La importancia de ser un buen aficionado al ciclismo
El ciclismo, por desgracia, nos deja en ocasiones imágenes de las que una inmensa mayoría de los aficionados se avergüenzan a más no poder. El lamentable espectáculo que vimos en las 21 curvas de uno de los puertos más míticos del ciclismo, Alpe D´Huez, fueron el mejor ejemplo de esto. Uno que esperamos no volver a ver.
Chris Froome, atacado por un aficionado
Fue un hecho insólito, pocas veces visto. Una situación insólita que se vivió a 7 kilómetros de coronar el puerto y finalizar la etapa, cuando Chris Froome rodaba en un pequeño grupo perseguidor y fue empujado por un "aficionado", que tuvo la insólita ocurrencia de tratar de derribarle de la bicicleta. Afortunadamente no logró su objetivo y el lamentable hecho quedó en una anécdota.
Montée de L’Alpe : un spectateur tente de frapper (?) Christopher Froome #Tour2018 pic.twitter.com/JV5RR07G7K
— Matthieu Brandely (@m_brandely) 19 de julio de 2018
Nibali, al suelo por un enganchón
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Lo que, por desgracia sí tuvo consecuencias fue la caída de Vincenzo Nibali. El italiano se fue al suelo tras engancharse con un aficionado que se acercó demasiado lo que, unido a la escasa visibilidad provocada por el humo de las bengalas provocó que el ganador de la ronda gala se fuese al suelo.
El Tiburón, en un acto heróico que le honra, volvió a subirse en la bicicleta y completó la etapa recortando distancia con el grupo de favoritos.Sin embargo, a su llegada a meta se le realizaron las pruebas pertinentes que trajeron las peores noticias: una vértebra rota le impedirá continuar en carrera.
Una desgracia que podría haberse evitado, simplemente, con que los aficionados al ciclismo congregados en el mítico puerto alpino guardasen las destancias y mantuviesen el mínimo respeto por los profesionales. No hay que empujarles o tirarles agua si ellos no lo piden, las carreras a su lado sin un peligro, encender bengalas lo último que piden sus cuerpos, al límite por el esfuerzo, y acercarse demasiado no es una buena idea.