Mejoran el control para detectar el dopaje con microdosis de EPO
La lucha contra el dopaje en el ciclismo sigue siendo feroz. Ahora, ante la sospecha de que las dosis de EPO se hayan convertido en microdosis, se ha mejorado el proceso para su detección.
El EPO: la eterna mancha en el ciclismo
No hay duda alguna en que el ciclismo ha sido injustamente uno de los deportes más castigados por el dopaje. Es posible que otros muchos deportes hayan sufrido la criba de tantos ciclistas que han recurrido al EPO u otras sustancias para mejorar su rendimiento, pero el ciclismo ha sido más golpeado por su recurrencia pero también por el escrupuloso control que se ha impuesto sobre él.
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Los positivos por EPO se han sucedido en las últimas décadas, en un comienzo de siglo que vino marcado por la sensación de un uso generalizado. Nada más lejos de la realidad, pero la publicidad no ha sido la mejor.
Ahora, cuando los casos se han reducido drásticamente, los organismos encargados de velar por la seguridad y la limpieza, ante la sospecha de que esta reducción se deba a microdosis de EPO difícilmente detectables en controles rutinarios y esporádicos, han decidido ir un paso más allá y mejorar el sistema de análisis.
Así, aunque la prueba se realice incluso dos días después de suministrar EPO, este nuevo test podrá detectarlo.
Un laboratorio francés, artífice del nuevo test de EPO
La eritropoyetina (EPO) ha sido sin duda la palabra estrella si el aficionado piensa en dopaje en el ciclismo. Ahora, el laboratorio Chatenay-Malabry, especializado en detección de EPO, ha diseñado una prueba que puede detectar rastros de la sustancia incluso dos días después. Hay que recordar que las actuales pruebas tan solo lo consiguen con 24 de horas de posterioridad a la inyección de EPO por parte del ciclista.
Este laboratorio fue el primero en diseñar una prueba para detectar EPO hace más de 20 años. Pero no ha cejado en su empeño de seguir mejorando en la detección del EPO y conseguir un deporte cada vez más limpio de dopaje.
Para no ser detectados, se sospecha que muchos ciclistas toman microdosis cada par de días, evitando así un control previsto que pueda dar un positivo. Además, también se sospecha cuál puede ser el protocolo del dopaje: hacer transfusiones de sangre quince días para llegar a la carrera con el hematocrito altísimo, y luego mantenerlo con microdosis de EPO. Así lo afirma el director del laboratorio, Michel Audran.
Actualmente ni siquiera se logra en la mayoría de ocasiones cumplir con esas 24 horas de detección. Un análisis que detecte EPO hasta 48 horas después, puede ser revolucionario.
Ahora, este test para detección de EPO queda a la espera de su validación por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), y podría empezar a practicarse ya en 2020. Así que, si la intención es reducir el dopaje con EPO y detectarlo mejor, su implantación debe anunciarse pronto.