El remedio contra el "dooring" está en "abrir a la holandesa"
Al rodar en bici estamos expuestos a una serie de peligros que debemos conocer y hacer todo lo posible para reducirlos. En ese sentido, es importante respetar la señalización, hacerse ver en todo momento, etc. Pero hay algunos accidentes que se producen sin que el ciclista pueda hacer nada para evitarlos. El dooring es uno de estos y esta misma semana ocasionó un duro accidente al doble campeón olímpico Remco Evenepoel.
¿Qué es el dooring y por qué es tan peligroso?
Como habréis imaginado el nombre proviene de la palabra puerta en inglés, door, y el dooring hace alusión al momento en el que alguien que baja de un coche abre la puerta de manera brusca y sin mirar. Al circular pegados a la zona derecha de la calzada, son los ciclistas los que más accidentes sufren por el llamado dooring.
Basta con navegar un poco por internet para darnos cuenta de que YouTube está lleno de videos de accidentes provocados por el dooring y de otros tantos en los que los ciclistas consiguen esquivar con cara de miedo el obstáculo. Y aunque este tipo de caídas puedan parece graciosas hay que saber que también han provocado muertes de ciclistas, estos accidentes fatales se producen no tanto por el golpe sino por ciclistas que son arrollados tras caer a la carretera al sufrir un dooring.
¿Qué es abrir a la holandesa?
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Este tipo de accidentes podrían evitarse si todos los conductores estuvieramos atentos a la hora de salir del coche, pero es algo difícil de controlar. Por eso hay un método que a base de repetirlo podemos interiorizar para que nos salga de manera automática. Se denomina "abrir a la holandesa" y se trata de un gesto muy sencillo con el que se pueden evitar cientos de accidentes.
Un gesto tan sencillo como el de abrir la puerta del coche con la mano contraria al lado en el que estemos sentados. Es decir si estamos sentados a la izquierda debemos abrir la puerta con la mano derecha. Esto nos obligará a girar el cuerpo y nos acordaremos de mirar hacia atrás antes de abrir la puerta por completo.
Si este sencillo gesto lo predicamos entre los ocupantes que viajen con nosotros y poco a poco se extiende entre el resto de condcutores seguro que se pueden evitar accidentes innecesarios.