Cambia de ruedas si quieres transformar el comportamiento de tu bici
Las ruedas son el componente que más influyen en el comportamiento de una bici pudiendo transformar totalmente su carácter. Elegir las más adecuadas puede hacer que nuestra bici pase a ser como exactamente necesitamos.
Cómo lograr que tu bici se comporte como tú quieres
Muy a menudo, el que compra una bicicleta lo hace guiándose por criterios estéticos, haciendo caso a las modas, mirando parámetros como el peso o, simplemente, adquiriendo lo que más se adapta a su presupuesto, sin fijarse en las características dinámicas de esa bici en concreto, determinadas por su geometría y construcción o en si sus cotas se adecúan correctamente a su fisionomía.
Llegan entonces las frustraciones cuando empezamos a percibir que la bici no se comporta como buscábamos. En unos casos en forma de bici perezosa en la que al ponernos de pie no percibimos un claro avance o que al enlazar curvas en un descenso tenemos que poner todo de nuestra parte para meter la bici en la curva y ya no hablemos de cambiar de inclinación para enlazar varias consecutivas.
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En el extremo opuesto es cuando el ciclista se encuentra con una bici tremendamente ágil y nerviosa, que cuesta dejar correr en línea recta por la inestabilidad mostrada y que requiere de un gran dominio de la máquina respondiendo de forma exagerada ante cada mínima insinuación sobre el manillar.
Vale que hablamos de los dos extremos y que entre medias hay un buen montón de grises entre los que encontrar el tipo de bici que mejor se adapte al tipo de ciclismo que practicamos. No tiene las mismas necesidades un cicloturista de fin de semana que aquel que entrena duro buscando mejorar sus tiempos o incluso compite. Sin embargo seguimos viendo bicis superdeportivas entre los los primeros. El caso contrario, aunque también se da, es menos habitual ya que el ciclista deportivo suele tener más claras sus necesidades.
Cuando esto ocurre a menudo el ciclista comienza pensando que es una falta de adaptación, pero según pasa el tiempo empieza a darse cuenta de que igual esa bici no es la más adecuada para lo que él buscaba. Comienza entonces la búsqueda de una nueva bici.
La influencia de las ruedas
Sin embargo, son pocos los que se plantean que en el comportamiento de las bicis las ruedas juegan un papel primordial a la hora de definir el carácter de la misma. De hecho, también nos encontramos casos de aquellos que se compran unas espectaculares ruedas de perfil sólo porque son bonitas, sin plantearse cómo van a afectar al manejo de su máquina o si son adecuadas para sus capacidades técnicas.
Salvo en modelos de bicicletas de gama alta, lo habitual es que los fabricantes recurran en sus montajes de serie a juegos de ruedas simplemente correctos, que en algunos casos distan mucho de unas prestaciones acordes a la calidad del cuadro al que acompañan.
Estas ruedas básicas suelen ser modelos con llantas de aluminio con una altura de llanta entre 30 y 40 mm, tirando a baja y sin ningún propósito aerodinámico. A menudo son modelos no excesivamente rígidos y su peso suele estar bastante por encima de la media. En a mayoría de ocasiones, suelen ser las responsables del comportamiento perezoso que ofrecen muchas bicis de gama media y de entrada de las marcas, algo que se suma a las geometrías relajadas que solemos encontrar en este segmento de bicis.
Cuando estamos en este caso, un cambio hacia unas ruedas más ligeras lo vamos a notar inmediatamente en forma de mayor viveza de reacciones, ya sea a la hora de efectuar cambios de dirección como en las aceleraciones y cambios de ritmo.
Pasando a las ruedas de más nivel nos encontramos con que las ruedas de carbono con perfiles aerodinámicos se han ido poniendo de moda entre los que sustituyen las ruedas de su bici. Sin embargo, en pocas ocasiones tienen en cuenta las características de reducción de resistencia y se eligen por un mero tema estético.
Si el perfil es contenido, hasta 45 mm, la influencia en el manejo respecto a unas de aluminio de perfil medio no suele ser excesiva. La principal ganancia de este salto a ruedas de calidad, además del peso, es que suelen mostrarse más rígidas lateralmente que los modelos básicos lo que que repercute en una mayor precisión a la hora de dirigir la bici y que nos ayuda a trazar las curvas por donde elijamos sin tener que ir corrigiendo constantemente.
El siguiente escalón serían las ruedas aerodinámicas de perfil alto. Un tipo de ruedas que exigen del ciclista un cierto dominio técnico de la bici. Ya no sólo por la influencia de los vientos de costado, pese a que los diseños actuales han logrado mejorar tremendamente la estabilidad en estas condiciones sino porque el aumento de la masa en la parte exterior de la rueda aumenta también las inercias, lo que obliga a trazar las curvas con mayor anticipación y decisión por parte del ciclista.
Por último, estarían las ruedas ultraligeras de perfiles bajos, un formato de rueda que ha caído en desuso aunque algunas marcas como Fulcrum cuentan con modelos de estas características en sus catálogos. Este tipo de rueda aporta a la bici un comportamiento eléctrico, maximizando la capacidad de cambiar de dirección y facilitando sobremanera las aceleraciones. En combinación con una bici deportiva y escaladora nos pueden aportar una sensación de poder hacer lo que queramos con la bici.
¿Cambio de ruedas o elijo otra bicicleta?
Como hemos visto, las ruedas nos dan una buena opción para jugar con el comportamiento de la bici, incluso, si tenemos varios juegos de diferentes características podremos combinar su uso en función del recorrido que vayamos a afrontar ese día.
Sin embargo, hay casos en que directamente la bici no se adapta a nosotros como en el caso de haber elegido una talla demasiado grande o demasiado pequeña. También por haber elegido una bici de un estilo poco adecuado al que necesitamos.
Una bici de corte aerodinámico tiene poco sentido si vivimos, por ejemplo, en Asturias, aunque podamos adaptar su comportamiento con un juego de ruedas ultraligeras. Igual ocurre en el caso contrario si vivimos en plena meseta.
Más allá de esto, tampoco tiene sentido contar con una bici de geometría deportiva y comportamiento agresivo si lo nuestro es hacer largas rutas sin ningún tipo de prisas y donde una bici de estilo gran fondo nos aportaría una posición más relajada, un comportamiento estable e intuitivo y mayor comodidad.
En estos casos, aunque sustituyendo las ruedas pudiéramos ajustar el comportamiento de la bici, quizás lo más honesto sería admitir que nos hemos equivocado de bici y elegir una que sí se adecúe perfectamente al uso que le vamos a dar.