Cuántas calorías se queman cuando pedaleamos
Saber las calorías que gastamos al montar en bici es básico a la hora de planificar nuestra nutrición tanto si sólo queremos perder peso como rendir al máximo. Si bien es fácil conocer las calorías que ingerimos, hacer el cálculo de la energía que gasta el cuerpo de forma precisa no resulta algo trivial.
La forma más precisa de saber las calorías que gastamos en bici
El ciclismo es uno de los deportes que mayor consumo de calorías requiere de sus practicantes. Sin embargo, a la hora de calcular la cifra exacta del gasto que nos ha supuesto una salida en bici se suele caer en la sobreestimación.
Conocer este dato es imprescindible a la hora de calcular las necesidades nutricionales del ciclista tanto si nuestro objetivo es simplemente perder peso como si hablamos de ciclistas deportivos que buscan el máximo rendimiento y se han de asegurar de tener correctamente cubiertos todos los requerimientos de nutrientes, un aspecto en el que los equipos profesionales ponen especial atención al ser la nutrición uno de los pilares del rendimiento deportivo.
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Para el cálculo del gasto calórico que suponen las actividades cotidianas, se suelen recurrir a tablas que determinan el metabolismo basal, es decir, las calorías mínimas que el cuerpo consume cada día para mantener sus funciones a las que se suman las estimadas para distintas acciones, todo ello teniendo en cuenta parámetros como la edad o el peso de individuo.
Sin embargo, en lo que refiere al gasto calórico que se produce al pedalear intervienen muchos factores como la intensidad del esfuerzo, las condiciones meteorológicas además de las propias del ciclista que hacen muy complicado afinar el cálculo. Incluso tiene una importante influencia el nivel de forma ya que una de las principales adaptaciones que se producen con el entrenamiento es una mayor eficiencia energética. Eso significa que un ciclista entrenado consume menos calorías a una determinada intensidad que otro de similares características sin una buena forma física.
Herramientas para conocer el consumo de calorías
En los últimos años se ha popularizado el uso de monitores de actividad en el día a día, pequeños dispositivos que detectan lo que vamos haciendo, especialmente lo que nos desplazamos caminando para añadir ese gasto energético al cálculo del día, establecido en función de los datos introducidos con la edad, estatura, peso o nivel de actividad del deportista.
Sin embargo, un estudio publicado en 2017 por la universidad de Stanford, en la que se analizaba la cifra arrojada por varios de estos dispositivos desveló la escasa precisión del cálculo realizado.
Por otro lado están las aplicaciones de registro de los entrenamientos que mejoran esta precisión, en parte porque su algoritmo de cálculo tiene en cuenta muchos más parámetros además de las propias características del ciclistas como el desnivel del recorrido, las condiciones meteorológicas y los datos proporcionados por el pulsómetro en función de la frecuencia cardiaca máxima establecida por el usuario.
El potenciómetro al rescate
El cálculo de calorías que realizan las aplicaciones de entrenamiento, pese a contar con muchos más datos que mejoran la precisión del resultado, no deja de ser un cálculo realizado por un algoritmo. Por suerte, en los últimos tiempos tenemos la ventaja de contar con unos dispositivos que son capaces de registrar con total precisión el trabajo realizado por el ciclista.
Efectivamente, estamos hablando de los medidores de potencia que, además de los datos referidos a la potencia que generamos con nuestras pedaladas para establecer el nivel de intensidad, también son capaces de calcular el trabajo que realiza el cuerpo del ciclista, cifra que se expresa en kilojulios.
El el caso de la bici, el trabajo en kilojulios se suele considerar, en base a las conclusiones de diversos estudios, equivalente a la misma cantidad de calorías consumidas, con un margen de error de apenas el 5% ya que aquí entra en juego la eficiencia específica de cada deportista que sigue siendo algo difícil de cuantificar fuera del entorno de un laboratorio.
Conociendo con precisión las calorías que gastamos es fácil ajustar las calorías que aportamos con la alimentación para cumplir nuestros objetivos sobre la bici. También nos permite ser conscientes del consumo calórico que supone la actividad sobre la bici y de la influencia de los distintos ritmos, en especial si nos referimos al pedaleo a intensidades altas que dispara el consumo calórico frente a la creencia tradicional de que para perder peso eran necesarias muchas horas a baja intensidad para favorecer el metabolismo de las grasas.