Insectfit, las barritas energéticas con insectos
Escuchas barritas energéticas de insectos e igual te suena extraño. Pero si eliminas tus prejuicios, Insectfit es precisamente eso. Una start up española las sacó al mercado como proyecto piloto y el éxito ha sido tal que ahora están pensando en nuevos productos.
Insectfit: un proyecto emprendedor
Se trata de una pequeña empresa de dos emprendedores, Alberto Mas y Gabriel Vicedo, que forma parte de la Lanzadera de empresas de Juan Roig (Presidente de Mercadona). Este centro neurálgico de emprendedores, ubicado en La Marina de Valencia, acoge diversos proyectos seleccionados entre centenares de candidaturas. Y entre los elegidos está Insectfit.
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El proyecto, lanzado por dos jóvenes crevillentinos, fabrica barritas energéticas fabricadas a partir de grillos. En concreto, a partir de harina de grillo. En tan solo dos meses consiguieron comercializar más de 13000 barritas. Sus cifras nutricionales, muy equilibradas y saludables, han roto el estereotipo que supone comer insectos. De hecho, si nadie te dijese nada, es imposible que supieses que estas barritas energéticas están hechas de grillos. En la dieta de un ciclista, podrían entrar perfectamente y aportarían gran parte de los nutrientes necesarios para la práctica deportiva.
El origen de Insectfit
Comenzó siendo simplemente una idea. Ambos emprendedores conocían los valores nutricionales de los insectos y pensaban que era un nicho de mercado nada explotado debido a estos elementos culturales. En otros países, como en México, la ingesta de insectos está más asentada. Pero en los países europeos suena extraño.
Sin embargo, con apenas 30.000 euros de capital inicial, emprendieron la fabricación de estas barritas energéticas como el primer producto comercializado de Insectfit. La venta online les dio sus primeros resultados, que fueron bastante buenos, comercializando más de 10000 barritas en poco tiempo.
Estos resultados hicieron que ambos alicantinos ampliasen su catálogo de posibilidades. La aceptación fue mejor de lo esperado, ya que sabían que su amenaza principal era la aversión social a comer insectos. Combinados con yogur, frutas, frutos secos o chocolate el resultado es un sabor muy atractivo.
Los insectos aportan proteínas de forma natural y sostenible y requiere muy poca agua para su cría, emitiendo menos CO2. Estos valores son la fortaleza del proyecto y lo convierten en una idea además sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Las cifras que justifican su idea, es que la población mundial en 2050 necesitará muchísima más proteína, en concreto un 70% más, así que explorar otras fuentes será imprescindible.
La barrita energética de Insectfit, que se vende por unos 2 euros aproximadamente pero esperan abaratar el precio fabricando en España: hasta ahora, la legislación no lo permiten y deben importar la harina de grillo desde Finlandia. La elaboración tradicional de barritas, que algunos ciclistas han empezado a hacer, también les indicó que ellos podían hacerlo.
En síntesis: unas barritas energéticas diferentes sin lugar a dudas. Insectfit no es una marca más, sino un fabricante que ha llegado para echar abajo también el choque cultural.