Consejos para salir en bici con lluvia
Llega la epoca lluvia y muchos ciclistas prefieren dejar la bici a un lado y dedicarse a otras actividades, pero lo cierto es que la lluvia no es ningún impedimento para salir en bici y ofrece sensaciones únicas. Eso sí, es importante y, sobre todo, útil tener en cuenta algunos consejos para que la experiencia sea la mejor.
En época de lluvia, precaución y pedales
La lluvia y el frío comienzan a abrirse paso entre los calurosos días de verano en los que la equipación de corto y las gafas de sol eran casi todo el equipamiento que necesitábamos cuando salíamos en bici. A cambio el paisaje y las sensaciones otoñales nos dejan algunas de las sensaciones más placenteras del año sobre la bici.
Aquí os dejamos algunos consejos para que la lluvia no os impida disfrutar de esta época del año.
1. Culotte corto con temperaturas medias
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Que sea época lluviosa no significa que haga frío. De hecho, a menudo los días son bastante templados, nada extremos en un sentido u otro de las temperaturas. Perfectos para rodar. Por eso, si ves que no hace demasiado frío y que la salida no es demasiado larga, usa siempre culotte corto. Lo agradecerás. Un truco de cara a la lluvia es que untes en tus piernas crema o aceite, así el agua resbalará rápidamente. Simple pero útil.
2. Guardabarros
Un guardabarros es un elemento tan simple como útil. Cuando llueve, gran parte del agua que nos llega lo hace desde el suelo propulsada por nuestras propias ruedas, además viene cargada de la suciedad del asfalto o de barro. Para evitarlo no hay nada mejor que un juego de guardabarros.
No es un complemento que venga de serie con ninunga bici y muchos ciclistas son reticentes a montarlos por su estética, sobre todo en bicicletas de alta gama. Pero animamos a que cualquiera los pruebe ya que son el mejor aliado para disfrutar de la bici en días de lluvia.
Los más fáciles de utilizar e instalar son los plegables de plástico que se guardan bajo el sillín, además son muy baratos. Pero si quieres mayor protección te recomendamos que elijas modelos rígidos, el cambio es muy sustancial.
3. Baja la presión de tus neumáticos
Sí, bajar la presión de tus neumáticos es muy útil para rodar con el asfalto o la tierra bien mojada. Al reducir la presión, la superficie de contacto entre el neumático y el suelo aumenta.
4. Limpiar y desengrasar la bici al terminar
Con lluvia, la suciedad se adhiere más y mejor a la grasa o al lubricante de tu transmisión. Así que es importantísimo al regresar, lavar la bici para que el barro no se reseque, y desengrasar la cadena. Pero más abajo te dejamos algunas pautas sobre qué hacer cuando llegamos a casa tras un día de lluvia y ahí nos extendemos más sobre este caso.
5. Si te sorprende la lluvia, busca una bolsa
Si has salido con amenaza de lluvia y de repente se hace realidad, puedes evitar que los pies se te pongan empapados. Es sencillo: localiza una bolsa de plástico o pídela en algún comercio. Fíjala y ajústala a tu zapatilla. No abras hueco a la cala, simplemente insértala. Te evitará llevar los pies fríos todo el rato. Es cutre, pero funciona.
6. Ropa impermeable o periódico
De igual forma, si te sorprende la lluvia y el viento hace que estés pasando frío, puedes buscar un periódico o también propaganda en algún buzón. Colocada dentro del maillot, en el pecho, evita que el viento se enfríe con el agua de tu ropa y te provoque un resfriado. Por supuesto, lo mejor es tener ropa impermeable. Si no te la puedes permitir, considera un chubasquero de 5 euros básico. Se pliega en un puño y se guarda en el maillot sin más problema.
7. Concéntrate más en la trazada
Bajo la lluvia, es momento de extremar las precauciones. No vires bruscamente, frena progresivamente, pon tu mirada más lejos que de costumbre y no pierdas la concentración.
Busca la trazada más seca y, por supuesto, bajo ningún concepto entres en charcos. Si se ha acumulado el agua en un terreno llano, es porque debajo hay un agujero, y no sabes cómo de grande es ese agujero.
Consejos tras rodar con la bicicleta bajo la lluvia
En los días secos puede que algunas de las tareas que debemos realizar tras una ruta podamos retrasarlas por el propio cansancio o la falta de tiempo. Pero cuando la salida ha sido con lluvia este ritual se vuelve más urgente que nunca.
Limpiar la bicicleta nada más terminar
Es muy común regresar de un entrenamiento bajo la lluvia y dejar la bicicleta tal y como se ha quedado. Es lo peor que puedes hacer. La suciedad, fundamentalmente el barro, al deshidratarse se adhiere a la pintura y a las partes de tu bicicleta. Posteriormente no sólo será más difícil eliminarlo que cuando está fresco, sino que ya sin agua, la arena puede dañar tu bicicleta.
Por eso, es muy aconsejable, al menos lavar con agua la bicicleta y eliminar todos los restos posibles de suciedad. Tampoco hace falta una limpieza minuciosa, algo que podrás hacer más tarde o en otro momento, pero sí dejar la bici decente. No cuesta nada y lo agradecerás.
Lava la ropa cuanto antes
La ropa es la otra parte que necesitará lavado. Aquí hay varios apuntes interesantes. De igual modo, si la dejas, será más difícil eliminar las manchas una vez se sequen.
Hay muchos consejos útiles con la ropa. Déjala en remojo unas horas con algún detergente neutro, para que el resultado luego al lavarla sea mejor. Es muy aconsejable que si son licras delicadas no las laves a máquina, sino a mano. Si además, al salir con lluvia has usado prendas impermeables, ten cuidado al lavarlas porque para que no pierdan este factor de impermeabilidad es necesario no usar productos o técnicas que puedan dañarlo.
Limpia el resto de tu equipamiento ciclista
El resto del equipamiento también necesita cuidados. El casco puedes lavarlo con un poco de jabón y los propios dedos. Nada de meterlo en el lavavajillas, un bulo que puede dañarlo. Las gafas puedes sumergirlas en agua y tener mucho cuidado de no rallar la lente frotándola. Lo más aconsejable es sumergirlas sucesivamente para que poco a poco vaya saliendo sola la suciedad.
Algo parecido ocurre con las zapatillas de ciclismo, no es aconsejable lavarlas a máquina. Hazlo a mano o con un cepillo suave.
Desengrasa y vuelve a engrasar
Si le has dado un lavado rápido a tu bicicleta, lo idóneo es que al menos pongas un poco más de atención a la cadena y al desarrollo. Porque es aquí, debido a la grasa o al lubricante que lleva, donde más se pegue la suciedad. Es conveniente usar un desengrasante potente y aprovechar que quitas la suciedad para eliminar también la grasa.
Si ya después te ves con ganas de perder un mísero minuto y volver a engrasar tu bicicleta, también lo agradecerás cuando digas de volver a salir y esté a punto.
Limpia y seca los aparatos eléctricos
Por último, ten cuidado con las partes frágiles y con las piezas con conexiones eléctricas. Ordenador de a bordo, o motor y baterías si usas una eBike, así como partes de los cambios electrónicos. Son partes sensibles que, por supuesto, no deberías lavar con agua a presión.
Un pequeño cepillo de dientes húmedo con un poco de jabón neutro será más que suficiente para dar a estas pequeñas partes que por estar en exposición directa y por su carácter electrónico, son más vulnerables. Una vez limpias, seca todo lo bien que puedas con un poco de papel.
En resumen, salir a rodar con lluvia es una experiencia fantástica que ningún ciclista debería perderse.