Cómo limpiar tu casco
El cuidado del casco es a menudo uno de los grandes olvidados del equipamiento ciclista. Limpiarlo regularmente hará que conserve durante más tiempo su aspecto original y su capacidad de protegernos de los impactos. Te enseñamos a hacerlo correctamente para evitar dañarlo.
Aprende a tener tu casco siempre como nuevo
La mayoría de los ciclistas, sobre todo aquellos que cuentan con bicis caras, no dudan en invertir el tiempo que haga falta para tener su máquina impoluta. Limpiando cualquier atisbo de suciedad tras cada ruta a la par que limpian y lubrican la transmisión con mimo para que dure en perfecto funcionamiento durante muchos miles de kilómetros.
Sin embargo, no es tan fácil encontrar ciclistas que presten la misma atención a su equipamiento. En muchas ocasiones las zapatillas se tiran a una esquina del cuarto de las bicis al llegar a casa, o la ropa se echa a la lavadora sin preocuparse de qué programa o qué productos hay que utilizar para conservarla correctamente.
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De estos elementos del equipamiento, uno de los que menos atención suele recibir es el casco, precisamente un elemento al que deberíamos prestar atención ya que acumula mucho sudor y con él las sales que arrastra que, como bien es sabido, resultan tremendamente corrosivas para cualquier material sobre el que se fijan. De hecho, hemos llegado a ver manillares rotos a causa del sudor acumulado bajo la cinta del manillar. Imaginad lo que puede hacer con el poliestireno que forma la estructura del casco encargada de absorber el impacto en caso de sufrir una caída.
Aparte, de dañar el casco, el exceso de sudor, pese al tratamiento antibacteriano con que suelen contar las almohadillas de su interior, puede significar una proliferación de las mismas lo cual no resulta nada agradable y ser fuente de malos olores o incluso de infecciones en casos más extremos.
Para limpiar el casco hemos de seguir unos sencillos pasos, comenzando por retirar las almohadillas de su interior que suelen ir adheridas con velcro a la carcass de poliestireno. Las almohadillas son, sin duda, la parte que más sudor recoge por lo que no es mala idea dejarlas en remojo en agua con jabón.
Aquí es importante hacer un inciso. Únicamente emplearemos agua y jabones no agresivos. Se puede utilizar lavaplatos, pero si queréis curaros en salud, el gel de ducha o el jabón de manos resultan ideales para este cometido.
Seguiremos por el casco en sí. Con una esponja con jabón retiraremos la suciedad de la carcasa exterior. En caso de que tenga incrustaciones de grasa que no se vayan podemos emplear el habitual desengrasante que se suele utilizar para limpiar los discos o la cadena pero fijándonos en su composición para comprobar que utilizan base de alcohol, los más habituales, que no dañaran el policarbonato de la carcasa.
En lo que respecta al poliestireno, el corcho que absorbe los impactos, únicamente jabón y agua con la esponja. Por último nos quedará el sistema de retención que al ser una pieza de plástico únicamente suele requerir un chorro de agua para eliminar cualquier atisbo de suciedad que haya podido acumular el dial y, sobre todo, las cintas que, estas sí, van a requerir una buena dosis de atención ya que también acumulan mucho sudor. Aquí, de nuevo, insistiremos con el jabón y, si acaso, frotando con un cepillo de dientes para tratar de sacar la suciedad acumulada.
Por último, sólo nos quedará aclarar todo el jabón a conciencia. Para ello, meteremos directamente el casco bajo el grifo y lo mismo haremos con las almohadillas que ya habrán soltado toda la suciedad en el recipiente donde las hayamos dejado en remojo. En cualquier caso, no está de más comprobar su estado y, si observamos que están deterioradas, la mayoría de marcas suelen disponer de este elemento como pieza de repuesto para sus distintos modelos de cascos.
Ya sólo nos quedará secar el casco para lo cual evitaremos colgarlo al sol en el tendedero, de hecho, en general, evitaremos dejar el casco al sol o en sitios con calor excesivo ya que puede dañarse el poliestireno expandido de su estructura. Cuando se seque del todo, colocaremos de nuevo las almohadillas y lo volveremos a ajustar ya que puede haberse movido alguna cinta.
Si sois ciclistas de los que sudáis mucho, un buen truco para evitar que el casco acumule excesivo sudor es utilizar bajo el mismo la típica gorra ciclista que será ella la que se encargue de retener la transpiración evitando que se vayan acumulando sales en el casco aunque, en pleno verano tiene el inconveniente del calor que aporta a la cabeza.