Un ciclista de piñón fijo condenado a dos años de prisión por atropellar a una mujer y no llevar freno delantero
Su nombre es Charlie Alliston, es londinense y su vida dio un giro radical cuando contaba 18 años. Conductor habitual de una bicicleta de piñón fijo, habituales en los circuitos urbanos, un día como cualquier otra sufrió un trágico accidente que acabó en tragedia: el joven atropelló a una mujer de mediana edad, madre de dos hijos, que falleció a consecuencia del choque. Su bici no contaba con freno delantero...
Libre por homicidio, pero condenado a dos años
El juicio ha sido un proceso largo en el que ambas partes han puesto sobre el tapete sus razonamientos. La acusación afirma que, de haber montado freno delantero la bicicleta de piñón fijo, el choque se podría haber evitado. Una argumentación rebatida -sin éxito- por la defensa: el juicio ha terminado librando a Charlie del cargo de homicidio, pero con una condena de dos años por "conducción temeraria con causa de lesiones a un tercero", ya que la ley establece la obligatoriedad del freno delantero.
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Charlie Alliston afirma que no era consciente de ese vericueto legal, y que antes del accidente había empleado bicicletas similares mientras trabajaba para diversas empresas de mensajería.
La jueza, Wendy Joseph, justificó la condena de prisión en la actitud del reo: en su opinión "no ha mostrado ni una pizca de arrepentimiento en todo el proceso", una impresión que ha tenido muy en cuenta a la hora de establecer un veredicto.
La condena empezará su cumplimiento el día 18 de septiembre. Una historia que debería hacernos reflexionar sobre lo delicado y peligroso que puede ser montar en bicicleta: por mucha confianza que se haya adquirido, no jugamos con nuestras vidas, también con las de otras personas. Todos los sentidos deben estar en alerta mientras pedaleamos para evitar desgracias, para no vernos en el lugar del joven británico Charlie Alliston.