Cómo aumentar tu velocidad media sobre la bici
La velocidad media es una de las obsesiones para muchos de quienes montan en bici, casi al nivel del peso de sus máquinas, sin tener en cuenta que es un parámetro resultante de muchos factores. En cualquier caso, hay varios aspectos sobre los que podemos trabajar para conseguir ser más rápidos en nuestros recorridos de referencia.
Trucos para ser más rápidos sobre la bicicleta
Es curioso, pero aún muchos ciclistas siguen valorando el esfuerzo que ha supuesto su recorrido o su estado de forma basándose únicamente en la velocidad media. Uno de esos mántras incomprensibles del ciclismo que van pasando de generación en generación.
Vale, está claro que una mayor velocidad media implica, evidentemente, que hemos ido más deprisa sobre la bici, sin embargo, esto no tiene por qué suponer mayor esfuerzo ya que es un aspecto que es íntimamente dependiente de muchos factores de la orografía del terreno por donde rodamos, de la influencia del viento, de la bici que utilizamos o de si circulamos solos o en compañía.
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Evidentemente, no podemos tratar de sacar las mismas medias en un recorrido completamente llano que si tenemos que ascender varios puertos. Sin embargo, si hay algunos aspectos sobre los que podemos actuar para lograr que nuestro ciclocomputador muestre unos números más elevados al finalizar nuestros recorridos.
Entrena duro
Por mucho que nos empeñemos, si no contamos con una forma física adecuada es imposible ir deprisa en bici. Aquí hay que diferenciar: no es lo mismo montar mucho en bici que entrenar. Muchos son los que hacen miles de kilómetros al año en bici pero no son capaces de ir rápido.
Entrenar implica trabajar específicamente para mejorar nuestra forma, con una planificación que establezca periodos de carga y de recuperación así como una correcta distribución de las sesiones de entrenamiento entre las que cobran especial importancia las destinadas al trabajo de intensidad que es el que finalmente nos permite pedalear más deprisa.
También dentro del entrenamiento hay que incluir el cuidarse como ciclista, manteniendo un peso corporal reducido, cuidando la posición sobre la bici o llevando una adecuada alimentación que nos permita contar con la energía necesaria para obtener nuestro mejor rendimiento.
La bici en perfecto estado
El siguiente punto a cuidar es la mecánica. Una bici sin engrasar, con pegotes de grasa o con rodamientos que no giran finos supone, al final del día, un importante lastre. También debemos tener en cuenta el estado de las cubiertas y su adecuada presión para que ofrezcan la menor resistencia a la rodadura. Son pequeños aspectos pero que, juntos suman un importante factor a la hora de limitar nuestro rendimiento.
Por supuesto, el tipo de bici también influye. No podemos pretender lograr grandes medias en un recorrido técnico de MTB con una bici de gravel o rodar al mismo ritmo por pistas que una de estas bicis con una doble de enduro. Lo mismo ocurre con la carretera donde las bicicletas de corte deportivo son más adecuadas para ir deprisa que modelos gran fondo que priorizan la comodidad frente a una óptima transferencia de fuerza.
Cuida la aerodinámica
Para muchos la aerodinámica sigue siendo cosa de brujas, algo solo para profesionales, sin tener en cuenta que ya se deja notar desde 20 km/h, hablando en términos relativos, es decir, si vamos a 10 km/h con viento en contra de 10 km/h es como si rodaramos a esa velocidad. No se tiene en cuenta que la resistencia aerodinámica crece al cuadrado de la velocidad por lo que, cuanto más deprisa queremos ir más influencia tiene.
Cuando a uno le hablan de aerodinámica, inmediatamente piensa en cascos con formas extrañas, ruedas de perfil alto o bicis específicas. Sin embargo cualquier ciclista, incluidos los que pedalean por los caminos, pueden beneficiarse de ella cuidando algunos aspectos.
El primer punto por el que hay que comenzar es la posición sobre la bici. Cuanto más erguidos vayamos sobre la misma más resistencia ofreceremos al viento. Todo se resume en el área frontal que ofrezcamos al viento que podremos reducir no sólo con una posición más baja sino también siendo más estrechos, de ahí la proliferación de manillares de cotas más contenidas en el mundo de la carretera.
Otro importante, a la par que sencillo punto que cuidar es el de la ropa. Llevar ropa holgada supone una importante fuente de resistencia aerodinámica por lo que, aunque a muchos no les guste, la licra ceñida es esencial para que el viento circule de la forma más suave y no se oponga a nuestro movimiento.
Elije la ruta
El recorrido marca mucho la velocidad media que podemos conseguir. Está claro que nos podemos olvidar de obtener medias altas en trazados montañosos por lo que, si lo único que nos importa es el número, trataremos de elegir rutas lo más llanas posible.
Otro aspecto crucial a la hora de lograr una buena media es el viento. Si podemos elegir, es preferible trazar nuestras rutas de formas que afrontemos la parte de ida con viento de cara para, en la parte final, cuando las fuerzas van decayendo, contar con la ayuda del viento favorable. Si podemos realizar una ruta lineal con el viento a favor ya es la panacea para conseguir rodar lo más rápido posible. Si no lo habéis experimentado alguna vez, os podemos garantizar que es una auténtica gozada.
También relacionado con la planificación, para quienes viven en la ciudad está el elegir el mejor trayecto que les permita evitar en la medida de lo posible paradas en semáforos y zonas de callejeo donde toca rodar despacio y que, al final del día, tienen gran impacto en la velocidad media.
Mejor en grupo
Rodar en grupo es la mejor forma de compartir esfuerzos más cuanto mayor es la velocidad. En realidad, la mayor mejora viene dada del aspecto aerodinámico ya que pedalear a rueda de un compañero hace que se reduzca enormemente la resistencia al viento.
Aparte del mero efecto aerodinámico también está el aspecto motivacional de rodar con otras personas y que siempre nos hace esforzarnos un poquito más.