Cómo rodar correctamente las pastillas de freno
Los frenos de disco tienen ciertas tareas de mantenimiento con las que no suelen estar familiarizados quienes dan el salto desde las tradicionales zapatas. Una de ellas es rodar las pastillas cuando montamos unas nuevas. Un proceso a menudo obviado y que, sin embargo, es imprescindible para lograr el mejor funcionamiento de nuestros frenos de disco.
Máxima potencia para tus frenos de disco
La llegada de los frenos de disco al ciclismo de carretera nos ha obligado a familiarizarnos con ciertas operaciones de mantenimiento de las que antes, con los frenos de zapata, no teníamos que preocuparnos: alinear las pinzas, purgar el circuito, tipo de líquido usado… Una de estas operaciones es el rodaje de las pastillas de freno, una operación esencial para evitar algunos de los problemas recurrentes que aquejan a los frenos de disco.
El proceso de rodar las pastillas o bedding en inglés, una expresión que ya nos da una ligera idea de su función si lo traducimos de forma más o menos literal permite acomodar unas pastillas nuevas a la superficie de frenado del disco. Llevando a cabo correctamente este procedimiento las pastillas no sólo se adaptan de forma adecuada al disco concreto con el que van a trabajar sino que también sirve para depositar una pequeña película de material de frenado sobre la superficie del disco que aporta una mayor efectividad a la frenada.
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Sin embargo, son pocos los ciclistas que prestan atención a este procedimiento, usando su bici normalmente cuando estrenan pastillas y dejando que sea el propio uso el que ruede las pastillas. Una metodología que carece de control sobre el proceso y puede dar lugar a un desgaste inicial irregular que luego se arrastre durante el resto de la vida útil de las pastillas. La consecuencia de esto suele ser uno de los males más odiados de los frenos de disco, los recurrentes chirllidos que tanto irritan a los detractores de este sistema. Otros males que nos pueden aquejar si no rodamos correctamente las pastillas es que la frenada tenga un tacto irregular o, simplemente, que no consigamos obtener toda la potencia de frenada que son capaces de proporcionar los frenos y las pastillas elegidas.
Las recomendaciones de los fabricantes para rodar correctamente las pastillas de freno pueden variar ligeramente aunque, esencialmente consisten en realizar una serie de frenadas controladas en un lugar recto y llano donde nada pueda interrumpir el proceso. Una tarea que no nos llevará más que unos pocos minutos y que, sin embargo, redundará en un mejor funcionamiento durante el tiempo que nos duren las pastillas de freno recién instaladas.
Un buen ejemplo es el protocolo propuesto por SRAM que, como todas las operaciones mecánicas relacionadas con sus grupos, está perfectamente explicada en un vídeo en su canal de YouTube. Buscaremos, como decíamos antes, un lugar recto y llano donde podamos realizar el proceso sin preocupaciones. Es importante durante el rodaje de las pastillas de freno no bloquear las ruedas, ya que eso podría generar algún pequeño salto en el material de frenado de la pastilla. Por ello, para evitar bloquear la rueda trasera, el lugar donde es más probable que suceda, nos mantendremos sentados en el sillín cuando frenemos.
A continuación SRAM recomienda hacer 20 aceleraciones a velocidad moderada, seguida de otras tantas frenadas progresivas hasta prácticamente detenernos pero sin llegar a parar la bici del todo. En un segundo paso, aceleraremos con ganas, haciendo 10 pequeños sprints tras los cuales frenaremos, esta vez con intensidad y, de nuevo, sin dejar que la bici se detenga del todo para evitar el bloqueo de las ruedas. Finalmente dejaremos la bici parada un rato, permitiendo que los frenos se enfríen antes de poder usar la bici con total normalidad.
Si por cualquier razón, no hemos realizado el rodaje de las pastillas de freno o vemos que, por alguna apurada al extremo de frenada, algún calentón gordo bajando un puerto o cualquier otra razón las pastillas no responden como deberían aún queda un pequeño truquito en la manga que nos permitirá hacer una especie de reset a las mismas.
Consiste simplemente en limpiar los discos a conciencia con un desengrasante de los que se comercializan para discos. No se lo contéis a nadie, pero la mayoría suelen estar elaborados a base de gasolina, por lo que este líquido también nos servirá perfectamente para hacer la limpieza o, el clásico alcohol isopropílicco, el usado habitualmente para encender barbacoas, que al igual que la gasolina diluye cualquier sustancia sobre el disco y se evapora rápidamente sin dejar residuos.
Además, extraeremos las pastillas y, con una lija fina, trataremos de desgastar la capa más superficial procurando dejar igualada la superficie de las mismas. Por último, volveremos a montar todo y realizaremos el procedimiento de rodaje, lo que nos debería permitir un funcionamiento óptimo.
Como curiosidad, seguro que lo habréis podido ver en algunos de los vídeos que circulan por internet mostrando cómo los equipos profesionales montan las bicis de sus corredores estrella, es curioso ver cómo cuentan con una especie de rodillo motorizado sobre el que ponen la rueda para acelerarla y realizar las frenadas necesarias sin moverse del taller, dejando todas las bicis de la plantilla perfectamente listas para su uso desde el primer momento.