Un entrenador de ciclocross se suicida tras el positivo de su pupilo
El diario belga Nieuwsblad ha informado del suicido del entrenador de ciclocross de un biker de edad juvenil, Fabio Verberckmoes. Los hechos sucedieron el miércoles, poco después de que su pupilo diese positivo en un control antidoping por una sustancia similar a la cortisona. La muestra se tomó el día 18 de diciembre, al finalizar en segunda posición una carrera disputada en la región de Valonia, y sus resultados fueron comunicados hace escasos días.
Las causas del suicidio
No se puede afirmar con rotundidad que la causa del suicidio de su entrenador -cuyo nombre omitiremos- esté relacionada con el positivo de Fabio Verberckmoes. Sin embargo, tanto la familia como el equipo del joven biker sospechan que puede ser así. Apuntan a la vergüenza o incluso al miedo a recibir un castigo ejemplar como móviles para tan drástica y trágica decisión.
Fabio Verberckmoes, apartado del equipo de ciclocross
La familia de Fabio, de larga relación con el ciclismo, está pasando momentos muy difíciles. Sus padres aseguran "estar en contra del dopaje" y que "le preguntamos a Fabio insistentemente, pero nos aseguraba que solo eran vitaminas".
Por su parte, Eddy Van Bunder, director del Cycling.be-Alphamotorhomes, tras calificar los hechos como una "tragedia que nadie desea", se mostró inflexible con el ya ex corredor de su equipo. "Fabio sabía que no podía hacer eso. Él está fuera del equipo y lo ha comprendido perfectamente, porque dejamos claro desde un principio que el dopaje no tiene un lugar aquí y todos conocen las consecuencias".
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Fabio Verberckmoes, a sus 17 años, puede haber dado por finalizada su prometedora carrera en el ciclocross antes de iniciarla. Y es que se enfrenta a una sanción que puede alcanzar los cuatro años salvo que, y parece poco probable, sea capaz de demostrar que consumió las sustancias donantes sin conocimiento. Se antojan muchos años sin competir en una edad crucial para la formación del biker.
Una noticia terrible que ha conmocionado a un país en el que el ciclismo, y en consecuencia el ciclocross, son casi una religión. Una tragedia personal y una carrera segada por la lacra del dopaje.