Carlos Rodríguez firma la tercera victoria española mientras Pogacar y Vingegaard se anulan
Carlos Rodríguez gana la decimocuarta etapa tras descolgar en el descenso final a las dos bestias de la general. El corredor de INEOS realiza una actuación sensacional para lograr la tercera victoria española, mientras Pogacar y Vingegaard firman tablas tras otro duelo espectacular. El danés se llevó la bonificación en el colosal Joux Plane y aventaja al esloveno en 10 segundos.
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La decimocuarta etapa del Tour estaba marcada en el calendario como una de esas duras jornadas alpinas. 152 kilómetros, cinco ascensiones y dos platos fuertes: Ramaz -de primera categoría, a 50 km del final- y Joux Plane -11,6 km al 8,5%-. A partir de aquí, descenso a Morzine y llegada a meta.
Después de la victoria de Kwiatkowski y con Pogacar arañando de nuevo unos segundos en la general, la diferencia entre el esloveno y Vingegaard era de apenas 9 segundos.
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El día empezó con una caída en la que se vieron envueltos más de 30 corredores y que obligó a la organización a detener la etapa. El asfalto húmedo pudo estar detrás de un incidente que se produjo cuando solo se habían recorrido 5 km y que dejó fuera de combate a Antonio Pedrero y Louis Meintjes, que se rompió la clavícula.
Una vez reanudada la prueba, los ataques para formar la fuga se sucedieron hasta que Van den Berg abrió un pequeña brecha con el pelotón. Al neerlandés del Groupama se le añadieron otros corredores cuando ya coronaban el primer alto, el Col de Saxel, de tercera categoría. Tres nuevos abandonos engordaron el parte de bajas poco después: caídas de Chaves, Shaw y Bardet, con el agravante para el francés de que el golpe le dejó conmocionado.
Los siguientes minutos sirvieron para que la fuga quedase formada por completo. 23 corredores que abrieron un hueco de 30 segundos, mientras que por detrás era Jumbo quien asumía la responsabilidad de tirar del pelotón.
Ciccone se llevó los 10 puntos del Col de Cou. La fuga apretó los cuádriceps y tiró con fuerza, pero Jumbo tenía otros planes y puso en marcha la máquina de vatios. El ritmo del pelotón fue tal que la fuga se vio incapaz de sobrepasar el colchón del minuto. Aun así, los escapados no dieron su brazo a torcer y se mantuvieron a pocos metros por delante.
Landa y Aramburu, junto con Ciccone, Pinot, López y Johannessen protagonizaron los papeles más destacados de una fuga que parecía condenada a ser engullida demasiado pronto.
El golpe de pedal machacón siguió haciendo mella y las fuerzas empezaron a flaquear en algunos de los perseguidos; solo 11 corredores resistieron el tsunami del pelotón con 20 segundos de margen. Ciccone, Aramburu y Woods fueron los primeros en alcanzar la cima de Col de Jambaz. Por su parte, el Jumbo endurecía la carrera tanto como podía y se permitía el lujo de guardar sus mejores cartas para la parte decisiva de la jornada. La misión quedaba resuelta a 61 kilómetros de la meta: fuga neutralizada.
La subida al Ramaz fue descontando a quienes no podían aguantar la velocidad de cabeza. El pelotón quedó formado por unos pocos corredores; una escabechina que dejó a tan solo 22 supervivientes. Los escuderos de Vingegaard preparaban el terreno para su líder, mientras Pogacar aguantaba a rueda.
El ascenso estiró el grupo, Van Aert coronó y la bajada quedó compuesta por todavía menos integrantes: 12 corredores, 38 km para la meta. Guerreiro abandonó y Yates, Guillaume, Harper y Gall tiraron de casta para reunirse con la cabeza a apenas 4 kilómetros de empezar el Joux Plane.
El puerto empezó con Kelderman, Van Aert, Grosschartner, Gaudu y Harper perdiendo metros. El belga del Jumbo, sin embargo, metió otra marcha y arrancó al galope para poco después ceder el testigo a Kuss. Vingegaard, Pogacar, Majka, Adam Yates, Carlos Rodríguez, Hindley y Gall seguían metidos en la pelea.
Kuss continuó su incansable labor cuando todavía quedaba lo más duro. Hindley cedió terreno. Metro a metro la dureza castigaba las piernas de quienes aguantaban entre los mejores. Vingegaard, Kuss, Pogacar, Yates y Carlos Rodríguez.
Pogacar indicó a Yates que era su turno y el británico se fue hacia delante y relevó a Kuss con un ritmo que dejó a todo el mundo atrás excepto a los dos grandes favoritos. Pogacar a 3,7 km. Ataque del esloveno. 3 segundos a Vingegaard. El líder paró la hemorragia. Batalla a distancia. 5 segundos. La diferencia quedó así y la guerra en remoto terminó con un armisticio cuando el maillot amarillo llegó a la rueda del maillot blanco. Pogacar y Vingegaard aceptaban una tregua que les permitía preparar el esprint final para las bonificaciones.
Conato de ataque de Pogacar neutralizado por las propias motos de la organización. Vingegaard ganó el espint con un gran cambio de ritmo y se llevó los puntos. Pogacar contraatacó al más puro estilo Pogacar y la Muralla Danesa, infranqueable como de costumbre, se pegó a su estela.
Carlos Rodríguez pedaleó con todo para dar caza a las dos bestias. Lo hizo. Y se lanzó al descenso para abrir hueco. El andaluz llegó a meta con 5 segundos de ventaja y logró una victoria que le cuelga el cartel de serio aspirante al podio de París. Pogacar lo intentó con un esprint final que Vingegaard resitió y ambos cruzaron la meta sin más diferencias que las conseguidas por las bonificaciones. 10 segundos y todo abierto para que mañana siga la batalla.