Por qué no hay tantos ciclistas negros profesionales
En pleno auge del movimiento Black Lives Matter, y en pos de la igualdad real en todos los sentidos, nos hemos preguntado por qué no abundan los ciclistas negros. Lejos de crear polémica, pretendemos analizar desde el compromiso más real cuáles pueden ser las razones de que los ciclistas negros sean tan escasos en el pelotón.
Por qué hay pocos ciclistas negros
Pues el debate es profundo y las razones, ya te lo adelantamos, son múltiples. Así es, como no podía ser de otro modo, es multicausal el hecho de que no abunden los ciclistas negros.
Por supuesto, carece de sentido argumentar cualquier condicinante genético, sería mentir a todas luces y ser ajenos a la ciencia. Sería tan injusto como decir que las personas negras son peores ciclistas o que son mejores corredores de fondo. El hecho de que esto sea así, no responde a un hecho, sino a cuestiones socioculturales que van mucho más allá de un argumento simple y racista.
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Kenia se ha convertido en la cuna del medio fondo y del fondo en running; Jamaica es el epicentro de la velocidad desde que Usain Bolt inauguró la tendencia. Y todo esto, aunque a algunos les cueste creerlo, responde a factores socioculturales.
En esos ambos ejemplos que hemos puesto, tanto correr fondo como hacer 100 metros en menos de 10 segundos es deporte nacional, es la primera razón por la que los niños y niñas se apuntan a una escuela de atletismo. Por eso Kenia tiene ciudades como Iten, que con menos de 50.000 habitantes ha dado a luz a más corredores de fondo profesionales que el resto del mundo junto. ¿Casualidad? No, causalidad: casi la mitad de su población sólo tiene una ocupación cada día, que es correr. Así es, media ciudad sólo corre, y lo hace a casi 2500 metros de altitud. Lo dicho, causalidad, no casualidad.
Pues con el ciclismo, la primera razón que explica por qué no abundan ciclistas negros, es también sociocultural. Europa es el continente con mayor grado de afición ciclista y con una tradición centenaria.
Pero además, hay más razones, sobre todo económicas. No es lo mismo correr, para lo que apenas necesitas un calzado decente, que salir en bici. Una bicicleta decente cuesta mucho más. Y cuanto más subes de rango, más cuesta. Unas zapatillas de running top pueden costar unos 120 euros. Una bici top botará siempre de los 5000€. ¿Y quién en toda África puede comprarse ni siquiera las zapatillas? Pues menos aún la bicicleta.
Pero además, ¿qué hacer con una bici en un territorio donde no hay ni un camino asfaltado? Pues estas son sólo algunas razones, hay muchas más de por qué son escasos los ciclistas negros. Colombia es un buen ejemplo de que, con un poco estructura y mucha afición, los ciclistas comienzan a llegar a la élite hasta convertirse en un país referente.
Pocos ciclistas negros, pero algunos hay
Sí que hay algunos referentes para que, en cuanto sea posible, una persona negra tenga una inspiración para dedicarse al ciclismo. Major Taylor fue el primer ciclista negro de Estados Unidos, profesional con 18 añitos en 1896. De hecho, Taylor rompió varios records, y hay que pensar que tenía una doble dificultad: romper el record, y romper los prejuicios, porque por aquel entonces Estados Unidos era un país totalmente segregado racialmente.
De ahí, hasta 2015, cuando el eritreo Daniel Teklehaimanot fue hasta maillot de lunares en el Giro de Italia, ha pasado más de un siglo, y los ciclistas negros llegan con cuentagotas. Antes, el propio Teklehaimanot había hecho la Vuelta a España en 2012, y es sin duda el referente moderno del ciclismo para las personas negras.
Actualmente, las personas negras siguen esforzándose por dar acceso a esta minoría a un deporte tan dominante por la población blanca. Asociaciones como Black Cyclists Network pretende que cualquier persona, negra o no pero predominantemente minorías negras sin acceso a la práctica del ciclismo, pueda hacerlo y conocer a ciclistas también negros. Hay muchos y muchas ciclistas negros y negras.
Ha pasado con otros colectivos. El ejemplo más claro lo hemos tenido con las mujeres, que precisamente no son minoría, y que han estado relegadas. Voces como la de Kate Courtney se levantaron para denunciar el machismo que a menudo impera en el deporte. En multitud de deportes, el predominio blanco ha imperado hasta que, de repente y poco a poco, el resto de razas del mundo han ido adentrándose. Pasó en el fútbol, en el que hoy es muy común ver a futbolistas negros y negras; y pasará en el ciclismo, antes o después. Sólo es cuestión de tiempo y de igualdad. Sí, es complicado, pero llegará si queremos creer en una sociedad más justa.