MIPS: ¿moda o seguridad?
No hay conversación sobre cascos en la que no aparezca el MIPS. Este sistema de seguridad se ha puesto tan de moda que a estas alturas no podemos saber qué supone para la seguridad y qué parte nos han comunicado tan bien como para que creamos en él ciegamente. Pero ¿sabes lo que es? ¿Sabes en qué consiste y qué te aporta? Por ejemplo ¿merece la pena pagar más por un casco de mountain bike que lo incorpore?
Y qué es exactamente el MIPS
Su traducción literal es “Multidirectional Impact Protection System”, que significa que es un sistema de protección para impactos multidireccionales. Dicho así puede confundir, así que iremos al grano: el MIPS es un sistema de seguridad que incorpora una lámina de policarbonato en el interior del casco para convertir el impacto frontal en rotatorio. Si te has puesto alguna vez un casco de obra, habrás comprobado que la carcasa protectora no es lo que entra en contacto con tu cabeza, sino que hay una especie de estructura interna que es la que apoya en tu cabeza y la separa unos centímetros de la carcasa exterior. Algo parecido es el MIPS.
Es una extensión de lo que ya ocurre en tu cabeza: la piel puede moverse alrededor de tu cráneo, y salvar pequeños impactos al cerebro a cambio de heridas externas.
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Esta fina lámina de policarbonato se agarra al corcho del casco (al poliestireno expandido) con unos pines y unas gomas que conectan ambas partas. Lo que ocurre, es que una vez te pones el casco y lo ajustas, puedes moverlo y notarás como se mueve la parte externa pero la lámina de MIPS se queda en tu cabeza fija.
Esto hace que, en caso de impactos de incisión lateral (la gran mayoría de impactos, es muy extraño que sea puramente plano) el casco gire unos centímetros, transformando la energía frontal del impacto en energía rotatoria, y salvando gran parte de la fuerza del impacto a tu cráneo y, por consiguiente, a tu cerebro. Los datos que ofrece MIPS afirman que esta reducción del impacto ronda el 39% respecto a un casco sin MIPS.
Pero, ¿es realmente útil el MIPS o es puro marketing?
Es posible que ambas cosas sean ciertas. El MIPS aporta seguridad, pero es imposible determinar si en el grado de hacerlo algo totalmente imprescindible para la seguridad de un casco, por lo que el trabajo de comunicación y marketing ha sido importante.
Dicho esto, sí que es cierto que la aplicación del MIPS en los cascos de ciclismo ha evolucionado una auténtica barbaridad. Inicialmente, hace más de 20 años, el casco no era ni obligatorio y la principal razón para no usarlo por parte de los ciclistas era el calor que les suponía. Además, el MIPS de aquella época era una plancha de policarbonato sin ventilación, o lo que es lo mismo, un plástico en la cabeza, que evitaba la evaporación del sudor. Si era complicado que los ciclistas usasen casco, ponerles una plancha de material plástico añadida lo complicaba aún más.
Pero el MIPS actual dista mucho de todo aquello. La evolución de la tecnología ha sido increíble. Actualmente, la implantación del MIPS se hace casco a casco, modelo a modelo, para determinar la mejor posición donde agarrarlo al corcho y así recortar el MIPS con la forma del casco, dejando las aperturas de ventilación sin obstáculos. Eso mejora enormemente aquel hándicap.
Además, el MIPS ha pasado a ser muchísimo más este 2018 con la presentación del Giro Aether. Sin duda, más de 2 años de trabajo de desarrollo por parte de Giro han tenido como consecuencia un sistema que es mucho más que una simple plancha de policarbonato. El sistema MIPS de giro construye el casco en dos bloques de corcho, de poliestireno, y uno se mueve dentro del otro. Es un MIPS evolucionado, que suprime el policarbonato pero conserva toda la tecnología MIPS, de ahí el avance. El resto de marcas, se han quedado de momento en el MIPS tradicional, un sistema que hoy pesa muy poco, entre 25 y 45 gramos solamente.
¿Significa eso que no hay marketing detrás? Por supuesto que no. La gente de MIPS ha sabido generar la necesidad, comunicar muy bien su producto, hacer que los ciclistas den más importancia a un elemento de seguridad como el casco, definir muy bien qué aporta y, por supuesto, unirse a otras empresas que han creído en el MIPS y le han ayudado a dar el gran empujón. No es fácil innovar en un casco, un elemento que se hace igual desde hace 50 años, por lo que tiene un gran mérito intentarlo y conseguirlo. Si luego, además, se sabe buscar buenos aliados y compañeros de viaje, el éxito será seguro fruto de ambos aspectos.
La historia de MIPS
Un cirujano sueco, Hans von Holst, analizó en 1995 cómo se fabricaban los cascos tras ver demasiadas consecuencias negativas de los traumatismos craneales por accidentes de ciclistas. Junto al Real Instituto de Tecnología de Estocolmo y a Peter Halldin, investigador en aquel entonces, analizaron el panorama completo desde el accidente a las lesiones, y llegaron a la conclusión de que era necesario crear un sistema que redujera la aceleración de rotación del cerebro en los impactos.
Nacía así el primer MIPS, un sistema que ha evolucionado muchísimo y que supone un sello de seguridad actualmente. Más de 30 años después de aquel inicio, hoy más de 50 marcas y fabricantes de cascos de ciclismo, motociclismo y snowboard utilizan el MIPS en sus productos.