Luces fijas o intermitentes ¿cuáles son mejores en bici?
De día o de noche, cuando circulamos por carretera, una de las medidas más importantes que podemos tomar para mejorar nuestra seguridad es, simplemente, asegurarnos de que los coches nos vean. Y cuanto antes, mejor. Aparte de la ropa reflectante, de la que hemos hablado en otra ocasión, eso implica iluminación, sobre todo trasera. Y aquí empieza el debate: ¿luces intermitentes o fijas? ¿Se sabe a ciencia cierta cuáles son más efectivas? Vamos a arrojar algo de luz (perdón por el chiste malo) sobre este asunto.
Luces dentro de la legalidad
Quizá recuerdes que, en 2018, hubo una encendida polémica porque un ciclista de Ourense fue multado por llevar una luz parpadeante. Esto se fundamentaba en el artículo 15 del Reglamento General de Vehículos, que indica que “ninguna luz instalada en un vehículo será intermitente o de intensidad variable”.
Pero, ante la avalancha de críticas por este hecho, la DGT decidió recular, y ese mismo año emitió la instrucción 18S/146, en la que subrayaba que “las luces parpadeantes para bicicleta no pueden ser objeto de denuncia”, siempre que “no produzcan deslumbramiento al resto de los usuarios de la vía”. Es decir, que ahora tanto unas como otras son perfectamente legales.
RECOMENDADO
Y, de hecho, si circulas de noche (o de día con condiciones de visibilidad reducidas, o por un túnel), estás obligado a llevarlas, así como una luz de posición delantera y un catadióptrico (elemento reflectante) trasero. También están recomendados, aunque no son obligatorios, los catadióptricos en pedales y radios.
¿Cuáles son mejores? La ciencia responde
La intuición nos lleva a pensar que las luces intermitentes son algo mejores que las fijas. Cuando menos, porque, al estar permitidas solo para bicicletas, permiten a los conductores identificarlas como tales desde el principio. Y no confundirnos, como pasa habitualmente, con motos. Pero, ¿hay estudios científicos que avalen esta percepción?
Pues resulta que sí. Uno de la Universidad Clemson (de Carolina del Sur, Estados Unidos), en colaboración con Trek, comparó los dos métodos en dos ambientes distintos. Por un lado, en una recta larga y, por otro, en una carretera con curvas.
Y, mientras que en el segundo caso apenas había diferencias, en el tramo sin curvas estas eran muy notables.Los conductores detectaron la luz fija, de media, a 40 metros de distancia. ¿Y la intermitente? A 123 metros. Es decir, más del triple.
Aunque hay que especificar que el gran ‘ganador’ del estudio era otro. En concreto, las luces montadas en partes móviles de nuestro cuerpo. Como, por ejemplo, un ciclista que llevaba luces en los cubrezapatos (hay marcas, como Sealskinz, que ya los ofrecen) fue visto desde 220 metros de distancia, de media.
Dicho todo esto, seguramente la mejor opción sean aquellas que pueden cambiar de intermitentes a fijas. Porque hay situaciones en que las primeras pueden resultar molestas. Por ejemplo, cuando rodamos en grupo de noche. Ahí, pueden deslumbrar a los miembros de la grupeta que vayan detrás de nosotros, por lo que la modalidad fija resultaría más adecuada.
Por cierto, en los últimos tiempos ha habido una explosión de ideas y proyectos innovadores con las luces de bici como protagonistas. Entre otros, esta de freno presentada por Vodafone, con GPS y Smart SIM, o una inteligente llamada Rayo. Y, si estás pensando en comprarte una, aquí puedes ver una guía con las mejores opciones para carretera y mountain bike.
Artículo escrito por Iván Fombella.