Así se comporta tu cuerpo durante las subidas
Las subidas son más exigentes porque necesitan el trabajo de más músculos. Un esfuerzo extra que se ve recompensado con beneficios para algunas partes del cuerpo. Piernas, corazón, core o mente salen reforzadas después de superar pendientes.
La importancia de las subidas para el cuerpo: beneficios para los músculos implicados
Las subidas pueden ser el escenario más temido o querido por unos y otros ciclistas pero al mismo tiempo son un campo de entrenamiento que nos ofrece múltiples beneficios. Así que, ¿qué le ocurre al cuerpo cuando tenemos que enfrentarnos a desniveles positivos?
Somos conscientes que cuando subimos la respiración se acelera y que el cansancio aprieta. La culpable es la gravedad, que juega en nuestra contra: cuanto mayor sea la cuesta más tendremos que exigir al cuerpo.
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La primera parte del cuerpo que sale reforzada son las piernas. Glúteos, cuádriceps y gemelos deberan trabajar más que cuando el camino es llano. Además, habrá más fibras musculares disponibles para ayudar a la causa y, por otro lado, las pequeñas fibras de los músculos se romperán para volver a emerjer más fuertes al descansar.
Esto explica en parte por qué con el tiempo somos capaces de subir mejor una pendiente que antes se nos atragantaba. Entrenar las subidas hará que las piernas estén más preparadas y en mejor forma para superarlas.
El segundo implicado en esto es el corazón. Puesto que al subir intervienen más músculos, el corazón deberá trabajar más para hacer llegar oxígeno y nutrientes a todos ellos. Esto aumentará el calor, por lo que la piel también deberá recibir sangre para que le ayude a sudar y regular así la temperatura.
Traducido al lenguaje de los números, la frecuencia cardíaca será de unos 30 o 40 latidos por minuto más alta que al llanear, aproximadamente.
Pedalear levantado la aumentará entre otras 5 y 10 pulsaciones más. El motivo es que la parte superior del cuerpo -brazos, hombros y espalda- intervendrá de manera más destacada en el esfuerzo y, por tanto, consumirán más oxígeno.
Con un entrenamiento correcto, el corazón se fortalecerá, ya que aumentará la cantidad de sangre por cada latido que realice. De hecho, un ciclista puede llegar a tener una frecuencia cardíaca de entre 10 y 15 latidos inferior en reposo.
El cuerpo, como cualquier máquina, necesita buenos engranajes para que todas las piezas funcionen como deben hacerlo. Sería inútil que el corazón fuese capaz de bombear la sangre necesaria pero que el cuerpo careciese de medios para transportarla a los músculos que la demandan.
A modo de resumen, los capilares se encargar de eso. Al necesitar más sangre en las subidas, el cuerpo aumenta el número de capilares en los músculos.
Las mitocondrias son las encargadas de producir la mayor parte de la energía de las células. En las pendientes multiplicamos el número de mitocondrias, que ayudarán a hacer un uso del oxígeno más eficaz.
Core y cabeza también salen beneficiados
Otro de los reforzados es el core. Abdominales, espalda y costados son importantes por dos motivos. Por un lado, son la base sobre la que trabajan las piernas. Por el otro, parte de la fuerza se transfiere a través del core a la parte inferior para aumentar la fuerza del pedaleo.
Aunque las subidas ayudan a fortalecer esta parte del cuerpo, también puede ser interesante trabajarla fuera de la bici.
Y por último, la otra afortunada es la mente. Sobra decir que el físico es parte fundamental a la hora de coronar una subida. Pero lo cierto es que la parte mental también es importante cuando se trata de hacer frente a este tipo de situaciones.
Algunos trucos como pensar en positivo y darse ánimos a uno mismo o fijarse pequeños objetivos durante la cuesta ayudarán a resisitir, por lo que las subidas resultan también un buen ejercicio mental. Por otro lado, llegar arriba aumenta la confianza y la satisfacción.