Probamos la Cannondale Topstone Neo Carbon 2: esta gravel eléctrica es pura diversión
Hoy hacemos balance de unas de las bicicletas más revolucionarias de los últimos años, la Cannondale Topstone Neo Carbon. Gravel y eléctrica en una combinación excelente a la que le exigimos de lo lindo. Aquí tienes nuestro veredicto, lo más loable y los aspectos mejorables.
Cannondale Topstone Neo Carbon: primer test
A simple vista, incluso antes de dar ni una sola pedalada, ya vimos que esto iba a ser algo diferente. Nunca habíamos probado esa mezcla tan novedosa de gravel y bicicleta eléctrica. Ambas cosas por separado, decenas de veces, pero ese cóctel era una auténtica incógnita para nosotros.
Aún sin subirnos, evaluamos el primer día la Cannondale Topstone Neo Carbon y, a ojo, vimos que su construcción está más que pensada. Esta gravel lo ha diseñado y embutido todo tan bien que, aunque se nota que es una eléctrica, pasaría muy desapercibida en el paso de un ciclista. El tubo diagonal del cuadro es el único manifiestamente más grueso debido a la batería Bosch de 500Wh que incorpora.
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Pero es que incluso va sobrada de esto, porque para moverla se necesita muy poco. Su cuadro baja de los 2 kilos, así que el resto del peso lo aportan los componentes pero, como decimos, en ninguna salida se ha cumplido ninguno de estos dos factores: no hemos usado el modo turbo nada más que para testarlo y no por necesidad; y no nos hemos quedado sin batería. Lo comentaremos después.
Su aspecto: una gravel con mucho cuerpo y bien pensada
Pero antes, tres detalles más de su aspecto. El primero que nos llamó la atención, es la fijación del ordenador de a bordo. Excelente. Tan fija que pensábamos que no se extraía. Hay que tirarle muy fuerte para que su sistema de imanes te deje sacarlo. Y su encaje está súper medido. Así que con dejar apuntado este dispositivo, va a su sitio; y preocupaciones porque se salta en plena marcha, ninguna. Es genial, porque puedes manejarlo sin problemas pero a la vez es muy seguro.
El segundo, el manillar. Un manillar cuya apertura abaj o va en aumento, así que facilita enormemente la manejabilidad. Está muy bien pensado, porque no vamos a ir por carreteras, donde no es tan necesario este manejo, sino que en terrenos más escarpados da un punto de control más.
Por último, este ya menor, la tija de sillín vino justa. En tu caso, si tu talla va justa también, tendrás que cortarla un poco pero, como decimos, a nosotros nos fue que ni medida.
Ayuda eléctrica y batería de la Cannondale Topstone Neo Carbon
Sobre las dos cuestiones que apuntábamos al respecto, aquí van las aclaraciones.
En primer lugar, no hemos usado el turbo para rodar (sí para testearlo) no porque estemos muy en forma. Nada de eso, somos ciclistas apasionados pero no profesionales. Pero incluso en los peores puertos, de pendientes en torno al 20% y terreno suelto más propia de una mountain bike, con el nivel 2 o, como mucho el 3, cualquier ciclista podría ir dando un paseo. Una cosa sobre esto: el mando de control del ordenador de a bordo se ha incrustado de manera brillante para usarlo con la mano izquierda, justo al lado de la potencia. Un acierto, fácil manejarlo incluso sin retirar las manos del manillar para cambiar el nivel de asistencia.
Es cierto que cuando le mantienes la velocidad 3, la batería baja más rápido, pero aquí con rápido queremos decir “más rápido”. Vamos, que baja lento, que tiene aguante, pero que se nota si la exprimes a esos niveles. En segundo lugar, en salidas de menos de 2 horas, apenas nos hemos quedado en un 75%. Esto se debe a que es tan ligera que rodando en llano, la mayoría del tiempo vas a apagar la ayuda eléctrica, porque no la vas a necesitar de lo ligera que es.
En resumen, este sistema de Bosch Performance Line CX 250W con batería de 500Wh va muy sobrado para dar una experiencia sensacional. Los 128 kilómetros de autonomía que asegura, los confirmamos, así que si encima no usas nada en algunos tramos, puedes aumentar esa cifra sin problemas. En nuestro caso, ni cuesta arriba hemos usado el turbo por necesidad, como decimos, lo que reduce la preocupación por la cuestión de la autonomía de la Cannondale Topstone Neo Carbon.
Por último, el último factor que nos ha sorprendido gratamente es el de los frenos. Los Shimano GRX hidráulicos con discos de 160mm dan un resultado brillante. Creednos si decimos que hemos intentado exprimirlos. De hecho, pensábamos que sufrirían un poco al menos, dado el peso de la bici y las bajadas largas y muy empinadas que hemos buscado para llevarlos al límite, pero nada. En ningún momento han dado muestras de flaquear.
Tampoco el sistema de suspensión trasero Kingpin. Bien es cierto que no tiene una sensibilidad propia de un amortiguador, como es lógico, y que no nos hemos puesto a comprobar si alcanza esos 30mm de recorrido que ofrece, no andamos con el metro en plena salida. Pero sí le hemos exigido y ha respondido bien. Da ese poquito de absorción necesario en una gravel si quieres transitar fuera del asfalto.
