Todo comenzó con un bastón de esquí: historia de las bicicletas SCOTT
Pasó del esquí al ciclismo y ha conseguido revolucionarlo. La historia de las bicicletas SCOTT comenzó muy lejos de los pedales, sobre la nieve. En concreto, desarrollando un novedoso bastón de esquí que sirvió de base a todos los que hoy existen. Y ese espíritu pionero no les ha abandonado en ninguna de sus (muchas) reinvenciones: motocross, running y, sobre todo, bicis. Te llevamos de viaje a conocer la muchas idas y venidas de una empresa ya mítica.
SCOTT y su revolución del aluminio
Hasta los años 50, los bastones de esquí se hacían con materiales tradicionales: bambú y acero. Tuvo que llegar un visionario como Ed Scott, ingeniero y esquiador de competición en la estación de Sun Valley (Idaho), para cambiar las cosas. Él inventó en 1958 el primer bastón cónico realizado en aluminio, mucho más ligero y rígido, que pronto se convertiría en el estándar. Y que fue el germen de lo que hoy es una multinacional con más de 1.000 empleados en todo el planeta.
Pronto, esta pasó a otro tipo de complementos para deportes de invierno (botas, gafas...) y, en los años 70, se introdujo en el mundo del motocross con el mismo tipo de accesorios, además de empuñaduras. Pero fue en 1986 cuando se produjo el salto que marcaría para siempre la evolución de esta compañía.
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A la vanguardia del ciclismo: manillares, suspensiones...
En plena fiebre de las mountain bikes (una fiebre que venía de California, pero que estaba conquistando rápidamente Europa), la compañía aprovechó su proveniencia estadounidense y su fuerte presencia a este lado del 'charco' para presentar su primera bicicleta. Aunque la consagración absoluta como uno de los fabricantes ciclistas de referencia le llegaría tres años más tarde, en 1989, y con algo insospechado: un manillar.
Pero no cualquier manillar, desde luego, sino quizá el más famoso de la historia. El Aero con el que Greg LeMond se presentó al Tour de Francia 1989 entre las risas de los espectadores por su extraño aspecto, y que prácticamente se puede decir que le conquistó el amarillo en la crono final de París. Sí, fue SCOTT la que desarrolló el padre de todos los manillares de triatleta.
A partir de ahí, sus ingenieros se centraron en desarrollar innovaciones para la práctica ciclista. Una de las más relevantes fueron las suspensiones Unishock, que llegaron en 1991. En 1992, lanzó una de las primeras MTB con suspensión integral, y se introdujo en el sector de las equipaciones con sus primeros cascos y zapatillas.
Y, en 1995 llegó su otro momento clave: el lanzamiento de la Endorphin, la primera gran mountain bike de fibra de carbono fabricada en serie (puede que la Lotus Sport se adelantara unos años, pero solo se produjeron 400 unidades). Con numerosas victorias en Copa del Mundo y Juegos Olímpicos (con ella corrió sus primeros años nuestro gran José Antonio Hermida, que conquistó en las filas del equipo SCOTT su primer mundial, en 1999), cimentó la popularidad de la marca como una de las mejores del globo.
El continuo avance de las bicicletas SCOTT
A finales de los 90 y principios de los 2000, la marca creaba las bicicletas más ligeras del mundo, batiendo en varias ocasiones diversos récords. Y, en 2003, presentó la primera Genius, todo un hito por su nuevo concepto de suspensión integral con un amortiguador con tres modos de funcionamiento: bloqueo, recorrido completo y tracción.
En 2006 inauguraron con unas zapatillas técnicas lo que es hoy la cuarta 'pata' de la empresa: el running. Y, solo un año después, en 2007, nacen dos de sus modelos más míticos, aún muy presentes en su catálogo: Addict y Spark, que en su momento fue la bicicleta de suspensión integral más ligera del mundo.
Y, claro, la década de 2010 no ha estado menos cargada de avances. Comenzó con la SCOTT Scale de solo 899 gramos (el cuadro de carbono para MTB más ligero hasta entonces), con la que Nino Schurter ganó su segunda Copa del Mundo, y con sus primeras e-bikes, desarrolladas junto a Bosch.
Además, en 2012, las Scale 700 y Genius 700 serían los primeros modelos de producción masiva con ruedas de 27,5"... Y a su éxito contribuyó no poco que Nino Schurter dominara la temporada con una de las primeras. Tras presentar una línea de ropa de ciclismo y la Plasma 5 de triatlón y contrarreloj en 2014, su año redondo en eso de los triunfos deportivos llegó en 2016: Schurter y Jenny Rissveds (ambos del SCOTT-Odlo MTB Racing) ganaron la medalla de oro en los Juegos de Río y en el Campeonato del Mundo de XCO en el mismo año.
El prometedor presente de SCOTT
Desde que en 2017 lanzaran al mercado la Foil Disc (una ligerísima bici de carretera aerodinámica con frenos de disco), SCOTT se ha dedicado fundamentalmente a perfeccionar su ya amplio catálogo de modelos. Ahí han estado las nuevas Genius, Ransom o Addict RC, para demostrarlo. Eso sí, en 2019 volvió al downhill con una bici 100% de carbono, la Gambler.
Pero lo cierto es que esta marca estadounidense rara vez deja de innovar. Por lo que, este 2021, nos ha traído la SCOTT Spark 2022, una MTB para XCO con el amortiguador trasero oculto y que hace historia por abandonar cualquier recorrido por debajo de los 120 mm (no hay opción a montar menos).
Esto, por lo que al presente se refiere. ¿Y hacia dónde se dirigirán en el futuro? Aunque no podamos responder con certeza a ese interrogante, viendo esta historia resumida de las bicicletas SCOTT, con cada vez más innovaciones según pasan los años, no es difícil predecir que será bastante movidito. Promete, por lo que habrá que estar atentos a los 'próximos capítulos'.