto en la Spark 2022. Los orificios de entrada necesarios en el cuadro para pasar los cables generan zonas débiles estructuralmente que necesitan una mayor cantidad de carbono para reforzarlas, pero cuando los cables se introducen desde la dirección esa cantidad de carbono extra se puede ahorrar y aligerar el cuadro con la misma rigidez y resistencia.
Protección. Esta es otra de las ventajas que se apuntan como tal, pero un poco mas abajo veremos que puede no serlo tanto. Lo cierto es que el enrutamiento interno teóricamente protege a los cables, fundas y latiguillos del polvo, agua, barro, etc y por lo tanto mejorará el funcionamiento de estos por más tiempo.
Estética. Aquí sí que hay consenso. Las líneas limpias de las bicicletas totalmente integradas y con un cableado interno desde el manillar son tendencia. Este sistema ha traído una nueva estética que actualmente se relaciona con bicicletas modernas, da igual la gama o la disciplina, y es la principal razón por la que la ausencia de cables esté mas de moda que nunca. De hecho si algunos modelos tope de gama, sea cual sea la modalida, no ofrecen esta integración somos los aficionados y medios los que nos encargamos de señalarlo, incluso cuando tenga una explicación tan válidad como buscar la simplicidad mecánica.
Desventajas del cableado interno
Complejidad. A los ciclistas les encanta ver una bicicleta completamente limpia de cables, pero habría que preguntarle a los mecánicos qué opinan de estos nuevos sistemas. La integración por el manillar de todo el cableado ha complicado bastante tareas de mantenimiento y sustitución que antes eras muy sencillas. Los tubos de dirección se han convertido en matrioskas y ahora conviene tener cerca el manual de cada modelo cuando vamos a desmontarlo.
Ajuste y tacto. Siguiendo con la complejidad en el mantenimiento, no podemos obviar que en los cambios mecánicos por cable este sistema de integración obliga a que los cables tengan giros muy cerrados que pueden afectar al tacto y desde juego a su ajuste, que se vuelve más complicado.
Desgaste oculto. Por último podemos decir que la mayor protección de la que hace gala el cableado interno puede volverse en su contra si el sistema no se revisa con regularidad. Es cierto que los cables están más protegidos, pero todos sabemos que el agua y el óxido se las apañan para llegar a las zonas más ocultas si se les deja el tiempo necesario.
Sin duda que en este caso la estética es el elemento diferenciador en los nuevos sistemas de integración y tiene pinta de que ha llegado para quedarse.