¿Se celebrarán los JJ.OO de Tokio en 2021?

Es toda una incógnita. A fecha de hoy nadie sabe si los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 se van a poder celebrar o no. Pero es que las previsiones no son del todo halagüeñas, hay razones que juegan a favor y factores que juegan en contra. Y la realidad es que los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 siguen en el aire.

Aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio

El pasado verano iba a ser uno de los más esperados de los últimos cuatro años. ¿Por qué? Porque ese es el período de tiempo en que se celebran unos Juegos Olímpicos, de cuatro en cuatro años.

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¿Gafas por dentro o por fuera?

Pero a mediados de marzo el mundo colapsó y la pandemia de coronavirus copó todos los titulares. Ante el nerviosismo generalizado y la mirada atónita de deportistas y aficionados, los eventos deportivos se iban suspendiendo y aplazando. Ocurrió con el fútbol, con las grandes carreras ciclistas o con la mismísima NBA. Y los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque intentaron aplazar la decisión definitiva, cayeron: el 24 de marzo el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente del COI, Thomas Bach, anunciaban en una conferencia conjunta que los Juegos Olímpicos de Tokio se aplazaban a julio y agosto de 2021.

Desde eso momento, hubo una sensación mezcla de alivio y certeza: se aplazaban, pero con más de un año de por medio se esperaba que la situación para este verano estuviese controlada. Pero nada más lejos de la realidad.

En riesgo la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021

Pero ahora mismo, ocurre otra sensación ambivalente: han llegado las vacunas y las campañas de vacunación ya han comenzado en muchos países. Pero de aquí a verano es cuantitativamente imposible que la vacunación sea completa y generalizada en las sociedades de los países más desarrollados, ni hablar de los menos que por supuesto también tienen el total derecho de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.

Ante esta incertidumbre, la pregunta que está rondando por todas las cabezas, también por las de los encargados de tomar una decisión definitiva al respecto, es la misma: ¿se podrán celebrar finalmente los Juegos Olímpicos de Tokio 2021?

Ante tal caos, la organización de los propios juegos ha lanzado un comunicado: solicita que se vacune a los atletas frente al coronavirus, para que los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 puedan celebrarse el próximo verano.

Una decisión sin duda controvertida, pues no se basa en razones sanitarias: los atletas no forman parte de ninguno de los colectivos vulnerables y de riesgo, ya que son jóvenes, fuertes, sin patologías ni enfermedades crónicas y con bajo riesgo de contagio al no trabajar en el sector sanitario.

Por eso, estas palabras del COI han levantado ampollas en muchos otros sectores no deportivos. Es cierto que se estima que esto costaría entre 300 y 600 vacunas de media por país, cantidades nacionales que son bastante bajas si pensamos en los millones de personas y dosis que se administrarán. Pero la cuestión que ha abierto el debate no ha sido la cantidad, sino la prioridad.

“Habrá personas que afirmen que los deportistas se están saltando el orden, pero creo que es la única forma realista de hacerlo”, afirmaba Dick Pound, miembro del COI.

A todo esto hay que sumar la situación de Japón. Hasta ahora, el control de la pandemia del coronavirus había sido de sobresaliente. Pero estas semanas la situación se ha complicado tanto que el Primer Ministro, Yoshihide Suga, se plantea declarar el estado de emergencia en Tokio.

Se plantean muchos escenarios posibles: Juegos Olímpicos de Tokio 2021 a puerta cerrada, Juegos Olímpicos de Tokio 2021 solamente con público japonés, aplazamiento de los juegos, suspensión y pausa para una nueva fecha o la celebración con estrictos protocolos sanitarios.

Ante tal abanico, los atletas sólo tienen una opción: seguir entrenando como si se fuesen a celebrar, porque a meses de su comienzo no pueden desperdiciar ni un solo día. El circuito de mountain "será un desafío para todos" afirmaba Nino Schurter tras probarlo. Sólo pueden hacer eso. Y tener esperanza en que la vacunación vaya a buen ritmo, para que el debate sobre si vacunar primero a los atletas dentro de los colectivos de bajo riesgo sea menos espinoso.