Guía rápida para detectar una conmoción cerebral
Las conmociones cerebrales a causa de una caída son sin duda, la situación más peligrosa a la que se puede enfrentar un ciclista en la práctica de este deporte. Pese a que la generalización del uso del casco y la mayor capacidad de protección que ofrecen los modelos actuales, la inercia de la cabeza cuando tenemos un accidente con la bici hace muy fácil que esta acabe impactando en el suelo pudiendo llevarnos a sufrir graves daños.
British Cycling publica una guía para reconocer cuando un ciclista sufre una conmoción cerebrales
Ya hace algún tiempo que la UCI cuenta con un protocolo durante las carreras para, tras una caída, comprobar si el ciclista ha sufrido una conmoción cerebral mediante unos pequeños test que los médicos de la prueba tienen que realizar antes de permitirle continuar.
Sin embargo, aún existe mucho desconocimiento y algunos falsos mitos en lo que respecta a los impactos en la cabeza entre el ciclista común que sale a pedalear a la carretera.. Para evitar riesgos adicionales y ayudar a reconocer una situación de conmoción cerebral, la British Cycling ha publicado una guía en la que se recogen pequeñas indicaciones de cómo detectar esta afección y que medidas tomar en caso de que se produzca.
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Existe el mito de que si no se ha perdido el conocimiento no hay conmoción cerebral. Sin embargo nada más lejos de la realidad. Cuando sufrimos un accidente en la bici la cabeza se acelera y el cerebro se desplaza y se comprime dentro del cráneo como si fuera gelatina dentro de un recipiente. Aún sin impacto o con uno leve, la súbita aceleración podría causar una conmoción cerebral.
El principal consejo que da la guía de British Cycling es que, en primer lugar, ante la duda, sentar al accidentado antes de comenzar a analizar los síntomas que pueda mostrar. Evidentemente, sí el ciclista ha perdido el conocimiento o nota mareo e inestabilidad al ponerse de pie, ya es algo que nos debería poner en alerta para evitar que se vuelva a subir a la misma y recurrir a los servicios sanitarios.
Si el ciclista no ha perdido el conocimiento hay que fijarse en otros síntomas como nauseas, desorientación o pérdida de memoria o simplemente ansiedad, no sentirse bien o incluso algo como sentirse triste puede ser indicativo de haber sufrido una conmoción cerebral. Unos síntomas que incluso pueden no aparecer hasta 24 o 48 horas tras el accidente.
Esos días después el ciclista debe de estar atento a cualquier indicio. Pérdida de apetito o problemas para dormir también podrían indicar la posible presencia de una conmoción cerebral.
Incide la guía en que el llevar casco, aunque nos protege de los impactos y reduce la fuerza del mismo que llega hasta la cabeza, no evita las conmociones cerebrales por lo que es importante estar muy atento a los síntomas. Preguntas como ¿Dónde estás? ¿Qué hora es? ¿Cómo has llegado aquí? ¿Qué hiciste la semana pasada un día como hoy? Son utilizadas habitualmente por los médicos para reconocer la presencia de una conmoción cerebral y también pueden ser útiles si tenemos que aplicarlas.
Ante cualquier duda, se insiste en sentar al ciclista y recurrir a los servicios de emergencia para un tratamiento apropiado.
En el caso de sufrir una conmoción cerebral también se insiste en la vuelta progresiva a la actividad diaria y establece un plazo de tres semanas para el regreso a la práctica deportiva con total garantía. Una útil guía que, pese a estar en inglés, podéis consultar en la web oficial de British Cycling.