Los fabricantes endurecen las medidas para que no se puedan trucar las bicicletas eléctricas
El sector de las eléctricas toma medidas para complicar el pirateo de los motores. Brose ya ha anunciado un refuerzo en la ciberseguridad de su próxima unidad de potencia. La mayoría de fabricantes consideran que los intentos de deslimitar o modificar son una amenaza: al margen de ser completamente ilegales, suponen un riesgo para la seguridad y podrían llevar a las administraciones a establecer una legislación más severa.
Los fabricantes toman cartas en el asunto: aumentar la seguridad para luchar contra el hackeo
La industria de las eléctricas vive un buen momento ante el aumento constante de la demanda. Unos años de bonanza que podrían ser el empujón definitivo para que se produzca el disruptivo cambio en la movilidad que algunos tanto anhelan. Sin embargo, los fabricantes deben hacer frente a una problemática: frenar las modificaciones o deslimitaciones a las que algunos ciclistas recurren para aumentar la potencia y quitar el tope de velocidad a la asistencia eléctrica.
La regulación europea establece que el motor de las bicis eléctricas debe dejar de prestar asistencia cuando se superan los 25 km/h. Esta es una de las características que definen a las e-Bikes; se trata de una de las razones por las que circula bajo las mismas normas que cualquier otra bicicleta y por las que lo puede hacer sin estar matriculada, ni tener permiso de conducir ni seguro de responsabilidad civil obligatorio.
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Las modificaciones o deslimitaciones son una práctica completamente ilegal que acarrea consecuencias legales y perjudica gravemente la seguridad del ciclista. Ante esta tesitura, la mayoría de fabricantes se muestra de acuerdo en blindar sus sistemas ante los pirateos de quienes intentan hackear el software de las bicis.
Además, cabe mencionar las consecuencias económicas que podría tener para el sector. Llegado el caso y si los fabricantes son incapaces de dar una respuesta a esta oleada, las autoridades legisladoras europeas podrían, en un intento por mantener la seguridad, endurecer las regulaciones. La obligatoriedad de matricular, tener seguro y permiso de conducir reduciría el mercado y, por tanto, las ventas.
A día de hoy, cualquier vehículo que se asemeje a una e-Bike con un motor que funcione más allá de los 25 km/h o que lo haga sin que el ciclista pedalee -por mucho que se parezca a una bici eléctrica- es un ciclomotor y, por tanto, necesita matrícula, seguro y permiso de conducir.
En esta línea, el fabricante Brose ha anunciado que reforzará la ciberseguridad de su próximo modelo -bautizado como Drive3 Peak, de 48 V- con el objetivo de evitar que los usuarios lo pirateen y bloquear el uso de herramientas de servicio de terceros. Por ahora se desconoce el detalle de la tecnología empleada -desarrollada junto con CYRES Consulting- y solo se especula con que podría tratarse de métodos criptográficos modernos.
El Jefe de Desarrollo de Sistemas de Micromovilidad de Brose, Florian Sack, declaró que "la ciberseguridad de nuestros sistemas desempeña un papel central para nosotros".
Sack añadió que "el concepto robusto e inteligente bloquea las intervenciones y modificaciones no autorizadas. Esto minimiza la susceptibilidad a fallos de funcionamiento y por lo tanto también las preocupaciones de los fabricantes y distribuidores de bicicletas."
Por su parte, el Director General de Bosch, Claus Fischer, se ha mostrado a favor de proteger el límite de los 25 km/h, que considera "nuestro tesoro" al explicar que "debemos seguir sin necesidad de carnet ni seguro, con acceso al carril bici". Además, en otra ocasión CONEBI ya solicitó que se prohibiera la venta de "equipos de manipulación".