La tecnología C-VX2 podría acabar con los atropellos a ciclistas
Advertir a los conductores de la presencia de ciclistas en la calzada podría ser una de las funcionalidades de la tecnología C-VX2 que permitirá una comunicación continua entre todos los elementos que participan en el tráfico.
Carreteras, ciclistas y coches conectados para evitar atropellos
Qualcomm, conocida por muchos por ser al fabricante de la mayoría de microprocesadores que utilizan nuestros teléfonos móviles; y la plataforma especializada en la seguridad del automóvil Spoke, de la mano con marcas del sector atomovilístico como Ford, Audi, BMW, Jaguar, Honda, Mercedes o Renault están impulsando el sistema de conexión inalámbrica C-VX2.
C-VX2 es una tecnología de transmisión basada en comunicación inalámbrica de baja latencia, mejorando las actuales capacidades de la tecnología wifi que, además, es compatible con las redes existentes de telefonía 4G y 5G.
RECOMENDADO
Está ideada para que los coches no sólo se interconecten entre sí sino también puedan interactuar con diferentes elementos de su entorno, como señales de tráfico, semáforos, peajes, etc. aumentando así la capacidad de los coches para percibir lo que les rodea, más allá de la visión que ofrecen los sistemas de sensores y cámaras que ya emplean muchos vehículos.
Sería algo así como añadir un nuevo sentido al coche al igual que en un ser humano, vista, tacto u olfato se complementan con el oído o el gusto.
La idea del C-VX2 no es sólo la interacción entre coches y entre coches y la carretera sino también poder comunicarse con otros actores de la circulación como peatones y ciclistas, los elementos más débiles del tráfico y que más protección requieren.
Esta capacidad de comunicarse con todos los elementos del tráfico mejorarían la autonomía de decisión del coche permitiéndole ajustar de forma automática la velocidad en caso necesario para evitar un accidente.
La primera unidad de comunicación destinada a las bicis es un dispositivo del tamaño de un teléfono móvil desarrollado por Spoke, denominado ConnectMe, que se adosaría a la bici y en la que está contenido todo el hardware necesario para transmitir a los automóviles cercanos información sobre la posición y velocidad de la bici.
No sólo es el coche quién recibiría información de la posición y movimiento de la bicicleta sino que la bici también sería capaz de recibir datos de la proximidad del coche y poder conocer de mano su actitud: si va a girar, a adelantar, etc.
Por el momento, parece que son varios los fabricantes que han comenzado a hacer pruebas con la intención clara de ir incorporando la tecnología C-VX2 en sus automóviles. Ahora falta que por el lado de la industria ciclista se plantee la incorporación de la misma en las futuras unidades que se construyan, de forma integrada y transparente al usuario.
Un precedente de este tipo de tecnologías para evitar accidentes sería la implementación del sistema TCAS en el mundo de la aviación cuya obligatoriedad consiguió acabar con las colisiones en el aire con un funcionamiento similar en el que las aeronaves se comunican entre sí de forma automática proporcionando a los pilotos advertencias ante un posible choque y proponiéndoles acciones evasivas.
No cabe duda de que toda ayuda tecnológica que permita evitar los atropellos a ciclistas siempre será bienvenida, sólo falta que esa se vaya extendiendo de forma práctica entre todos los elementos implicados en el tráfico hasta conseguir que sea realmente efectiva.