Froome encara su último año más realista que nunca: "Ya no miro los resultados"
Últimas pedaladas de 2024 para Chris Froome que estos días forma parte de la representación de Israel-PremierTech en el Tour de Guangxi, prueba de categoría World Tour pero a la que los equipos suelen mandar sus alineaciones B salvo acuciante necesidad de puntos por su ubicación ya con la campaña prácticamente terminada. El británico comienza a asumir que 2025 será su último año como ciclista profesional.
Chris Froome finaliza otra temporada inédita compitiendo en el Tour De Guangxi
Calificado por muchos como “el peor fichaje de la historia” el cuatro veces ganador del Tour de Francia, Chris Froome se va acercando al final de su carrera ya que el contrato con su actual equipo, Israel-PremierTech, por quién fichó en 2020 tras un año anterior marcado por su gravísima caída en Dauphiné y su abandono de INEOS, llegará a su fin al término de 2025 y, visto su nulo rendimiento desde entonces, con tan sólo aquella fuga en el Tour de Francia camino de Alpe d’Huez en la etapa vencida por Tom Pidcock como momento más brillante, se antoja imposible su continuidad como ciclista profesional a sus 39 años.
El propio Chris Froome parece tener esto ya asumido, al menos eso se destila de sus declaraciones durante el Tour de Guangxi donde se está viendo a un ciclista relajado, que disfruta de la vida, ayuda a su equipo en la medida de lo que sus piernas le permiten y no se estresa “ya no miro resultados. Siendo realistas, ya no puedo competir por victorias pero todavía estoy muy motivado para correr y todavía me divierto mucho sobre la bici” afirmaba Froome.
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Froome, que apenas ha disputado una treintena de días de competición esta temporada ha tenido un calendario realmente atípico, lo que se suele reservar para los ciclistas de menor nivel en los equipos y que básicamente incluye carreras menores y lugares donde el equipo tiene que estar presente muchas veces por compromiso, como es el caso de este Tour de Guangxi que, con la temporada prácticamente acabada y siendo en la otra punta del mundo supone un auténtico marrón para los equipos que se ven obligados a competir por la categoría World Tour de la prueba.
El británico se lo toma desde un punto de vista positivo “Esta temporada he estado en lugares que nunca esperé, al menos en los que nunca antes había competido: Ruanda, Rumanía, China…” a la vez que tiene bien asumido su papel como gregario y a la vez guía para los ciclistas más jóvenes del equipo a los que trata de aportar toda la experiencia acumulada a lo largo de su carrera.
De cara a 2025 su ilusión sería poder correr el Tour de Francia una última vez pero será algo tremendamente complicado dado el escaso nivel que ha venido mostrando y que, no lo olvidemos, el próximo año será temporada en la que se definan los ascensos y descensos del World Tour donde Israel-PremierTech tratará de recuperar la categoría que perdió a finales de 2022.