Cómo funciona el entrenamiento invisible
¿Conoces el entrenamiento invisible? ¿Sabes cómo gestionarlo y potenciarlo? Seguro que lo estás llevando a cabo pero, de forma inconsciente no estás sacando todo lo posible de la gestión de tu tiempo y ejercicio una vez has acabado de dar pedales. Es decir: te ayudamos a gestionar mejor el entrenamiento para después de entrenar.
Qué es el entrenamiento invisible
Si estás llevando a cabo un plan de entrenamiento, seguro que tienes agendadas todas las sesiones y las características de estas. Cuándo rodar, con qué intensidad, cuántos kilómetros, con cuántos descansos y un largo etcétera. Pues bien, toda esa gestión forma parte de tu plan de entrenamiento. Pero, entre sesión y sesión, ¿qué haces? Porque ese tiempo es fundamental analizarlo, y es precisamente al que llamamos entrenamiento invisible.
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El entrenamiento invisible no es otra cosa que todo ese tiempo, y sobre todo lo que haces en él, que hay entre un entrenamiento reglado y acotado y el siguiente. En esa fracción de tiempo, pregúntate qué haces y sacarás los índices del entrenamiento sensible: el descanso, la nutrición, las actividades físicas menores o la recuperación física. Todo ello conforma un bloque de entrenamiento invisible que es también importante considerar si quieres llevar a cabo un plan completo y exigente.
Buscar la excelencia es cuestión de milésimas, de matices, de pequeñeces. Seguro que has oído hablar de las “marginal gains” que el Team Sky implementó. El ahora Team Ineos llevó a cabo un paradigma nuevo, una nueva concepción que consideraba que las pequeñas cosas, sumadas, daban como resultado diferencias más significativas. Y el entrenamiento invisible forma parte de esas “ganancias marginales”. La diferencia entre el resultado que quieres y el que tienes sobre la bicicleta puede marcarla este entrenamiento invisible.
Por supuesto, si tienes un reto serio, seguro que también te estás cuidando cuando te bajas de la bicicleta, pero el entrenamiento invisible te exige mucho más con total certeza. Porque entre una y otra sesión debes estar muy atento y medir todo lo posible los balances que tu cuerpo implementa para encarar un nuevo entrnamiento. Porque eso marcará la diferencia.
De qué partes consta un entrenamiento invisible
Un especialista en entrenamiento invisible te dirá que podrían ser infinitas las partes de las que se compone un entrenamiento invisible, pero nosotros te las hemos condensado en 5 variables, para que las puedas recordar con los dedos de una mano. Así, el entrenamiento invisible se compondría de:
- Descanso y fases de recuperación, no solamente en el sueño de noche, sino en todo un análisis postural que te permita entender qué posiciones coges durante el día y por qué, para intentar corregirlas si eso mejora tu recuperación. Por ejemplo, analizar el tiempo que pasas sentado, y si puedes poner las piernas en alto y mejorar la posición de tu espalda; si pasas tiempo de pie, alternar con una banqueta una pierna arriba y luego la otra; si caminas, hacerlo de manera posturalmente correcta. Y, claro, por supuesto controlar tu sueño, el tiempo de sueño y la calidad del mismo.
- Alimentación saludable y nutrición deportiva, porque es el otro pilar básico. Comer de forma saludable es innegociable, pero si además estás pensando en prepararte para algún reto, entrará en juego la nutrición deportiva, que controle todo lo que ingieres durante todo el día, midiendo muy bien qué necesitas y cuándo pensando sobre todo en tus entrenamientos venideros.
- Aspectos musculares, un global que incluye las fases de relajación y estiramiento una vez ha finalizado una sesión pautada, pero también fases de recalentamiento, masaje o movilidad durante el entrenamiento invisible, es decir, durante el tiempo muerto entre sesiones. Los músculos son tu herramienta de trabajo, cuídalos y aprende a conocerlos.
- Utilización de elementos sencillos y naturales, toda una gama de entrenamiento invisible que comienza por considerar aspectos que han funcionado históricamente y que hoy ya están contrastados científicamente. La utilización de las temperaturas frío-calor en tus fases de entrenamiento invisible es fundamental, por ejemplo. Bebidas isotónicas naturales hechas por ti mismo, la utilización de ropa cómoda o la no utilización de ciertos compuestos por riesgo a su influencia sobre un posible falso positivo son elementos también a controlar durante el entrenamiento invisible.
- Por último, cuidar tu faceta mental y motivacional es sin duda el elemento más desapercibido del entrenamiento invisible. Cuidar tu estado anímico, buscar elementos inspiradores que te mantengan activo y enfrentar las malas rachas de manera constructiva, proactiva y optimista también se puede entrenar. Si no tienes entrenador, tú también puedes hacerlo llevando un control de tus estados anímicos y tu dinámica. Un cuaderno, un lápiz y algo de voluntad son suficiente para conocerte mejor.
Qué opinas sobre el entrenamiento invisible, ¿lo has hecho alguna vez o está dentro de tu plan de entrenamiento?, te leemos en nuestras redes sociales.