Jan Ullrich condenado por conducir ebrio
Jan Ullrich fue un talento precoz y desbocado. Campeón del Tour de Francia de 1997 con solo 23 años, su clase y sus características le llevaron a ser señalado de manera casi unánime como el sucesor natural de Miguel Induráin. A partir de entonces, sin embargo, se convirtió en un coleccionista de -dignísimos- segundos puestos de la ronda gala. Tras Marco Pantani, primero, y Lance Armstrong, después. Muchos, sin embargo, apuntan a que fue su escasa cabeza, la deficiente preparación que llevaba a cabo cada año, la que lo convirtió en una suerte de Raymond Poulidor del Siglo XXI.
Jan Ullrich, condenado a 21 meses de prisión
El ex ciclista alemán, una vez retirado, se empeñó en dar la razón a los que esgrimían ese argumento. Lo hizo, por ejemplo, en el año 2014, cuando fue sorprendido ebrio (con 1,8 miligramos de alcohol en sangre) mientras rebasaba por mucho los límites de velocidad establecidos.
El alemán, tras golpear la parte trasera de un vehículo detenido en un stop, acabó chocando frontalmente contra otro en una localidad suiza.
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El proceso legal se ha alrgado varios años, y ha sido ahora, en septiembre de 2017, cuando los tribunales han ofrecido una sentencia firme. Una sentencia que no ha sido, en absoluto, favorable para los intereses de Jan Ullrich. La jueza encargada del caso ha evaluado los hechos como un delito grave, condenándole a 21 meses de prisión eludible. Además ha sido sancionado con 10.000 francos suizos (unos 8.700 euros).
En la decisión de la justicia suiza también ha influido el hecho de que los análisis realizados a Jan Ullrich dieron positivoen varios medicamentos. Un cóctel que, a buen seguro, mermó las facultades del ciclista, convirtiéndole en un auténtico peligro para la seguridad vial.
¿Entiendes que Jan Ullrich, habiendo entrenado como ciclista cientos de horas por las carreteras, pusiera en riesgo las vidas de otras personas al conducir ebrio? ¿Piensas que la condena es proporcionada? ¡Te leemos en nuestras redes sociales!