Qué come un ciclista durante un día en el Tour de Francia
Una etapa promedio del Tour de Francia consume 5.000 -¡sí, 5.000!- calorías del cuerpo de los profesionales. La cantidad de comida que deben ingerir para compensarlo es tremenda, variada y muy nutritiva. Ese es el gran reto de los profesionales del área, conseguir que los ciclistas no se cansen por comer siempre lo mismo en cantidades astronómicas. Y así es como lo consiguen: esto es lo que come un ciclista en un día en el Tour de Francia.
La alimentación de un ciclista en el Tour de Francia
La pasta vuelve a estar de moda. Hace unos años buena parte de los nuticionistas deportivos optaron por eliminar casi por completo el gluten de la dieta de los profesionales. Afortunadamente para los ciclistas amantes de unos buenos espagueti a la boloñesa, es algo que ya no se estila: el plato abunda en las noches ciclistas después de una dura etapa.
Pero antes suele estar el arroz. Sí, más hidratos, ya hemos dicho que los chicos necesitan mucha energía. Es habitual que todos los ciclistas tengan en el autobús del equipo un cuenco de arroz cocido y un zumo de frutas, natural y muy diluido, para ingerirlos inmediatamente después de la carrera.
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El desayuno se hace en dos fases y al menos tres horas antes de que arranque una nueva etapa del Tour de Francia. La primera, al levantarse, consiste en muesli, cereales, avena y batido de frutas; mientras que la segunda, tres horas antes, se basa en una tortilla francesa y arroz blanco.
La importancia de los gustos para la alimentación en ruta. Cada vez más, los nutricionistas profesionales del Tour de Francia tienen en cuentalos gustos de sus ciclistas para seleccionar los alimentos que les suministran en carrera. Cuando e lleva el cuerpo al límite, administrarle algo cuyo sabor nos resulte desagradable puede ser contraproducente -arcadas, malestar- pese a que nutricionalmente sea ideal para el esfuerzo realizado. De hecho, ya no es raro ver cosas como un sandwich de jamón.
Dosificar en las etapas de montaña. Siempre hay que tratar de mantener alejado al Tio del Mazo, que diría Perico Delgado. Suele acechar en las grandes montañas alpinas y pirenaicas, por lo que es en esos días cuando se ha de llevar más cuidado: alimentarse e hidratarse en pequeñas dosis y cada media hora es lo ideal.
Como ven, los ciclistas del Tour de Francia llevan una nutrición basada en alimentos muy cotidianos, la principal diferencia con respecto al común de los mortales es las cantidades en las que lo hacen.