La fibra de carbono biológica puede ser el futuro del ciclismo
Ha sido un material disruptor, que en los últimos 20 años ha cambiado para siempre la industria de las bicicletas. Las ha hecho más ligeras, más rígidas y más aerodinámicas, y ha traído nuevas formas antes inimaginables. Sin embargo, también es increíblemente sucio y difícil de reciclar. En estos tiempos tan concienciados con el medio ambiente, se necesita una nueva revolución, y puede que esté en marcha: la fibra de carbono biológica puede ser el futuro del ciclismo. Varias empresas trabajan ya en hacer de ella una opción viable. ¿Quieres saber cómo es esta innovación? Te lo contamos.
Fibra de carbono biológica: cambiar petróleo por árboles
La fibra de carbono que todos conocemos se consigue a partir del poliacrilonitrilo, una sustancia que a su vez procede del petróleo. Este se calienta a temperaturas altísimas en ausencia de oxígeno, de manera que se extraigan todos los átomos que no sean de carbono. Así se generan unos finísimos filamentos de entre 5 y 10 micras (una décima parte del grosor de un cabello humano) que resultan 5 veces más resistentes que el acero y el doble de rígidos.
Pero ahí no acaba la cosa: entonces hay que unirlos por medio de un polímero (un plástico, al fin y al cabo) que actúa como pegamento, y al que también hay que someter a presiones y temperaturas extremas para que adquiera sus propiedades. Como puedes ver, todo esto implica no solo el uso de combustibles fósiles como materias primas, sino también ingentes cantidades de electricidad y un proceso muy complejo y costoso; lo que, por cierto, explica los altos precios de estas bicis, y que se trate todavía de un sector minoritario: la producción mundial es de apenas 150.000 toneladas al año, por unos 1.800 millones de toneladas de acero.
RECOMENDADO
Así se fabrican lo cuadros de carbono trenzado
Al detalle la SCOTT Spark RC edición especial de Nino Schurter para 2022
¿Por qué Tadej Pogacar es el ciclista mejor pagado del mundo?
Titanio, acero, grafeno, aluminio o carbono ¿por qué sigue habiendo bicis tan diferentes?
Curiosidades y problemas de la fibra de carbono
Lista completa con los ciclistas mejor pagados de 2024
Pero volviendo al impacto ecológico, el año pasado, Trek presentó su primer Informe de Sostenibilidad, y en él afirmaba que una bicicleta de carbono conlleva el triple de emisiones de CO2 que una de aluminio. Y eso que la del aluminio ya es una industria electrointensiva, no precisamente limpia. Ante esta situación, diversas compañías e instituciones están buscando alternativas más 'verdes' para reducir las emisiones, pues no solo las bicicletas se han hecho 'adictas' al carbono en los últimos años. Coches, aviones, helicópteros o molinos eólicos ya utilizan piezas de este material, e incluso se está probando en la construcción.
Y el foco está puesto en lo que se llama fibra de carbono biológica; es decir, aquella que proviene de plantas, en lugar de ser un derivado del petróleo. Una de las posibilidades más avanzadas está en la lignina, que es uno de los compuestos que dan resistencia a los troncos de los árboles. Resulta que, además, la lignina es un subproducto de la fabricación de pulpa de papel, por lo que su extracción sería muy barata y sostenible (es más, una de las empresas que está desarrollando estas tecnologías es la papelera sueca Stora Enso, con su NeoFiber). Digamos que ya 'está ahí', pero no se aprovecha.
Una fibra de carbono más limpia... ¿y más barata?
Pero no es esa la única ventaja de la fibra de carbono 'bio'. También permitiría reducir las emisiones necesarias para su tratamiento entre un 20% y un 30%, según el Instituto Alemán para la Investigación en Textiles y Fibras de Denkendorf (cerca de Stuttgart), que es uno de los que está implicado en esta nueva revolución. Eso significa que seguiría siendo el doble de 'sucia' que el aluminio, pero el progreso sería enorme.
Incluso podría conseguir que el precio final del material bajara; y la actual alza en los precios del petróleo y la energía no hacen más que reforzar esa idea. Otra tecnología que aspira a lograrlo, como ya te contamos hace unos años, es el carbono grafítico.
Por último, tenemos que considerar los impuestos y las sanciones que muchos gobiernos ya preparan para las industrias que generan más emisiones. Lo que podría impulsar a muchos a buscar alternativas en los próximos años. Sin ir más lejos, otra empresa que está investigando es la multinacional química Solvay, que anunció un acuerdo con la empresa especializada Trillium para empezar a producir fibra de carbono a partir de acrilonitrilo, que también proviene de plantas. Por cierto, como consecuencia inesperada, esto podría animar a muchos a seguir los pasos de Bianchi, y volver a traer a Europa la fabricación, acabando con el cuasimonopolio asiático.
No obstante, no es oro todo lo que reluce. Según el instituto alemán citado antes, por ahora el carbono biológico que se ha conseguido fabricar es de menor calidad que la derivada del petróleo. Así que aun no está preparada para utilizarse en bicicletas, sino que se emplearía en aplicaciones de espectro medio-bajo. Por ejemplo, Stora Enso (junto con su socio, Cordenka) pretende destinar la suya a la industria eólica, que supone el 20% del mercado del carbono.
El problema con el reciclaje de la fibra de carbono
Por si todo esto fuera poco, el fin de la vida útil de las bicicletas y otras piezas de carbono supone un gran rompecabezas. Como sucede con muchos otros materiales plásticos, resulta prácticamente imposible reciclarlo (al contrario que metales como el acero o el aluminio, que simplemente se funden y están listos para volver a utilizarse). Existen algunos métodos innovadores, pero siguen siendo extremadamente caros, y encima las fibras acaban degradándose después de unos pocos ciclos.
Como muchas veces tampoco pueden quemarse, la mayoría de nuestros cuadros acaban enterrados en antiguas minas hoy abandonadas, según destacan los expertos; algo que seguramente desconocías. No está claro que las nuevas fibras 'bio' puedan aportar algo para resolver este problema, pero sin duda sería interesante que al menos empezáramos a bajar la huella de carbono de las bicis de ídem.