¿Cuándo y quién debe hacerse una prueba de esfuerzo?
La imagen que tenemos del deporte en general y del ciclismo en particular es positiva en lo que se refiere a sus consecuencias sobre nuestra salud. Es decir, practicar ciclismo entendemos que es beneficioso para la salud de cualquier persona. Esto es un hecho que nadie pone en duda, aunque sí que existen ciertos riesgos de la práctica deportiva, riesgos que pruebas médicas, como la prueba de esfuerzo, pueden detectar y así prevenir consecuencias perniciosas de practicarlo.
Qué es una ergometría o prueba de esfuerzo
Su nombre científico, ergometría, es menos conocido que su referencia coloquial: prueba de esfuerzo. Una prueba de esfuerzo es una acción médica que se lleva a cabo haciendo realizar al paciente ejercicios físicos (fundamentalmente en cinta andadora o bici estática) con el objetivo de detectar o diagnosticar problemas de salud, fundamentalmente enfermedades coronarias.
Por lo tanto, la prueba de esfuerzo es un test diagnóstico esencial fundamentalmente para dos aspectos: para analizar la angina de pecho en pacientes con un evidente y continuado dolor en la zona del tórax; y, sobre todo, para monitorizar la respuesta del corazón del deportista en los momentos en que está haciendo ejercicio. Se lleva a cabo porque ciertas patologías o problemas coronarios no se manifiestan cuando estamos en reposo, y la prueba de esfuerzo puede hacer que se evidencie en un entorno médico preparado para detectarlo e incluso actuar si fuese necesario.
La prueba de esfuerzo y el ciclista
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Insistimos: la imagen que se tiene de un ciclista es de una persona saludable y en forma, de la que no se sospecha que tenga afecciones coronarias o circulatorias. Sin embargo, la prueba de esfuerzo está indicada para ciclistas ya que este tipo de test no solo se llevan a cabo a pacientes diagnosticados o con indicios de algún tipo de enfermedad o problema cardiovascular, sino que para personas que pretenden hacer un esfuerzo físico a cierto nivel y con una determinada constancia es básica para evitar cualquier urgencia por no haber detectado algún fallo en nuestro aparato circulatorio.
Cualquier pequeña obstrucción arterial permite un flujo normal de sangre al corazón estando en reposo, e incluso un electrocardiograma no detectará alteración alguna; sin embargo, con una prueba de esfuerzo se puede detectar cualquier déficit de riego sanguíneo y advertir que algo no va del todo bien.
Pero además, en el ciclista, cualquier detección de este tipo de problemas de forma temprana en una prueba de esfuerzo les ayudará a evitar males mayores y, sobre todo, a empezar una recuperación o rehabilitación que también se llevará a cabo en bicicleta estática, midiendo valores y regando esa obstrucción hasta intentar hacerla desaparecer.
Hay muchas otras enfermedades cardíacas que necesitan ya hoy esta prueba de esfuerzo diagnóstica, y por tanto los ciclistas no quedan exentos de ella: es posible que un ciclista con cierta rutina de ejercicio no sufra insuficiencias cardiacas avanzadas, pero incluso por su genética puede padecer hipertensión, alteraciones del ritmo o cardiopatías congénitas que puedan provocarle un daño cardiovascular mayor si no las conoce y fuerza la máquina hasta donde su cuerpo no está preparado.
Dónde, cómo y quién debe realizar una prueba de esfuerzo
La prueba de esfuerzo se realiza casi exclusivamente en centros hospitalarios y también casi exclusivamente por prescripción médica. Si un ciclista quiere hacerse una prueba de esfuerzo sin que su médico de cabecera se la haya prescrito o porque no padezca ningún problema cardíaco, deberá solicitarlo argumentando que es deportista con alta exigencia y la necesita para seguir practicando ciclismo y compitiendo sin riesgos para su salud. Su médico de cabecera debe solicitarla al especialista y, una vez derivado, esperará su cita para la realización de la prueba de esfuerzo. Se puede hacer en centros privados también, habilitados para ello.
La prueba de esfuerzo en sí no es muy exigente si practicas ciclismo. Es posible que te la hagan en bici estática si lo solicitas por tus particularidades ciclistas, pero normalmente se hace en cinta andadora, y consiste en no tomar medicación recetada el día anterior ni comer hasta 3 horas antes, ni tampoco realizar ejercicio en las 12 horas anteriores. Entonces, deberás hacer el mayor esfuerzo posible en un conjunto de ejercicios que en total no durarán más de 12-15 minutos. Te realizarán un electrocardiograma antes de comenzar y se te monitorizará después durante la prueba de esfuerzo, midiendo la presión arterial periódicamente y registrando tu actividad incluso durante la recuperación.
La prueba de esfuerzo está aconsejada para deportistas de nivel competitivo (de hecho todos los equipos profesionales hacen pruebas de esfuerzo a sus corredores anualmente), para pacientes con antecedentes familiares de problemas o alteraciones genéticas coronarias, y para personas con enfermedades cardiovasculares diagnosticadas que no sean graves o extremas (como aneurismas, anemias severas, hipertensión severa, tromboflebitis aguda o enfermedades crónicas debilitantes). Para el resto, las pruebas de esfuerzo no son obligatorias de ningún modo, pero son muy aconsejables al menos una vez cada 10 años.