Los equipos ciclistas que no reduzcan sus emisiones de carbono perderán la licencia
El ciclismo no podía permanecer ajeno al cambio climático de forma que en la agenda de la UCI ya está el lograr el equilibrio neutro de carbono antes de 2030. Reestructurar el calendario, apostar por vehículos eléctricos o racionalizar los traslados son algunas de las medidas que plantea el máximo organismo del ciclismo internacional.
La UCI se compromete con la agenda 2030
En una entrevista concedida por el presidente de la UCI David Lappartient al portal Cycling Weekly el máximo mandatario del ciclismo desglosó los planes de la UCI para lograr el equilibrio neutro de carbono de forma coherente con la imagen de la bici como vehículo verde y sostenible.
La propia UCI se ha vuelto consciente de la incidencia del cambio climático que se traduce en que cada vez más a menudo vemos pruebas suspendidas o acortadas por la aplicación del protocolo de condiciones climáticas adversas en jornadas de excesivo calor o cuando lluvia, nieve y viento hacen aparición de forma imprevista y con intensidades poco habituales.
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Sin embargo, los equipos cada vez son más grandes, con flotas de vehículos que desplazan por todo el mundo lo que, sin duda, choca frontalmente contra esa filosofía de verde y sostenible que se asocia a la bicicleta.
Poco a poco se han ido cambiando ciertas cosas y parece que las nuevas generaciones, más concienciadas con el medio ambiente, van aplicando de forma natural. Cada vez es más extraño ver a un ciclista tirar el envoltorio de un gel o un bidón fuera de la zona destinada a la recogida de residuos o donde no hay público que recoja los bidones como una especie de trofeo.
Sin embargo, Lappartient asume que es necesario ir más lejos, comenzando por una reestructuración del calendario para evitar desplazamientos innecesarios, por ejemplo, como se hace en ciclocross y mountain bike, concentrando las fechas de carreras en USA unas mismas fechas. Ni siquiera hay que irse a ese extremo ya que, incluso en europa, puedes tener a ciclistas y staff teniendo que viajar desde el norte de Europa al sur de España en pocos días, para después tener que retornar al norte.
El presidente de la UCI pone como ejemplo de hacia donde hay que ir la agrupación de clásicas italianas en la parte final de la temporada o el mes de las clásicas belgas del adoquín.
Por supuesto, los traslados dentro de las grandes vueltas también están en el punto de mira de estas nuevas políticas de sostenibilidad, criticando el presidente de la UCI los inicios de carrera cada vez más habituales, fuera de las fronteras del país que acoge la prueba como la salida del Giro desde Israel o de La Vuelta desde Países Bajos, teniendo que trasladar toda la infraestructura tras tan sólo unas pocas etapas.
El aumento del parque móvil de los equipos es otro punto que preocupa a Lappartient, con equipos que llevan 10 vehículos a cada carrera entre coches de equipo, autobús, coches y furgonetas para auxiliares. Evidentemente, no se trata de reducir el número de puestos de trabajo dentro de los equipos pero sí buscar alternativas como un mayor uso de vehículos eléctricos.
De hecho, aquí, el presidente de la UCI pasa la pelota a los equipos y resulta tajante señalando que los equipos deberán reducir sus emisiones en un 50% y alcanzar la neutralidad con el año 2030 como límite o, por el contrario, arriesgarse a perder su licencia World Tour. Todo un órdago por parte del máximo organismo. Para ello, la UCI ha establecido un sistema de seguimiento a fin de medir las emisiones reales de los equipos para garantizar que efectivamente se reducen las emisiones y no simplemente se recurre al denominado greenwashing, a base de actuaciones como plantar árboles o comprar derechos de carbono y así logra el balance neto de emisiones sin haber afrontado realmente el problema.
Un tema que seguro que traerá cola en próximos años y para el que algunos equipos ya han mostrado sus reticencias.