Estar quemado de la bici. Qué es y cómo evitarlo
Montar en bici siempre debería ser un placer, incluso esos días en los que no nos apetece salir pero toca entrenar a menudo solemos volver con la sonrisa en la cara. Los beneficios físicos y desestresantes que produce montar en bici están más que probados, y suele ser las buenas sensaciones las que hacen que nos enganchemos al ciclismo. Pero hay otra cara del ciclismo más amarga, es lo que se conoce como estar quemado de la bici.
Exactamente, qué es estar quemado
Se dice que alguien está quemado cuando montar en bici le produce más sinsabores que alegrías, ya sean físicos o emocionales. Cuando se entra en esa dinámica aparecen sensaciones muy contradictorias que acaban apartándonos de la bici. Esta situación se puede producir por ejemplo cuando aumentamos los kilómetros en bici sin ninguna programación y lejos de aumentar nuestro rendimiento comenzamos a caer en lesiones que impiden que podamos pedalear sin molestias. O por ejemplo cuando competimos y no logramos los resultados esperados, una y otra vez. Cuando esto sucede dejamos de disfrutar sobre la bici y sentimos una cierta ansiedad por recuperar aquellas sensaciones que nos hicieron enamorarnos de la bici.
Cómo evitarlo
Si queremos mantenernos alejados de ese "estar quemado de la bici", hay varias cosas que vamos a ver que podemos hacer pero sobre todo hay que una cosa que menudo se nos olvida utilizar y es el sentido común. A la mínima señal de que montar en bici se está convirtiendo en un lastre deberíamos de intentar tomar un poco de perspectiva y preguntarnos que ha sucedido para llegar a ese punto.
- Entrenamientos planificados. Si cada vez nos gusta más el ciclismo y queremos comenzar a entrenar más horas hay que hacerlo de manera planificada, ya que si aumentamos el volumen de manera descontrolada podemos caer en lesiones que nos provoquen el efecto contrario.
- Buscar objetivos alcanzables. Cuando comenzamos a entrenar solemos pecar de buscar grandes objetivos que no están acorde a nuestro nivel físico. Por ejemplo intentamos hacer carreras de una distancia más larga de lo que estamos preparados o nos planteamos acabar en un tiempo demasiado bajo. Eso puede ocasionar que nos desanimemos y pronto comencemos a estar quemados. Así que lo ideal para no acabar quemados es que a la hora de planificar el entrenamiento hagamos un análisis real de nuestra forma física y función a ella nos pongamos objetivos reales.
- Ser positivos y encontrar otros intereses. Tenemos derecho a sentirnos mal si no alcanzamos algunas metas propuestas pero pronto tenemos que recobrar el tono positivo y no olvidar que lo que realmente nos gusta es montar en bici, al margen de los resultados. De la misma manera es interesante tener otros intereses que nos hagan sentir bien cuando por problemas físicos o de otro tipo, no podemos montar en bici.
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