Cuánto tiempo pueden ser empujados los ciclistas al darle un bidón
Mientras la UCI sigue empeñada en regular lo que en muchos casos son pequeñeces, se sigue haciendo la vista gorda en las etapas con lo que en el argot se conoce como sticky bottle, o sea, el impulso que el ciclista recibe de su coche de equipo a la hora de recoger un bidón.
Cuando el bidón se queda pegado a la mano del ciclista
Se trata de una imagen común en cualquier carrera. Un ciclista se descuelga del pelotón hasta la fila de coches donde le espera el de su equipo para surtirle de bidones. Tras llenarse el maillot con 8, 9 o incluso más botes cargados de líquido el último lo mantiene agarrado su director que, a su vez acelera el coche para dar un impulso al ciclista que le permita volver al pelotón con el menor gasto de fuerzas.
Hasta ahí bien, una situación totalmente común sobre la que los comisarios suelen hacer la vista gorda. El problema viene cuando estas imágenes se reproducen entre ciclistas que están en fuga o cuando alguno se descuelga, no porque baje intencionadamente a buscar líquido sino por circunstancias de carrrera y ese bidón salvador le permite retornar al grupo.
RECOMENDADO
Qué podemos hacer para intentar mejorar nuestra velocidad en subidas
Cuando Donald Trump se metió en el ciclismo: "El Tour de Trump será pronto tan importante como el Tour de Francia"
Lista completa con los ciclistas mejor pagados de 2024
Motivos para moverte con una eBike por la ciudad
Esta sesión de menos de 1 hora en rodillo te salvará el entrenamiento
¿Gafas por dentro o por fuera?
Es aquí cuando surge la polémica ya que al fin y al cabo depende del a visión subjetiva de los jueces árbitro cuando la ayuda es de excesiva duración o se produce en momentos no justificados, pudiendo acarrear desde una sanción en tiempo o económica hasta la expulsión del corredor de carrrera como, por ejemplo, le sucedió a Elisa Balsamo durante la disputa de la París-Roubaix 2022.
Algo similar ocurre con protegerse del viento tras los coches de equipo. Aquí la regla es algo más clara ya que cuando el ciclista se encuentra en la fila de coches que sigue al pelotón sí es lícito ir remontando a rueda de los vehículos saltando de coche en coche hasta alcanzar el grupo. Algo habitual cuando alguno de los corredores sufre un pinchazo, una caída o simplemente se detiene a hacer sus necesidades. Sin embargo, muy diferente es cuando ese corte se produce por circunstancias de carrera. De nuevo aquí entra la subjetividad del juez-árbitro para aplicar una sanción por lo que el reglamento define como “abrigo prolongado”.
En este aspecto destaca la norma del “barrage”. Cuando se produce un corte en el pelotón los jueces han de determinar cuándo los coches de equipo pueden o no adelantar al grupo. Algo que suele causar tensión entre directores y árbitros cuando se producen las situaciones. Normalmente, la norma suele definir que los coches no pueden pasar hasta que haya un minuto de diferencia entre grupos aunque, depende de la autorización de los comisarios decidir cuando permiten el paso y, al contrario, cuando detienen a los coches que acompañan a los fugados.
Al igual que comentábamos hace unos días a colación de la aplicación del protocolo de condiciones climatológicas extremas, es irónico que el ciclismo sea tan preciso en sus reglas para unas cosas como fijar la altura de los calcetines o el ancho mínimo que puede tener un manillar y, sin embargo, deje tantas cosas al criterio subjetivo de los jueces que, como ocurre con todos los aspectos arbitrarios acaban no gustando a nadie.