¿Cuántos dedos ves? Algo tan sencillo podría acabar con los graves accidentes de las cronos
La UCI se enfrenta a un grave problema con las posiciones sobre la bici de contrarreloj cada vez más agresivas que, en muchos casos, impiden al ciclista ver lo que tienen por delante. Una falta de visión que ha sido ya causa de muchos accidentes. Desde las redes y desde voces expertas llegan algunas sugerencias que podrían servir para atajar el problema.
La peligrosidad de las bicis de crono otra vez en el punto de mira
La disciplina de la contrarreloj es, sin duda, el máximo nivel al que la ciencia se aplica al ciclismo para lograr arañar cada segundo. Más allá de la potencia bruta se es capaz de aportar un ciclista de forma sostenida, las altas velocidades a las que se rueda hacen que la aerodinámica cobre una importancia brutal. Mejorar este último aspecto significa segundos rascados al crono de forma gratuita.
En realidad, no sale tan barato ya que, en los últimos tiempos, los test para lograr la posición más eficiente sobre la bici a la hora de cortar el viento están colocando a los ciclistas en posiciones tremendamente radicales en la que, a menudo, se busca esconder la cabeza del ciclista lo máximo posible, primero para que no sobresalga de la línea de la espalda de forma que el aire que pasa por encima del casco continúe fluyendo de forma continua a lo largo de la espalda. Aparte, siempre se busca reducir el área frontal total de forma que colocando la cabeza tras las manos logra raspar algo de superficie.
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El problema es que esta posición, junto a los cascos aerodinámicos tan envolventes limitan la visión hasta el punto que algunos ciclistas no son capaces de ver lo que tienen por delante. Precisamente, tras esta razón está el accidente de Stephan Küng en el último Campeonato de Europa y seguramente, el que casi le cuesta la vida a Egan Bernal. De hecho, su compañero Tom Pidcock ya advertía el año pasado del peligro en el que se habían convertido las cabras. No tuvo tanta suerte el ciclista de Caja Rural Sergio Martín, que se estrelló con su cabra cuando entrenaba estando en la actualidad postrado en silla de ruedas con la médula espinal afectada por el accidente.
El expresidente de la UCI Brian Cookson abogaba porque este organismo debía enfrentarse a este problema revisando las normas. Sin embargo, es difícil definir cómo ha de ser la colocación del ciclista de forma que se asegure que este cuenta con visión suficiente.
En redes sociales se han leído algunas ideas de lo más curioso, como colocar un sistema de espejos a modo de periscopio en los cascos de crono que permitan plena visión al ciclista sin que estos tengan que renunciar a la posición más aerodinámica. Otros sin embargo proponen ideas tan sencillas como hacer una verificación presalida en la que el ciclista se coloque en posición y el juez árbitro le muestre varios dedos de la mano en la línea de visión que debería tener y le pregunte cuántos dedos puede ver.
Otra opción sería dar a los jueces la potestad de vigilar sobre la marcha la posición del ciclista durante la disputa de la crono y en caso de estimar, lo que deja el asunto en manos de la subjetividad del árbitro, que el ciclista no puede ver correctamente, advertirle e incluso poder sancionarle.
En todo caso, resulta curiosa la opinión de varios expertos en aerodinámica que afirman que es posible conseguir posiciones igualmente aerodinámicas sin necesidad de meter la cabeza entre las manos, de hecho, en una de las últimas modificaciones del reglamento que introdujo la UCI se establecían varias categorías de estatura para permitir a los más altos mayor margen en algunas medidas de forma que tuvieran más flexibilidad de ajuste y no tuvieran que recurrir a bajar la cabeza al máximo.
No tiene solución sencilla este problemaa pero vuelve a resultar extraño que la UCI parezca más preocupada de regular la longitud máxima de los calcetines o, más relacionado con este tema, prohibir la posición de bicho bola en los descensos o con los antebrazos sobre el manillar y no haya afrontado seriamente la regulación de las posiciones peligrosas sobre las bicis de contrarreloj.