Él inventó lo de saltar los tablones y le valió para ganar un Mundial ante Van der Poel
El Mundial de Ciclocross de 1989 será recordado por la novedosa manera con la que Danny De Bie conquistó el maillot arcoíris. El belga decidió saltar los tablones cuando lo normal era desmontar y pasarlos a pie. Esta práctica, pionera entonces y muy extendida hoy en día, le sirvió para superar a Adrie Van der Poel, el padre de Mathieu, o Henk Baars, entre otros.
El bunny hop que valió un Mundial: cuando Danny De Bie saltó los tablones de Pontchateu
Las carreras de ciclocross conectan con tiempos pasados; la disciplina del barro y el frío parece haber parado la rueda de la evolución y su espíritu se mantiene intacto para brindar a los aficionados un espectáculo con regusto añejo. Sin embargo, al echar la vista atrás se pueden observar algunos cambios fruto de la profesionalización y las técnicas depuradas que hoy manejan la mayoría de corredores.
Los tablones son uno de esos obstáculos artificiales que los organizadores pueden disponer en los circuitos. De esta menera, los tablones suponen un reto añadido y requieren de una gran dosis de concentración y técnica. Hoy en día es habitual que los corredores tiren de repertorio y los superen con un bunny hop - hasta el punto de que quien desmonta se encuentra en clara desventaja con sus rivales-.
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A pesar de ser una práctica común en la actualidad, hubo un tiempo en el que los corredores asumían que debían bajar de la bici y superarlos a pie. Una normalidad instaurada entre los especialistas y que rompió Danny de Bie a finales de la década de 1980.
Danny De Bie pasó a la historia como el ciclista que introdujo los saltos en los tablones. El belga fue un pionero y el paso del tiempo convirtió el asombro inicial en un intento por copiar la técnica, que permitía ganarle varios segundos al crono. De hecho, el propio De Bie le debe -aunque solo sea un poco- parte de la victoria en el Mundial de 1989 a los bunny hop que realizaba en los tablones.
El Campeonato del Mundo de Ciclocross de 1989 se celebró en la localidad francesa de Pontchateau -que también organizó el Mundial de 2004 o, más recientemente, el último Europeo-.
La victoria de De Bie fue casi una sorpresa. Si bien ya había obtenido algunos resultados de relumbrón -vigente subcampeón del mundo y tercero de Bélgica-, el palmarés quedaba reducido a poco más que eso, ya que por aquel entonces solo había conseguido una victoria, en el Superprestigio de Overjise. Los focos del Mundial de Pontchateu, por tanto, se centraban en Adrie Van der Poel y Pascal Richard, los favoritos para enfundarse el arcoíris.
De Bie había intentado saltar los tablones en algunas carreras disputadas en las semanas previas al Mundial -entre las que se incluye el triunfo en Overjise-, aunque fue en la cita mundialista cuando se destapó por completó. Más allá de esta ventaja competitiva, los tablones estuvieron colocados en una zona perfecta para él: al pasar una curva cerrada y en la parte alta de una colina.
En declaraciaones al medio Het Nieuwsblad, De Bie explicó que "enseguida me di cuenta de que el circuito estaba hecho para mí. Hacía buen tiempo, todo estaba seco, era un recorrido rápido y, sobre todo, había tablones. Esos tablones sólo tenían una gran razón de ser: dificultar el recorrido. Todos los corredores iban a pie".
"Así era entonces. Si veías tablones, saltabas de la bici. Todo el mundo corría", añadió.
Con un rápido análisis, "vi que podía saltar por encima con la bici. Eso formaba parte de mí desde muy joven. Siempre había saltado por encima de los canales, también había destrozado muchas bicicletas, pero había aprendido mucho jugando".
El salto de los tablones -que por aquel entonces eran de 45 centímetros, a diferencia de los de 40 centímetros de la actualidad- le brindó una doble ventaja. Por un lado, la ganancia de tiempo que obtenía por el simple hecho de saltar. Por otro lado, lograba una inercia que le permitía pedalear unos metros más a una velocidad superior a la de sus rivales.
En el siguiente vídeo -del Mundial de 1989- se puede ver la innovadora técnica de Danny De Bie y el tiempo que sacaba al resto cada vez que se encontraban con los tablones. Además, se puede observar que otro corredor -con el dorsal 4- también los salta.
Danny De Bie revolucionó el ciclocross con los bunny hop en los tablones. La habilidad en los saltos le permitió doblegar en aquel Mundial de 1989 a Adrie Van der Poel -subcampeón-, Pascal Richard -abandono- o Henk Baars -quinto-, entre otros, y sentó un precedente que con el tiempo se convirtió en una práctica estándar entre los corredores de élite de la disciplina del barro.