La caída de Pogacar asusta a su equipo y patrocinadores
Pese a que la dura caída que Tadej Pogacar sufrío el sábado pasado durante la disputa de la Strade Bianche 2025 se saldó sin daños físicos más allá de las habituales abrasiones, es posible que pueda tener consecuencias en el calendario del esloveno. Su equipo no quiere ni oír hablar de correr la París-Roubaix por el riesgo que siempre supone esta carrera.
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Pese a que todo terminó de la mejor forma posible, con un Tadej Pogacar llegando de nuevo a la meta de la Piazza del Campo de Siena en modo gran campeón, la dura caída que sufrió cuando horas antes con la prueba ya seleccionada ha supuesto que desde su equipo quieran proteger al máximo al ciclista y evitar que corra riesgos que podrían hipotecar su temporada y la disputa del Tour de Francia como ocurrió hace dos años cuando se rompió la mano durante la disputa de la Lieja-Bastoña-Lieja.
Y esto viene a colación de lo que parecía un secreto a voces y ha acabado confirmando el director del equipo Mauro Gianneti “Tadej quiere probar suerte en Roubaix, pero le repito que tiene que esperar. Que no corra riesgos porque podría hacerse daño. Una caída grave podría poner en peligro el Tour de Francia y tal vez toda la temporada. Espero que no se le ocurra este año, todavía tiene tiempo en su carrera para hacer la París-Roubaix”.
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Por su parte, Tadej Pogacar no le dio más importancia al incidente en su habitual actitud desenfadada, señalando que su intención era demostrar sus habilidades a un campeón olímpico de mountain bike como Tom Pidcock. “Demostré que soy bastante malo” bromeó Tadej Pogacar cuyo próximo objetivo es la Milán-San Remo para la que restan dos semanas, tiempo más que suficiente para sanar completamente las múltiples abrasiones que sufrió en su caída durante la Strade Bianche.
En cualquier caso, la decisión definitiva sobre la participación en la París-Roubaix, que también significaría realizar retoques en el intenso calendario de clásicas que tiene programado Pogacar se tomará tras la Milán-San Remo y las sensaciones con las que el ciclista concluya la carrera.