Fallece a los 89 años Ugo de Rosa, uno de los grandes nombres en el mundo del ciclismo
De Rosa, la firma del logotipo con forma de corazón despide a su fundador allá por el año 1953. Una de esas firmas que se encuentra en el imaginario popular de la historia del ciclismo, al nivel de otras legendarias marcas italianas como Colnago, Wilier o Bianchi y que construyó bicis incluso para el grandísimo Eddy Merckx.
La mítica marca italiana se queda huérfana
Con 89 años nos deja Ugo de Rosa, fundador de la marca de bicicletas que lleva su nombre, de las pocas que aún no ha caído en las garras de los todopoderosos fondos de inversión y aún conserva su estructura familiar estando dirigida en la actualidad por sus hijos y nietos, encargados de mantener vivo un legado que se remonta al año 1953.
Año en el que Ugo de Rosa, que contaba con apenas 19 años creaba un pequeño taller de bicicletas en la Vía Pila de Milán, muy cerca de uno de los epicentros del ciclismo mundial en aquellos tiempos como era el velódromo Vigorelli. Comenzaba así Ugo de Rosa fabricar bicis aprovechando la experiencia adquirida en sus años de competición que poco a poco fueron adquiriendo una reputación hasta que, unos años más tarde, concretamente en 1958, Raphael Geminiani, uno de los grandes campeones de aquella época, se acercaba hasta él para pedirle una bici con la que asaltar el Giro de Italia de aquel año.
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Desde aquel momento, las creaciones de Ugo de Rosa se convirtieron en un referente entre los ciclistas y el logo del corazón fue cada vez más reconocible a la vez que más profesionales se sumaban a aquellos que le pedían fabricar sus bicis. A finales de los años 60 fue otro gran campeón como Gianni Motta quién se hizo con los servicios de Ugo, no sólo para que construyera sus bicis sino también como mecánico personal.
Pero fue en 1973 cuando Eddy Merckx, el más grande de todos los tiempos, uno de los ciclistas más conscientes de la importancia de llevar el mejor material, buscó las bicis de Ugo de Rosa que, como ocurrió con Motta, se convirtió en su mecánico haciendo que la marca entrara definitivamente en la leyenda del ciclismo.
También lucieron el logo del corazón ciclistas de la talla de Rick Van Looy o Francesco Moser, con cuyas bicis logró imponerse en 3 París-Roubaix, incluso muchos corredores a primeros de los años 70 llevaban bicis fabricadas por Ugo de Rosa, en muchas ocasiones sin logotipos para no interferir con los patrocinios de sus respectivas escuadras.
En los años 80 De Rosa siguió trabajando en ofrecer auténticas joyas completamente personalizadas, incorporando novedades como la soldadura TIG de sus cuadros o la fabricación de exquisitos bastidores de titanio que lucieron equipos como el Gewis y que lograron conquistar carreras como Lieja-Bastoña-Lieja, Milán-San Remo, Giro de Italia o incluso el mismo Tour de Francia.
Supo la marca, ya en manos de los hijos de Ugo de Rosa Danilo y Cristiano, evolucionar, a finales de los años 90 hacia el aluminio con modelos como la Merak y, ya en los primeros años del siglo XXI hacia el carbono con la King como bici de referencia sin perder su esencia de la máxima personalización y la fabricación artesanal.
Continúa hoy en día la marca fabricando bicis de primer nivel, como las Merak utilizadas por los ciclistas del Green Project – Bardiani – CSF Faizanè, la aerodinámica SK Pininfarina elaborada en colaboración con el prestigioso diseñador italiano y, a su vez, mantiene en su catálogo bicis de acero y de titanio que mantienen viva la esencia tradicional de la marca