¿Se te duermen los genitales en la bici? Causas y soluciones
Es algo mucho más común de lo que piensas, aunque eso sí, hay que buscar las razones porque puede deberse a causas naturales o a una mala posición que está provocando un adormecimiento exagerado. Analizamos un poco más por qué los genitales se quedan dormidos en la bicicleta.
Los genitales dormidos en bicicleta: causas y consecuencias
En primer lugar, debes saber que el hecho de que los genitales se queden dormidos en bicicleta es algo natural, sobre todo si llevas a cabo entrenamientos largos. Esta dolencia es muy común y no importa el sexo, pues ocurre de igual modo en hombre y mujeres.
La causa principal responde a la presión que se ejerce durante largo tiempo e intensidad alta sobre un nervio de nombre curioso: el nervio pudendo.
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El nervio pudendo es el responsable de tus genitales dormidos en la bicicleta. Esta rama nerviosa circula por toda la región genital, enervando las partes externas de los genitales masculino y femenino, así como otras regiones próximas, como los conductos urinarios.
Obviamente, si durante horas el ciclista apoya su peso, supongamos que entre 70 y 90 kilogramos, sobre esta zona en el sillín de su bicicleta, es este punto el que soporta las irregularidades del terreno, aunque la bici o sistemas de suspensión absorban gran parte de estas vibraciones. Por ello, el pudendo acaba por interrumpir su señal, provocando genitales dormidos en bicicleta. Lo importante aquí es analizar ese adormecimiento, para comprobar que se trate de algo rutinario y no de una lesión provocada.
Cómo saber si los genitales dormidos en bicicleta pueden suponer una lesión
El atrapamiento nervioso es recurrente, no solo en esta región. A veces podemos notar las piernas dormidas tras largo tiempo sentados, o un brazo tras una mala postura durante el sueño. Esto se debe a que en dichas posiciones estamos comprimiendo de forma excesiva un nervio. En el ciclismo, la posición es la sentada y el nervio es el pudendo, como te indicábamos.
La cuestión fundamental es que si este adormecimiento se produce siempre, en altísimas intensidades y durante largos períodos de tiempo, sí que puede ocasionar problemas más serios, como dolor o problemas durante tus relaciones sexuales, o incontinencia urinaria. Ambos son las dos grabes consecuencias a largo plazo.
Por ello, hay que buscar las causas para solucionar los genitales dormidos en bicicleta. En primer lugar, analiza tu sillín, fíjate si es tu sillín idóneo, prueba otros y compara. Haz lo mismo con la badana de tu cullotte, porque no todos los acolchados tienen la misma calidad, e igual se debe a un mal acolchado en esta parte del uniforme ciclista.
El sillín centra el foco porque, como ya decimos, es el elemento principal de apoyo del peso. Su altura, su posición adelantada o atrasada, su ajuste con respecto a la altura del manillar, la forma y tamaño del sillín o el tamaño de la potencia determinan la posición final de un ciclista sobre la bicicleta. Puedes analizar todos estos valores y hacer cálculos. Los genitales dormidos en bicicleta pueden responder a un mal ajuste de alguno de esos puntos.
Si crees que se trata de la posición del sillín sin lugar a dudas, comienza con las pruebas: te aconsejamos bajarlo un poco de altura y adelantarlo unos milímetros, para volver a probar. Normalmente, estas leves variaciones mejoran muchísimo las malas sensaciones de los genitales dormidos en bici. Aún así, hay aplicaciones móviles que te permiten ajustar tu sillín de manera correcta.
Analiza también tu posición en la bici, ¿estás soportando sobre esta zona demasiado peso? Un estudio biomecánico es la forma idónea, pero si no puedes hacerlo intenta buscar información sobre la regulación en altura e inclinación o ángulos, y varía su posición para probarlo luego y comprobar si así te va mejor o no.
Lo idóneo, lógicamente, es descansar, pero a menudo muchos ciclistas no pueden permitirse tal lujo si están en una sesión de entrenamiento planificada. Así que prueba estos trucos sencillos antes de pasar a decisiones más drásticas.