Por cerrar este comentario de lo mejor de la Cannondale Topstone Neo Carbon, excepto un par de puntos mejorables que comentaremos a continuación, nuestro veredicto es de diez. Una gravel eléctrica es una combinación maravillosa. Posiblemente, la palabra que más defina a ese matrimonio es diversión. Vas a poder ir por casi cualquier terreno y vas a tener una asistencia eléctrica para disfrutar más e ir más lejos. Las cubiertas WTB Riddler de la nuestra iban de la mano, se han mostrado perfectas para cualquier tipo de terreno, así que no tienes excusa para pasarlo bien y disfrutar de un cañón como esta Cannondale Topstone Neo Carbon, una experiencia gravel+eléctrica buenísima.
Puntos a mejorar de la Cannondale Topstone Neo Carbon
Pero, como es habitual y como ya hicimos con otros modelos previamente, aquí en Brújula Bike siempre buscamos ese matiz, ese detalle nimio pero mejorable, que sirva de crítica constructiva y de mejora para el futuro. Porque todo es mejorable, por supuesto, y al menos desde nuestro humilde criterio, hay dos puntos muy claros en esta Cannondale Topstone Neo Carbon 2 que la hacen más gravel que trialera, y es un factor que debes considerar a la hora de escoger la tuya.
Así que, en primer lugar, si la situamos en la gama, encontramos el primer hándicap. En esta ocasión, es sólo eso, un hándicap. Digamos que esta Cannondale Topstone Neo Carbon 2 gana y pierde con la horquilla rígida. Así es, porque esa horquilla rígida le aporta muchísimo en terrenos duros, pero si buscas algo más offroad, te aconsejamos completamente que te decantes por uno de los modelos que incorporan la Lefty.
Por primera vez, Cannondale añadió la Lefty a estas bicis de gravel eléctricas, pero la Cannondale Topstone Neo Carbon 2 viene con horquilla BallisTec Carbon totalmente rígida. Y ese es el primer detalle: digan lo que digan, si quieres terrenos verdaderamente rotos, más de mountain bike que de cualquier otra bici, necesitas una Lefty.
Pero tranquilo, con respecto a esto hay una buena noticia: puedes optar por ese modelo con Lefty tanto gastándote más como gastándote menos. Sí, por extraño que parezca. Por supuesto, hay una versión superior, la Topstone 1 Lefty, con horquilla Lefty Oliver Carbon de 30mm de recorrido, pero ya saltas a los 7999€. Por eso, también tienes la opción de la Topstone Neo Carbon 3 Lefty.
Matices con respecto a este punto: sí, cuesta 500 euros menos e incorpora la Lefty Oliver de 30mm. Pero a cambio, sacrificas otras cosas: el asiento seguirá siendo Fabric Scoop, pero en vez de titanio tendrá railes de acero; la batería baja de los 500 a los 400Wh y además no incorpora ese Bosch Kiox para controlarla del que hemos hablado tan bien, sino un Bosch Purion. Pierdes además un poquito de calidad en los bujes y colocas unas ruedas de algo más de anchura. Como ves, se trata de decantarse por una u otra, y la decisión la marcan los kilómetros que vayas a hacer por asfalto y por tierra.
Esto no quiere decir que con esta Cannondale Topstone Neo Carbon 2 no nos hayamos metido por cada trocha que helaría el corazón, pero se pierde ese punto de control y de relajación al llevar la Lefty ahí delante que absorba lo indecible. En esos tramos, es inevitable que con una horquilla rígida el temblor provoque algo de adormecimiento. Pero, como decimos, es que nosotros también somos un poco brutos, porque para el resto del terreno, como apuntábamos antes, por roto y suelto que estuviera, ha respondido de manera óptima. La decisión es tuya.
En segundo lugar, y esto vuelve a ser un aspecto con salvedades: con un monoplato quizá sería mucho más que suficiente. Es nuestra percepción, la de unos ciclistas que aman salir a rodar pero que también tienen tiempo de comerse una buena hamburguesa. Queremos decir, que nuestro nivel es medio, como mucho medio-alto, y aun así la asistencia eléctrica no la hemos exprimido porque no la hemos necesitado. Casi el 90% de tiempo de uso hemos usado el nivel 1 o el 2. Considera que tiene un 3 y un 4, modo turbo. La salvedad, vuelve a estar con su hermana melliza, la Topstone Neo Carbon 3 con Lefty, que incorpora este monoplato.
Vamos, por resumirlo: si buscas más gravel, quédate con esta Topstone Neo Carbon 2; si buscas una offroad pero más mountain bike, decántate sin dudarlo por la Topstone Neo Carbon Lefty 3. Ninguna es mejor a otra, simplemente Cannondale ha querido con total seguridad cubrir todo el espectro de ciclistas.
En nuestro caso, con un desarrollo monoplato creemos nos hubiera bastado, porque no le hemos sacado partido a los dos platos. Aquí hay un matiz: igual si en algún momento de subida quieres usarla sin asistencia, sí que necesitas un plato más pequeño. Pero si estrictamente la usamos como una gravel eléctrica, la Cannondale Topstone Neo Carbon 3 irá genial con monoplato. Lo bueno de esto: que si te compras una y luego quieres la otra, al menos en el desarrollo bastará con cambiar dos platos por uno o viceversa. Esta cuesta 6599€ de serie, pero la gama es mucho más completa y las han pensado para todo tipo de presupuestos. Vamos, que si quieres divertirte, te quedan pocas excusas.
Topstone Neo Carbon