Ciclistas y rotondas ¿sabías que tenemos prioridad en este caso?

El manual de circulación indica que en una rotonda, la prioridad la tiene quien ya circula por la rotonda, ¿pero esto es siempre así? Con los ciclistas, así como con cualquier vehículo que circule por la calzada, es así, pero hay una excepción.

Un grupo de ciclistas en una rotonda actúa como un ciclista

La Dirección General de Tráfico ha querido aclarar algunas dudas que despierta un caso muy concreto en el que la norma tajante de que un vehículo en el interior de una rotonda tiene prioridad se relativiza. Porque esta norma también tiene una excepción regulada por la misma normativa.

Y esa excepción afecta a los ciclistas. Y sí, hablamos en plural, porque existe un caso en el que un vehículo que aún no ha entrado en la rotonda tiene prioridad sobre el que sí circula ya en su interior: cuando circulamos en grupo o pelotón ciclista.

Porque aquí la particularidad es manifiesta y se basa en una idea sencilla: un pelotón ciclista se entiende por un solo ente aunque esté formado por decenas de ciclistas. Por eso, nace la particularidad, porque cuando un vehículo se encuentra con que el pelotón ya había entrado a la rotonda, serán estos ciclistas quienes tengan prioridad. Por raro que parezca, será el vehículo que circula por la rotonda quien deba parar para cederles el paso.

Da igual que gran parte de ese grupo aún esté lejos de llegar a la rotonda, como decimos, actúan como una unidad y, por lo tanto, tienen prioridad. Obviamente, es de sentido común que un conductor vea el pelotón circulando y frene por precaución, pero quizá le quedaba el regusto de que lo hacía por precaución y no por obligación. Igual incluso se enfadaba porque consideraba que él tenía prioridad. Pues no, no es así, el grupo ciclista tiene prioridad.

Los ciclistas han de respetar las normas de circulación

Dicho esto, hay que hacer también un descargo en favor de los ciclistas que cumplen a rajatabla la normativa de circulación. Porque actuar así en grupo y en una rotonda no es ni más ni menos que cumplir con esa normativa.

Sin embargo, esto no debe confundirse con otras salvedades que algunos ciclistas perpetran sin considerar que están incurriendo en un incumplimiento de la normativa en base al código de circulación. El ejemplo más evidente y que todos en algún momento hemos visto con nuestros propios ojos, es el de un ciclista que no se detiene ante un semáforo en rojo y, aunque lo pase lentamente, lo traspasa, incumpliendo con ello una norma clara y poniendo en riesgo incluso su vida.

Este ejemplo del semáforo también se ha repetido en numerosas ocasiones con unan señal de Stop, también de paro obligatorio.

Hay también ejemplos en la otra vertiente, como que un ciclista no puede circular por la autovía, aunque en realidad sí puede hacerlo en casos excepcionales. También, circular en paralelo, permitido.

Normalmente, el colectivo ciclista es tajante en estas situaciones: ocurren y no deben ocurrir porque dan un mal ejemplo y una mala imagen de todo el colectivo; pero son situaciones muy aisladas, ya que la inmensa mayoría de ciclistas respetan las normas viales y el código de circulación siempre.