Sabes calcular la edad de tu corazón
La edad vital de una persona puede reflejar o diferir de la edad del corazón, denominada edad vascular. Este indicador es un gran aliado para conocer si este órgano se encuentra en un estado normal para los años que tiene. Entender qué factores influyen y controlar los malos hábitos es clave para mantener una buena salud cardíaca.
La edad vascular: la importancia de saber la edad del corazón
Los beneficios del ciclismo -y del deporte en general- han sido carne de telediario desde hace mucho tiempo. La ciencia ha estudiado a fondo esta relación y los resultados han generado un amplio consenso entre los investigadores a lo largo de los años. De hecho, a estas alturas cualquier persona parece conocer las virtudes de practicar ejercicio físico. Entre estas consecuencias positivas se encuentra la capacidad cardiovascular; y para ello, el VO2 máx -el oxígeno que puede absorber el organismo durante un esfuerzo- es un excelente indicador.
Sin embargo, calcular la edad vascular es otra manera de conocer en qué situación se encuentran el corazón y las arterias. La edad del corazón pueden coincidir con los años que cuenta una persona, aunque existen parámetros -tabaquismo o actividad física- que pueden situarla por encima o por debajo de la edad vital de cada uno.
RECOMENDADO
JJ.OO. París 2024: favoritos y dónde ver el ciclismo de carretera
¿Qué bici te comprarías si te toca la lotería de Navidad?
La mejor rutina de ejercicios para hacer en casa
25 regalos ciclistas con los que acertar
No descuides tu nutrición entrenando con frío
Probamos la Specialized Epic 8: la XC de la que todos hablan en 2024
La edad vascular es "la edad que tendría un sujeto del mismo sexo que el paciente que tuviera el mismo riesgo absoluto pero con los factores de riesgo controlados", según explica el doctor José I. Cuende en la Revista Española de Cardiología. Se trata de una manera de dar una explicación física al riesgo real de un paciente de sufrir alguna enfermedad cardiaca.
A modo de ejemplo, en el artículo se explica que una persona fumadora de 40 años, hipertensa e hipercolesterolémica, con riesgo SCORE moderado tiene una edad vascular de 63 años; es decir, que podría perder 23 años de vida vascular.
El envejecimiento provoca que las arterias se vuelvan más rígidas y menos elásticas, pero esto puede acelerarse por factores de riesgo -tabaquismo, obesidad, hipertensión, colesterol alto o falta de inactividad física- fuera de control.
La edad vascular se calcula teniendo en cuenta la edad, el género, el hábito de consumo de tabaco y los niveles de colesterol y la presión arterial. Se trata de un trabajo que permite a los pacientes entender el riesgo; si la edad vascular coincide con la del paciente no hay ningún problema, pero "si es significativamente superior a la edad del paciente, este entiende más fácilmente el grado de gravedad de su situación", tal y como explica el doctor Leopoldo López.
En la actualidad existen varios dispositivos que estiman este indicador a través del cálculo de la velocidad a la que las ondas del pulso -causadas por los latidos- viajan desde la arteria carótida hasta la femoral o con la medición en la punta de los dedos. Por otro lado, existe la conocida función Framingham, disponible en multitud de lugares en línea, o similares.
El problema es que los resultados pueden cambiar en función de la calculadora utlizada o, en ocasiones, ser poco precisos. Además, no tienen en cuenta todos los aspectos importantes -como la presencia de antecedentes familiares, por ejemplo-, por lo que solo un cardiólogo está capacitado para dar este veredicto.
Los resultados pueden indicar un envejecimiento cardiovascular precoz, una edad vascular normal -la edad fisiológica y biológica esperada para el momento de vida del paciente- o una edad cardiovascular joven.
Sin embargo, las personas tenemos un gran poder sobre la edad vascular: un estilo de vida poco saludable suma años al corazón, mientras que los hábitos saludables lo rejuvenecen.
La receta consiste en mantener los factores de riesgo modificables bajo control; es decir, eliminar el tabaco, las drogas, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio físico frecuente. Además, es importante tener unos niveles correctos de colesterol, controlar la hipertensión y la diabetes, y prestar atención a la presión arterial, el tamaño del corazón y el ritmo cardíaco.