Los enormes cascos de crono se han puesto de moda para todo

Si el año pasado el casco de crono de Visma-Lease a Bike daba para hablar largo y tendido, una tendencia de diseño que se ha ido generalizando en los distintos cascos de crono de otras marcas, ahora le toca el turno a los cascos aerodinámicos de carretera que comienzan a evolucionar en esa dirección para tratar de lograr similares ventajas contra el viento.

De la crono al día a día. Así están evolucionando los cascos aerodinámicos de carretera

Ya el año pasado comenzamos a ver cómo los cascos aerodinámicos para usar en carretera en el día a día estaban comenzando a cambiar para emular ciertas soluciones técnicas de sus hermanos de contrarreloj como, por ejemplo, cubrir ligeramente las orejas como hacen los modelos Nirvana de Kask o el Poc Procen Air.

Ahora, esta tendencia de imitar a los cascos de crono se va extendiendo entre las diferentes propuestas de las marcas y, entre las características copiadas no podía faltar el aumento de volumen de los mismos a fin de lograr una mejor aerodinámica.

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La razón de esto es conseguir integrar más cantidad de casco con el cuerpo del ciclistas de forma que los ingenieros pueden controlar de mejor forma como fluye el aire desde el casco hacia hombros o espalda a fin de que la transición sea lo más suave posible y, por tanto, la resistencia generada sea menor.

Un buen ejemplo de esta moda es el Giro Aerohead MIPS que no puede ocultar el parentesco con el estrambolico modelo de contrarreloj Aerohead II con el que comparte denominación y las líneas generales de diseño, obviamente, mucho más contenido en la versión de diario.

Similar inspiración podemos ver también en el Evade 3 de Specialized que adquiere una anchura y unas formas que recuerdan al instante al S-Works TT 5.

En principio, se trata de una evolución que no cuenta con mayor límite tecnológico que el que establece la UCI. El máximo organismo del ciclismo determina que los cascos han de cumplir con las homologaciones vigentes, al igual que otras prendas, no tener añadidos ni modificaciones que no formen parte estructural del mismo y adecuarse a un tamaño máximo fijado por una caja de 450x300x210 mm, un margen que da mucha holgura a los fabricantes.

Mientras se cumplan estas premisas, no hay ningún tipo de limitación a la hora de elegir casco incluso, estaría permitido competir en una etapa en línea con un casco de contrarreloj. Sin embargo, el punto que aún diferencia estos cascos de los usados a diario es que los modelos de crono únicamente priman la aerodinámica, sin ninguna otra consideración mientras que en el día a día, factores como el peso y, sobre todo, la ventilación se convierten en esenciales.

Aparte, también es importante el aspecto de la seguridad, no ya del casco que se da por supuesta sino de la percepción del entorno por parte del ciclista. Estos cascos suelen tapar totalmente o en parte las orejas lo que puede añadir un riesgo en el sentido más importante cuando se pedalea en pelotón a toda velocidad por lo que no sería de extrañar, si continúan radicalizándose los modelos de uso en carretera que la UCI acabara tomando cartas en el asunto para fijar unos límites más estrictos.