Mecánica de emergencia para llegar a casa si se te rompe el cambio
Romper el cambio o la patilla que lo sujeta al cuadro es una de las averías más escandalosas que podemos sufrir en plena ruta. Si nos encontramos en esta tesitura aún podremos volver a casa sin tener que recurrir al comodín de la llamada para que nos vengan a buscar. Al fin y al cabo, debemos ser lo más autosuficientes posible en nuestras salidas.
Cómo volver a casa cuando se rompe el cambio.
Una rotura de cambio o de la patilla es difícil que suceda pero no es descartable si sufrimos una caída o un enganchón, sobre todo si practicamos disciplinas como el gravel o la bici de montaña donde el material se maltrata más.
Cuando esto ocurre, la primera reacción suele ser echarse las manos a la cabez para, tras lamentos y enfados, comenzar a caminar hasta el primer lugar civilizado donde algún familiar o amigo pueda venir a recogernos. Sin embargo, es mal asunto si nos sucede en una zona alejada de carreteras o pueblos por lo que mejor será que tengamos los recursos necesarios para poder solventarlo en ruta.
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Tocar la transmisión es algo que suele asustar a la mayoría de ciclistas, pero si nos encontramos en esta situación, más nos vale perder el miedo. Con una sencilla operación en unos minutos podemos estar dando pedales otra vez, eso sí, con la cadena en un piñón de forma fija y, obviamente, sin la posibilidad de utilizar el cambio. No es la mejor opción pero, al menos, nos permitirá dar pedales hasta casa o hasta donde nos puedan recoger.
Operación sencilla
Con el cambio o la patilla rotos no nos queda más remedio que dejar la cadena en modo singlespeed, es decir, sacarla del cambio y hacer que únicamente pase por un plato y piñón. Prácticamente todas las cadenas actuales cuentan con un eslabón rápido para abrilas y cerrarlas que resulta muy útil a la hora de facilitar el montaje o para limpiarla a fondo en casa. Sin embargo, abrir el eslabón rápido no es tarea sencilla en medio del campo ya que el alicate específico para hacerlo no es algo que se suela llevar encima o incluyan las multiherramientas.
Aunque lo tuviéramos, también será necesario acortar la longitud de la cadena para que esta quede lo más tensa posible en la combinación elegida y no se salga. Esto nos obliga a utilizar el tronchacadenas, herramienta imprescindible en cualquier multiherramienta que se precie y que deberíamos tener en cuenta a la hora de adquirir una.
Esencialmente es un pequeño tornillo con un vástago y un alojamiento para la cadena que permite extraer el bulón que mantiene unido el eslabón para partir la cadena y poder sacarla del cambio y del cuadro.
Salvo que tengamos un eslabón rápido de repuesto, la técnica para abrir y acortar la cadena será la siguiente:
- Con el tronchacadenas extraemos un bulón, pero teniendo la precaución de no sacarlo del todo del eslabón externo ya que si lo hacemos será prácticamente volverlo a colocar. Para ello, accionaremos el tornillo del troncacadenas progresivamente y, como referencia, cuando volvamos a notar un punto de dureza deberemos de parar. Si lo hemos sacado lo suficiente, podremos separar la cadena facilmente mientras que el bulón permanece en la placa externa donde hemos abierto.
- El siguiente paso será medir la cadena en el desarrollo elegido. Aunque la cabeza nos pida un desarrollo suave para ir sobre seguro, la opción óptima será elegir una combinación en la que la cadena vaya lo más recta posible, de esta forma reducimos el riesgo de que se salga. Esto es así ya que, al pasar la cadena directamente por plato y piñón dejamos de contar con un sistema que la mantenga tensa. Si la cadena va cruzada, con la fuerza del pedaleo y el tallado de los dientes del piñón es muy probable que acabe cayendo a piñones inferiores y lo que queremos es que se mantenga fija.
- Ajustaremos la medida lo máximo posible y abriremos la cadena por el extremo donde no tenemos el bulón que sacamos antes, con la precaución de elegir el eslabón para que quede en ese la uno interno que podamos unir con el externo del otro extremo. Actuaremos de la misma forma que antes para retirar el trozo de cadena sobrante.
- El último paso será volver a unir la cadena, para ello colocaremos el eslabón interno de un extremo enganchado al externo que mantiene el bulón. Si hemos sacado el bulón lo justo, seguramente aún quede una pequeña porción en la cara interna que es suficiente para que la unión se mantenga sujeta mientras colocamos el tronchacadenas, esta vez con el tornillo en el lado interno para, finalmente, volver a accionarlo hasta devolver al bulón a su sitio.
- Este último paso lo haremos de nuevo progresivamente hasta ver que en el lado opuesto el bulón queda al ras del eslabón. Tras esto, aún nos faltará una última operaración. Al unir la cadena con tronchacadenas, a buen seguro se habrá quedado ese eslabón duro que no girará, lo que provoca el salto de la cadena al tratar de engranar en los dientes. Para eliminar la dureza del eslabón apalancaremos con las manos lateralmente hasta que el eslabón coja el necesario juego.
En cualquier caso, esta no deja de ser una reparación de emergencia, y la ausencia de cualquier sistema que añada tensión a la cadena hace que cualquier bache pueda hacer que se salga con facilidad, así que no nos queda otra que rodar con cuidad. Si en nuestra bolsa de herramientas llevamos bridas podemos improvisar un tensor con un par de ellas que sujetaremos a la vaina y con la que tensaremos ligeramente la cadena. Seguramente el propio roce de la cadena acabe partiendo la brida pero mientras dura resulta bastante eficaz a la hora de mantener la cadena en su sitio.